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Touadéra es un matemático de 65 años que ejerce la presidencia desde 2016.
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La República Centroafricana es uno de los países menos desarrollados del mundo.
Tal como lo hiciera hace casi un año el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, su par centroafricano, Faustin-Archange Touadéra, presentó un proyecto de ley —finalmente aprobado por unanimidad— que le da status de curso legal a bitcoin (BTC) en su país.
Este matemático de 65 años ejerce el poder desde 2016 en una de las naciones más pobres del mundo y también una de los más conflictivas, con frecuentes golpes de Estado, rebeliones y dos guerras civiles en su haber.
Las promesas de campaña de Touadéra, que llegó al poder en segunda vuelta con el 62% de los votos, incluyeron «hacer de la República Centroafricana (RCA) un país unido, un país de paz, un país que enfrenta el desarrollo». Esto incluía el desarme de bandos en conflicto, cosa que todavía no se ha logrado.
Touadéra tiene a su cargo la difícil tarea de mantener la paz y la seguridad en el territorio, ya sin el apoyo de las fuerzas armadas de Francia. El país europeo puso fin a la intervención militar en la República Centroafricana poco después de que asumiera la presidencia.
Su misión pacificadora parece estar lejos de alcanzarse, aunque el presidente gobierna con mano dura. Presuntas ejecuciones extrajudiciales y posibles violaciones a los derechos humanos, por parte de las fuerzas armadas del país, empañan la figura del funcionario.
Poco es lo que se conoce de la faceta bitcoiner del presidente centroafricano, aunque en su cuenta de Twitter recientemente creada, se han vertido algunas expresiones de apoyo hacia la criptomoneda creada por Satoshi Nakamoto.
Uno de sus tuits revela el amor compartido que Touadéra manifiesta hacia los números y hacia Bitcoin: «Las matemáticas son el lenguaje del universo; Bitcoin es el dinero universal».
También, en la red social adquirida por Elon Musk, el presidente dio a conocer el entusiasmo que vive por las posibilidades que Bitcoin le daría a la República Centroafricana: «Estamos encantados de estar entre los pioneros de la tecnología más innovadora del mundo, la que crea valor para todos». Añadió que la nación ha sido «invisible hasta ahora», pero que será «reconocida y apreciada».
Un mapamundi con los dos países en los que bitcoin es moneda de curso legal acompaña a esa publicación.
Esa esperanza de reconocimiento y prosperidad económica también fue manifestada, días atrás, en el comunicado en el que se dio a conocer la «Ley Bitcoin» centroafricana, tal como lo reportó CriptoNoticias.
La difícil tarea de adoptar bitcoin en un entorno hostil
Puede que la apreciación que bitcoin ha tenido con los años, y la esperanza de que continúe la tendencia alcista de su cotización en el largo plazo, hayan sido factores que impulsaron su adopción.
La República Centroafricana es calificada como uno de los países menos desarrollados del mundo. Su territorio de 622,980 km² (1,2 veces el tamaño de España) alberga a casi 5 millones de personas. La esperanza de vida para ellos está estimada en 51 años para los hombres y 55 para las mujeres.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de Amnistía Internacional, 2,29 millones de personas, es decir, casi la mitad de su población, está en condición de «inseguridad alimentaria aguda». Entre ellos se encuentran al menos 80 mil niños menores de cinco años en peligro de malnutrición aguda.
Con relación a la adopción de bitcoin como moneda de curso legal, es importante mencionar la escasez de recursos para facilitar el uso de la criptomoneda. Estadísticas de 2020 muestran que en el país hay 1,60 millones de teléfonos móviles, lo que corresponde a un promedio de 0,34 por persona (en la Unión Europea, en cambio, la cifra es de 1,2 teléfonos móviles por personas).
Los datos más recientes disponibles, tal como CriptoNoticias reportó, muestran que menos del 8% de la población centroafricana tiene acceso a Internet.
Será en este contexto arduo en el que Touadéra deberá hacer cumplir la ley recientemente aprobada que, entre otras cosas, indica en su artículo 10 que «todo agente económico está obligado a aceptar criptomonedas como medio de pago».
En un ambiente como el mencionado, podría convertirse más en una regla que en una excepción, los casos contemplados en el artículo 21. Allí se excluye de la obligación de aceptar bitcoin a «quienes, por un hecho notorio y evidente, no tengan acceso a tecnologías que permitan realizar transacciones en criptomonedas».