A partir del 1ero de enero del 2016 serán aplicados algunos cambios en las leyes para la licencia de transmisión de dinero en el estado de New Hampshire, Estados Unidos. Dichos cambios implican que los participantes en los negocios referentes a la realización de transacciones de compra, venta y envío de bitcoins deberán contar con esta licencia para poder operar legalmente en el estado.
De acuerdo con la sección 1 del capítulo 399-G de los nuevos estatutos revisados de New Hampshire, la transmisión de dinero es la participación en el negocio de la venta o emisión de instrumentos de pago o de valor almacenado, así como el de recibir dinero o valor monetario para transmitirlo a otra ubicación.
Un “valor monetario”, el término clave empleado en el concepto anterior, es definido en la nueva ley a ser implementada a partir del próximo año para todo medio de intercambio existente, sea o no canjeable por dinero fiduciario, incluyendo las monedas virtuales convertibles.
Estas últimas son definidas como representaciones virtuales del valor que pueden ser un medio de intercambio, una unidad de cuenta y/o un depósito de valor; tienen un valor equivalente en la moneda fiduciaria o pueden actuar como su sustituto; pueden ser centralizadas o descentralizadas y se pueden intercambiar por dinero o alguna otra moneda virtual. Esta definición abarca Bitcoin y las demás criptomonedas existentes.
Para participar en los negocios dedicados a la transferencia de valor monetario en New Hampshire, así como en los demás estados norteamericanos, es necesario solicitar una licencia para transmisión de dinero que implica un marco normativo para poder transferir legalmente dinero hacia y desde personas físicas y jurídicas residentes en ese estado.
Todos los estatutos y requisitos para solicitar esta licencia son explicados en la sección 4 del capítulo 399-G. Esta ley aplica a partir de enero para toda persona jurídica que realice operaciones de compra, venta y transferencia de cualquier tipo de valor monetario, incluyendo criptomonedas, encontrándose físicamente en el territorio de New Hampshire. Sin embargo, la ley no aplica para ciertas excepciones tales como los bancos y otras instituciones financieras respaldadas por el gobierno.
El hecho de aplicar esta ley también para las criptomonedas constituye un esfuerzo por parte de las autoridades por establecer un marco regulatorio para las operaciones realizadas con Bitcoin. Otro de los estados norteamericanos que llevó a cabo este tipo de esfuerzo fue Nueva York al crear la Bitlicense.
A diferencia de Nueva York, las autoridades de New Hampshire no crearon un marco regulatorio específicamente para las criptomonedas, en su lugar adaptaron las leyes existentes de manera que pudieran ser aplicadas a las transacciones con Bitcoin. Además, los requisitos de la licencia de transmisión de dinero son más razonables y accesibles que los de la Bitlicense.
Por ejemplo, el monto para su solicitud es de 500 $ y no es reembonsable. En cambio, el monto requerido para solicitar la Bitlicense es de 5.000 $ con una cuota máxima anual que no exceda dicho monto. Estos montos excesivos y las limitaciones que la Bitlicense representa para la innovación dentro del ecosistema Bitcoin provocaron el éxodo de muchas empresas de Bitcoin que solían estar ubicadas en Nueva York.
En comparación con la Bitlicense, esta la licencia para la transmisión de dinero se caracteriza por tener menores costos y normas racionalizadas. Sin embargo, gran parte de la comunidad Bitcoin considera que las criptomonedas deberían contar con normas regulatorias que se adapten a sus características de manera que estas no se vean alteradas y que las empresas puedan operar e innovar libremente.
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