Venezuela es el país de Latinoamérica cuya situación económica es la más llamativa de la región en cuanto a potencial para Bitcoin se refiere; lamentablemente, por las malas políticas económicas que padece y sus devastadores efectos en la sociedad. Ante este escenario, las medidas que la clase política toman para intentar enderezar el rumbo no parecen dar indicios de buenos resultados a corto plazo. Entre los anuncios más recientes destaca uno relacionado con la limitación diaria de retiro de dinero en efectivo en cajeros automáticos, una política que sumada a la astronómica inflación ya ha probado no solo ser inefectiva, sino que a futuro podría abrir las puestas al uso de monedas y métodos de pago alternativos, como el Bitcoin.
La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (SUDEBAN), emitió una resolución donde establece que el retiro de dinero en efectivo desde cajeros automáticos debe estar limitado a tan solo 10.000 Bs diarios para cada usuario; resolución que entrará en vigencia a partir del próximo 17 de marzo de 2017. Este monto equivale actualmente a un poco más de 4$ a la tasa del mercado negro del día 22 de noviembre, tasa a la que se realizan cerca del 90% de las operaciones que involucran divisas extranjeras en el país y que ha desplazado ampliamente a la implementada por el gobierno, la tasa DICOM.
Esta noticia resalta por el hecho de que la cantidad de 10.000 Bs diarios actualmente es insignificante ante otros indicadores como el sueldo mínimo mensual en Venezuela (90.811 Bs) y el valor de la canasta alimenticia (429.626 Bs). Cifras que nos dan un bosquejo de los altos niveles de inflación y el bajo poder adquisitivo que sufre la sociedad venezolana -indicadores que han sido censurados este 2016 por el Banco Central de Venezuela.
Aun así, otros males también aquejan al país respecto a la limitación de capitales, que se manifiestan en la dificultad de conseguir dinero en efectivo tanto en oficinas bancarias como en cajeros automáticos; esto producto de la baja denominación de los billetes en circulación, siendo apenas el de 100 Bs el de mayor valor. Situación a la que la Asamblea Nacional ha respondido exigiendo al Poder Ejecutivo la actualización del Cono Monetario para que sean emitidos billetes de mayor denominación, algo que ya ha sido confirmado por algunos representantes gubernamentales.
Entre otros obstáculos, el sistema de pagos en Venezuela está actualmente colapsado debido a la escasez de puntos de venta o datáfonos, que sumando a la dificultad de conseguir dinero en efectivo, hace que sea aún más cuesta arriba adquirir bienes y servicios en el territorio venezolano. Según cifras de la Asociación Nacional de Usuarios y Consumidores, se necesitan más de un millón de terminales de puntos de venta para equilibrar la actual demanda en la sociedad venezolana y liberar presión respecto a la imperante falta de dinero en efectivo en las calles venezolanas.
Una oportunidad sin igual para Bitcoin
Muchos han sido los escenarios en los que los entusiastas de las criptomonedas han puesto su mirada para observar si la adopción de Bitcoin podría llegar a resolver los síntomas extremos de economías inflacionarias, donde la sociedad empieza a sufrir los embates del regulaciones y limitaciones por parte de bancos y gobiernos. Chipre, algunos países de África y más reciente Grecia, son los más llamativos casos de limitación de capital donde Bitcoin pudo ser usado como herramienta para saltar tales obstáculos. Aun así, no cabe duda que el caso de Venezuela cuenta con aún más elementos que hacen de esta tecnología no solo una alternativa viable, sino hasta necesaria.
La imposibilidad de usar tarjetas de débito/crédito en muchos comercios es un mal que crece debido al alto costo de adquirir los terminales de puntos de venta, además de la lista de requisitos que colocan los bancos a los comerciantes para otorgarles estos equipos. Esto aunando a las ya mencionadas escasez de billetes y limitación de capitales, hacen de Bitcoin una vía muy eficiente para resolver los problemas de adquisición de bienes y servicios en Venezuela.
Actualmente el comercio de bitcoins en Venezuela está en auge y la facilidad de comprar la criptomonedas es cada vez mayor con la aparición de opciones más sólidas y confiables en dicho país, un reflejo directo de que la hiperinflación venezolana poco a poco ha venido despertando el interés por Bitcoin aunque su uso se limita aún a la reserva de capital y a la importación de productos.
Pero no todo es tan prometedor, puesto que el porcentaje de adopción de Bitcoin en comercios es bajísimo en todo el territorio de este país Latinoamericano, algo que se refleja con la baja cantidad de locaciones apuntadas en el portal CoinMap.org y que no corresponde con la cantidad de usuarios venezolanos registrados en los grupos de Facebook y Telegram de dicho país.
Esta poca penetración de Bitcoin en la sociedad venezolana bien podría ser derrotada con la introducción de soluciones de pago basadas en la tecnología de Bitcoin. Sin embargo también en el aspecto legal pudiesen haber trabas ya que la regulación venezolana sobre el uso de monedas digitales no es clara, o mejor dicho inexistente; con lo cual es otro caso de «zona gris» donde el uso de esta tecnología no es avalada ni prohibida por el Estado.
Lo que sí es cierto, es que la naturaleza inclusiva, descentralizada y libre de Bitcoin, hace que su uso en países con economías tan fuertemente golpeadas, como la venezolana, sean claramente un atractivo de gran utilidad para quienes decidan apostar por ella. En un territorio donde las limitaciones de capital, la poca infraestructura tecnológica para tecnologías de pagos y la escasez de dinero en efectivo son el pan de cada día; Bitcoin una vez más sonríe y se presenta como la mejor solución para saltar estos obstáculos y devolver la libertad económica a la sociedad.
¿Atenderá la sociedad de Venezuela ante el llamado de la criptomoneda? Veremos.