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Aconsejan a miembros del ecosistema acercarse a los reguladores para elaborar buenos proyectos
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Defender la descentralización es fundamental, dice el presidente de la ONG Bitcoin Argentina.
A pesar de los avances que se han dado en algunas jurisdicciones, en los países de América Latina aún no está claro el horizonte para la regulación de bitcoin (BTC) y demás criptomonedas.
Estos fueron parte de los comentarios de Andrés Junge, director de Tecnología de Notabene; y Carlos Jaramillo, ejecutivo de cuentas para Latinoamérica de Chainalysis. Ellos participaron en el panel sobre GAFI, regulación y criptomonedas del evento Blockchain Summit Latam 2023, donde también estuvieron presentes el presidente de la ONG Bitcoin Argentina, Ricardo Mihura; y Gabriel Campa, jefe de la división de criptoactivos de Tower Bank.
Durante su conversación, los panelistas coincidieron en que la regulación en América Latina apenas está en fase de exploración, un hecho que puede explicar la falta de claridad y de objetivos presente en la región.
En ese sentido, recordaron que aunque hay unos pocos países con más avances que otros, en términos generales la región está un tanto rezagada respecto a lo que se ha hecho en la Unión Europea con la Ley MICA, por ejemplo. En tal rezago debe incluirse hasta los Estados Unidos, en vista de las polémicas presentes en ese país en torno a la regulación de bitcoin y demás criptomonedas.
Sin embargo, en América Latina se observa una actitud de querer hacer las cosas bien por parte de los reguladores, según la opinión de Andrés Junge, quien considera que uno de los roles que deben asumir los miembros del ecosistema es conversar con los gobiernos y encargados de hacer leyes y decirles qué es los más adecuado o no para el sector.
“Muchos de estos reguladores se nos acercan y preguntan si alguna normativa sería buena o mala, porque suele suceder muchas veces que no entienden lo que están regulando, ni las consecuencias de sus propuestas”, relata Junge.
De ahí que el consejo a la comunidad de la región es que participe activamente en la elaboración de proyectos de regulación, pues esto es lo que llevará a una mayor adopción.
“No tenemos que estar alejados de los reguladores, como esperando a ver que van a presentar ellos, sino más bien tenemos que acercarnos y codiseñar con ellos los proyectos”, comenta el especialista.
En ese sentido, una buena regulación es la que va a atraer una parte importante de nuevos participantes al ecosistema, según expresó Gabriel Campa, refiriéndose específicamente al sector bancario. “Uno de los grandes retos grandes del ecosistema para el 2024 es que el sistema bancario mundial adopte las criptomonedas”, precisó.
Campa resalta la importancia de la coparticipación en el proceso regulatorio, por lo que piensa que la manera más adecuada de generar buenos proyectos es a través de mesas de trabajo donde participen todos los sectores y donde se debatan los diferentes puntos de vista para llegar a un consenso.
Sobre este tema, Mihura apunta la necesidad de que en todo este proceso se establezcan objetivos claros, que permitan determinar lo que se quiere lograr con la regulación.
Agrega que tales metas pueden variar, pasando de la intención de proteger a los usuarios, a la lucha contra el terrorismo y el lavado de dinero, incluyendo hasta el deseo de proteger a los bancos y las vías de financiamiento del Estado.
El presidente de la ONG Bitcoin Argentina insistió en que dentro del debate sobre regulación siempre se hará necesaria la defensa de la descentralización, “por ser la gran magia de bitcoin y de la tecnología de las blockchains”. Ello, a pesar de reconocer que los actores centralizados del ecosistema juegan y seguirán jugando un rol importante.
La regla de viaje del GAFI no propone compartir información con los gobiernos
Parte de la conversación del panel también giró en torno a la llamada “regla de viaje”, una normativa propuesta por el Grupo de Acción Financiera (GAFI) que requiere a los proveedores de servicios de criptoactivos, entre ellos los exchanges, identificar el emisor y receptor de una transacción y compartir datos de sus usuarios.
Respecto a esta norma, Junge indicó que hay una mala interpretación, puesto que la misma está pensada para que los proveedores de servicios con criptomonedas compartan información entre sí, de forma privada, no con el Estado. “Lo que ha pasado es que algunos gobiernos han entendido con eso que los exchanges deben enviarles la información de los usuarios a ellos”.
En este punto vale reiterar que, hasta los momentos, esta normativa ha enfrentado dificultades de implementación, según evidenció la más reciente actualización del organismo presentada en junio pasado.
Tal como informó CriptoNoticias, se trata de obstáculos que han causado que más del 75% de las jurisdicciones que conforman el GAFI no hayan avanzado en la aplicación de la «regla de viaje». El más avanzado en el mundo es la Unión Europea, mientras en América Latina solo un país se considera que ha cumplido parcialmente con la normativa: México.