El gobierno de Japón se encuentra analizando la posible necesidad de trabajar en un marco regulatorio para las criptomonedas en el país. Esto con intenciones de poner un freno ante los usos criminales que se le pueden dar a este tipo de transacciones debido al anonimato de sus usuarios, actividades tales como lavado de dinero o financiamiento de grupos terroristas.
Parte del interés en sopesar si las criptomonedas deben ser reguladas, deviene del reciente arresto del CEO de la casa de cambio MT. Gox, Mark Karpeles en el país nipón. Este escándalo ha levantado la voz de la comunidad internacional, o mejor dicho, de los gobiernos internacionales, para hacer un llamado a aumentar el control sobre las monedas digitales por los abusos monetarios que se pueden desprender de ellas y que contravienen respectivas leyes.
Se argumenta que las leyes son para proteger los intereses de los usuarios y para ofrecer seguridad y transparencia en sus transacciones. Sin embargo, estas también deben servir para aumentar su credibilidad y promover su potencial.
El ministro de finanzas japonés, Taro Aso, estableció que el gobierno debe considerar nuevas regulaciones en las criptodivisas, tales como la introducción de un registro de empresas o un sistema de licencias para los operadores de casas de cambio.
El conflicto y posterior arresto de Karpeles hizo patente la vulnerabilidad de Japón al no tener ningún tipo de regulación sobre las monedas digitales, así como la necesidad de proteger a sus usuarios.
Por los momentos, se tiene planteado un trabajo conjunto entre el ministro de finanzas, la Agencia de Servicios Financieros y la Agencia de Policía Nacional, además de otras autoridades, para realizar algunas modificaciones que enmienden la ley contra el lavado de dinero y posiblemente la ley de transacciones de productos financieros.
El gobierno está explorando nuevas regulaciones en monedas digitales también impulsados por un reporte del Grupo de Acción Financiera sobre el blanqueo de capitales (FATF, por sus siglas en inglés), quienes hicieron un llamado a realizar un monitoreo más cercando de las casas de cambio digitales.
El documento expedido por la FATF, conocido como ‘Guía para una aproximación basada en riesgo de la divisas digitales’, recomendó que todas las casas de cambio debieran estar registradas y licenciadas para que puedan ser sujetas al mismo tipo de escrutinio que otros servicios financieros y negocios de transferencia de dinero.
La búsqueda de establecer un marco regulatorio para las divisas digitales es una acción que se está emprendiendo globalmente. El año pasado, el Departamento del Tesoro Estadounidense agregó operadores de casas cambiarias bitcoin como sujetos de control bajo la regulación anti-lavado de dinero. De igual manera, Alemania ha puesto las transacciones de criptomonedas bajo la misma legislación de su ley bancaria.
Mientras las acciones de los gobiernos no sean tan contraproducentes como la BitLicense neoyorquina que frena el desarrollo de la tecnología para muchas empresas, o tan extrema como las decisiones tomadas por China de prohibir la manipulación de criptodivisas por instituciones financieras, o hasta la posición de Rusia de considerarlas ilegales, quizás las regulaciones podrían tener efectos positivos.
Para bien o para mal, las personas siguen teniendo confianza en el respaldo ofrecido por el Estado. El hecho de que las criptomonedas se encuentren enmarcadas bajo una legislación puede ofrecer la confianza y la legitimidad que la tecnología todavía necesita para continuar emergiendo.
Sin embargo, debe encontrarse un punto medio en el que no se atente contra la lógica y los principios básicos de la tecnología como son la descentralización y la ausencia de un control absoluto estatal o de instituciones financieras.