-
El impuesto no afecta billeteras autoalojadas, pero podría forzar a exchanges a recopilar datos.
-
Coin Center propone limitar al Tesoro para proteger derechos de privacidad.
Mientras avanza una iniciativa legislativa en Estados Unidos llamada Big Beautiful Bill (en español: el Gran y Hermoso Proyecto de Ley), se elevan las voces entre quienes ven a la propuesta como una amenaza, no solo para las finanzas nacionales, sino también para la privacidad de los usuarios de bitcoin (BTC) y criptomonedas.
El proyecto de ley fiscal, de más de 1.000 páginas, en su sección 112105, propone un impuesto especial del 5% sobre las transferencias de dinero al extranjero, utilizando las definiciones de «transferencias de remesas» de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB). Con ello, los proveedores, como bancos o exchange de criptomonedas, entre ellos, Binance o Coinbase, actuarían como recaudadores de impuestos para el Departamento del Tesoro.
Sin embargo, la normativa, que fue aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos la última semana, incluye la posibilidad de que los estadounidenses puedan evitar el impuesto. Esto es si se identifican y utilizan un proveedor que cumpla con los acuerdos de verificación del Tesoro, pero tal exención requiere revelar información personal, lo que está generando preocupaciones sobre la privacidad.
Sobre ello comenta Peter Van Valkenburgh, director de investigación de Coin Center, organización sin fines de lucro que impulsa políticas públicas favorables para las criptomonedas. Este describe el impuesto como un «régimen de vigilancia y control financiero masivo» que penaliza a los preocupados por su privacidad. «Es un régimen de ‘papeles por favor’ para los estadounidenses que desean realizar transacciones sin impuestos confiscatorios», señala.
Las transacciones con monederos sin custodia están exentos del impuesto, ya que los usuarios gestionan sus propios fondos sin intermediarios, pero los exchanges centralizados que custodian los fondos de los usuarios podrían estar sujetos al impuesto, aunque La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB) de Estados Unidos aún no ha aclarado si las criptomonedas califican como «fondos» bajo la Ley de Transferencia Electrónica de Fondos (EFTA).
Aun así, el vacío legal permite que las transferencias de criptomonedas que no especifiquen un destinatario extranjero queden exentas, ya que los proveedores no están obligados a verificar el destino de los fondos. Esto podría incentivar el uso de monederos de custodia, pero también plantea el riesgo de que el Tesoro imponga regulaciones más estrictas.
Al respecto, Coin Center advierte que el proyecto de ley podría derivar en un intento de obligar a los intermediarios, como los exchanges de criptomonedas centralizados, a que recopilen información privada sobre personas que no son sus clientes. Esto se refiere específicamente a un precedente como la «reglamentación de medianoche de 2020», que Coin Center había criticado por intentar imponer requisitos de recolección de datos sobre destinatarios de transacciones que no son clientes directos de los proveedores.
Ante ello, Coin Center propone salvaguardas para limitar el alcance del impuesto, incluyendo prohibir al Tesoro que exija a los proveedores que recopilen datos de quienes no son sus clientes y excluir a entidades sin custodia, como desarrolladores de software o mineros de digitales, de ser considerados proveedores de remesas. También abogan por mecanismos que permitan demostrar la ciudadanía sin comprometer información personal adicional, utilizando tecnologías de preservación de la privacidad.
A pesar de avances recientes en la regulación de bitcoin y criptomonedas, como la derogación de la anulación de la reglamentación SAB 121, o la inminente aprobación, reportada por CriptoNoticias, de la Guía y Establecimiento de la Innovación Nacional para las Stablecoins de EE. UU. (Ley GENIUS), el impuesto a las remesas representa un retroceso, desde la óptica de Coin Center. No obstante, la ambigüedad en torno a los fondos custodiados en exchanges de bitcoin y criptomonedas, así como el potencial de regulaciones más invasivas mantienen a la comunidad en alerta.
«Es una bomba de deuda»
El Gran y Hermoso Proyecto de Ley también ha despertado otras preocupaciones como lo advirtió Peter Schiff, un conocido crítico de bitcoin, quien arremetió contra el proyecto, afirmando que este no hará que Estados Unidos vuelva a ser grande, como se ha hecho ver, sino que «perpetúa las políticas fiscales destructivas que contribuyeron a nuestra caída».
Para el comentarista económico, el proyecto de ley irónicamente, podría ser la gota que colme el vaso, dando paso a una crisis del dólar y la deuda soberana, que ya debería haberse producido. Schiff advierte que el proyecto agrava los problemas estructurales del sistema financiero, debilitando el dólar y acercando al país a una crisis económica.
Lo mismo opina el representante republicano Thomas Massie, conocido por sus posturas libertarias, quien votó en contra del proyecto de ley en la Cámara de Representantes, calificándolo de «una bomba de deuda en marcha».
«Me encantaría estar aquí y decirle al pueblo estadounidense que podemos recortar sus impuestos y aumentar el gasto, y todo irá bien. Pero no puedo hacerlo porque estoy aquí para transmitirles una dosis de realidad».
Thomas Massie, legislador republicano.
Según Massie, el proyecto aumenta drásticamente el déficit a corto plazo, prometiendo responsabilidad fiscal en cinco años, una promesa que considera inviable. «Este proyecto de ley es una bomba de deuda en marcha», añadió, proyectando que la deuda nacional alcanzará los 30 billones de dólares en la próxima década y que el gobierno pagará 16.000 dólares en intereses por familia estadounidense.
Massie, junto con el representante Warren Davidson, fueron los únicos republicanos en votar en contra, mientras que el representante Andy Harris votó «presente». Todos los demócratas se opusieron al proyecto. Massie criticó la falta de responsabilidad fiscal, comparando el proyecto con «poner carbón en la caldera y marcar el rumbo hacia el iceberg», comparando al país con el Titanic.
También señaló la hipocresía de aprobar una medida tan controvertida durante la madrugada, declarando: «Si algo es bonito, no se hace después de medianoche.» Su oposición le valió ataques del presidente Donald Trump, quien amenazó con expulsarlo del cargo.