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Pese a la resistencia actual, las naciones terminarán sucumbiendo a bitcoin.
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El FMI promociona a las CBDC, pero estas son rechazadas por las masas.
Desde que El Salvador adoptó a bitcoin (BTC) como moneda de curso legal en el año 2021, muchos se han estado preguntando ¿cuándo comenzarán realmente las naciones a seguir los pasos que dio el país centroamericano hace dos años?
Algunos han coqueteado con la idea, primero la República Centroafricana (RCA) aprobó una ley que establecía la obligatoriedad de aceptar pagos en criptomonedas, pero más tarde se hicieron enmiendas a la legislación, desistiendo así de los planes de copiar el modelo de bitcoin instaurado en El Salvador.
Aparentemente, el gobernante centroafricano Faustin-Archange Touadéra sucumbió a las presiones y terminó renunciando a la idea de seguir los pasos dados por El Salvador.
En aquellos tiempos, El Salvador primero, y la República Centroafricana luego, fueron criticados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) por su decisión de adoptar a Bitcoin.
Más tarde, el organismo internacional, con la prioridad de apoyar la estabilidad económica y financiera de todos sus miembros, prácticamente prohibió a los gobiernos que adoptaran a bitcoin u cualquier otro criptoactivo como moneda de curso legal.
Así que, en febrero de 2023, emitió un documento en el que presentó nueve medidas políticas centradas en las criptomonedas que sus 190 países miembros debían adoptar. La primera medida de la lista era “no otorgan a los criptoactivos el estatus de moneda oficial o de curso legal”.
Una vez difundido el documento del FMI, quedó en evidencia las razones por las cuales ningún país del mundo ha seguido los pasos de El Salvador al adoptar a bitcoin.
Ya se conocen las consecuencias negativas que puede enfrentar un país que decide no seguir los lineamientos del FMI. Tal es el caso de perder acceso a los préstamos que otorga el organismo y, por ende, agravar su situación económica.
De igual manera, puede perder confianza de los inversionistas extranjeros, tener dificultades para controlar su deuda pública, presiones sobre su economía y dificultades para obtener financiamiento para enfrentar el futuro.
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e este escenario ¿querrían los Estados adoptar a bitcoin como moneda de curso local? Por lo que ellos mismos han demostrado en los últimos dos años, la respuesta es rotunda.
¿Y por qué seguir el ejemplo que está dando El Salvador?
En los casi dos años y medio que lleva el experimento de Bitcoin en El Salvador, la moneda digital pionera ha impulsado múltiples cambios. No solo por el hecho de que la nación ahora posee unos 2.381 bitcoins que le están generando ganancias, sino también por el hecho de que se está gestando la ambiciosa visión de aprovechar la minería de Bitcoin para desarrollar la economía y atraer inversiones.
Adicionalmente, las calificadoras crediticias han mejorado el puntaje del país centroamericano, sus bonos en dólares están atrayendo inversionistas. Y, en definitiva, El Salvador parece estar demostrando que no seguir los lineamientos del FMI puede que no sea algo tan nefasto para los Estados.
Mientras tanto, el FMI sigue cuestionando a Bitcoin y en uno de sus reportes del año pasado ofrece respaldo a los países que desarrollan sus monedas digitales de banco central (CBDC), aun cuando, hasta ahora, estas son rechazadas por la mayoría de las personas.
Hay varias razones por las que los países querrían seguir el ejemplo que está dando El Salvador. Una de las principales es que al igual que el país centroamericano, hay naciones que dependen de la moneda de otro, y que, por ende, está a merced de su hegemonía.
Como consecuencia, los países dependientes sufren por la impresión monetaria de las economías dominantes. Pagan los costos de la inflación y de la devaluación sin poder hacer nada para evitarlo.
Además, soportan el costo del señoreaje estadounidense, el cual es el costo que tiene emitir su propia moneda, o los riesgos y consecuencias asociadas con la emisión de moneda por parte de las potencias económicas. Es decir, el dólar por parte de Estados Unidos, el euro de la Unión Europea y el yuan o renminbi de China.
Como país dependiente del dólar, al adoptar a bitcoin El Salvador sentó las bases para convertirse en un país económicamente soberano.
Sigue siendo una economía dolarizada, pero probablemente tiene en mente dejar detrás su total dependencia de una moneda que emite y controla a placer otro país. En cierta medida, dio un paso hacia la idea de que, algún día, dejará de pagar el costo de la degradación monetaria impuesta por las decisiones económica de Estados Unidos.
El país centroamericano dio el paso en septiembre de 2021 con la entrada en vigor de su Ley Bitcoin. Y como él, otras naciones, en condiciones similares, seguramente seguirán sus pasos.
Probablemente algunos ya lo hicieron y lo mantienen en secreto. No propiamente promulgando una ley, sino manteniendo fondos en bitcoin. Mientras que otros seguirán haciendo intentos por la vía legislativa. En todo caso, ya existe una lista de gobiernos que poseen bitcoin y esta es liderada por Estados Unidos.
Sí, los Estados adoptarán bitcoin
La resistencia que ha mantenido El Salvador con la adopción de bitcoin como moneda de curso legal deja una imagen ejemplificante para el mundo: puedes ser un rebelde de todos los parámetros mundialmente establecidos, y puedes sobrevivir obteniendo ganancias con una moneda antiinflacionaria para construir el futuro soberano de tu país.
Así que pronto surgirán Estados decididos a adoptar a bitcoin, lo harán en la medida en la que aumente la degradación monetaria de Estados Unidos y Europa. Esto es algo que ya manejan estas llamadas potencias económicas y seguramente por ello es que tienen tanto interés en desarrollar y promover sus CBDC.
Miran a Bitcoin como una gran amenaza, aunque sigan elevando las tasas de impuestos para los activos digitales, se incremente la cacería de los criminales para decomisar BTC.
Y en medio de todo ello, llega un ATH de bitcoin impulsado por una gran adopción institucional a través de los ETF. Entonces, incrementa de precio y El Salvador anuncia sus ganancias, y los Estados comienzan a darse cuenta de que han sido menos solventes cada día.
Posteriormente deciden emitir deuda a largo plazo con tasas bajas para financiar sus compras de bitcoins, y ¡saz! en un parpadear de ojos, ya comienzan a dar el paso a paso que les conduce por las vías ya transitadas de El Salvador. Y sí, definitivamente si, los Estados adoptarán a bitcoin.
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