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Países como China ven un riesgo en que las stablecoins en dólares ganen terreno.
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La región corre a regular antes que las stablecoins extranjeras dominen el mercado.
La creciente proyección de Donald Trump en la política de EE.UU. ha encendido alertas en centros financieros asiáticos, que ahora aceleran sus planes para regular y adoptar stablecoins. Una reacción que evidencia tanto la tensión geopolítica como el interés por fortalecer la estabilidad monetaria en un entorno global incierto.
Varios países de la región –entre ellos Hong Kong, Singapur, Japón y Corea del Sur- están acelerando el diseño e implementación de marcos regulatorios para las stablecoins y apuntan al aumento de estas monedas vinculadas a divisas asiáticas, incluso cuando las autoridades han expresado sus preocupaciones por las salidas de capital, así lo aseguró Bloomberg.
Toda la preocupación tiene su origen en la ley GENIUS, una medida que según expertos promoverá el uso más amplio de los tokens digitales que pretende mantener una dominancia del dólar a nivel mundial. Si el dólar tokenizado gana terreno a través de emisores privados bajo el paraguas de la ley GENIUS, recientemente aprobada en EE. UU., las economías asiáticas podrían enfrentar presiones sobre sus sistemas financieros y monedas locales.
Aumenta el interés continental
En Hong Kong, la Autoridad Monetaria (HKMA) puso en marcha este 1 de agosto un marco normativo específico para stablecoins, que exige licencias obligatorias para los emisores, auditorías regulares y respaldo total en activos líquidos. Las primeras licencias podrían emitirse a principios de 2026, en un proceso que se anticipa riguroso y selectivo.
Singapur, por su parte, ha propuesto normas similares que buscan garantizar que las stablecoins estén totalmente respaldadas por reservas de alta calidad, además de cumplir con estrictos estándares de transparencia y prevención de delitos financieros.
En Japón, donde el ecosistema de criptomonedas ya opera bajo una normativa consolidada, las autoridades están revisando las leyes existentes para incluir disposiciones más específicas sobre la emisión y circulación de stablecoins. La prioridad, en todos los casos, es encontrar un equilibrio entre fomentar la innovación y mitigar los riesgos sistémicos asociados a este tipo de activos digitales.
En Corea del Sur el uso de stablecoins creció de forma acelerada. Solo en los primeros tres meses del año, las operaciones con USDT, USDC y USDS -las principales monedas digitales ancladas al dólar- sumaron 57 billones de wones, cerca de 41.000 millones de dólares, según el Banco de Corea.
Como respuesta, el Partido Democrático presentó el 10 de junio un proyecto de Ley Básica de Activos Digitales, que busca permitir la emisión de stablecoins respaldadas por el won. No obstante, el banco central surcoreano ha manifestado su preocupación por el impacto que esta medida podría tener sobre la política monetaria y la estabilidad financiera del país.
Las stablecoins, una ficha política en Asia
Este movimiento acelerado desde Asia responde no solo al auge de las stablecoins, sino también al nuevo clima político en EE. UU. La percepción de que el gobierno estadounidense adoptará un enfoque más laxo y favorable hacia las criptomonedas obliga a otras jurisdicciones a reaccionar, tanto por razones de competitividad como por el riesgo de una mayor dolarización digital.
Incluso China, que sigue prohibiendo dentro del territorio el uso y comercio de las criptomonedas, ha comenzado a reevaluar su postura frente a estos activos digitales, especialmente en un momento donde grandes empresas tecnológicas del país, como JD.com y Ant Group, presionan por el desarrollo de stablecoins respaldadas por yuanes.
Pese a las presiones del sector privado, el Banco Popular de China ha mostrado una actitud reservada. El gobernador Pan Gongsheng ha advertido sobre los riesgos que representan las stablecoins para la estabilidad financiera y el control monetario, recordando que su emisión privada puede socavar el papel de los bancos centrales.