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Trump podría darle un giro completo a la realidad actual del mercado de las criptomonedas en EE. UU.
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La administración electa tendrá un nuevo plantel, con miras a una reserva estratégica de BTC.
Después de un mes de los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pareciera que ha quedado un poco antiguo hablar de Donald Trump. Pero nada más lejos de la realidad: el presidente recientemente electo es una figura clave a la cual se le ha dado una segunda chance de hacer grande nuevamente a un país que, por más que ya es potencia, viene haciendo las cosas bastante mal.
Estados Unidos se ha ganado la fama de ser un gran acumulador de deuda, a un nivel actual de 36 billones de dólares. También, de mantener una problemática de déficit fiscal prácticamente nunca resuelta, y de crisis del dólar, inflación, problemas de inmigración y la lista sigue.
Pero lo que nos incumbe aquí es la relación de esta nación con Bitcoin y el resto del ecosistema. A pesar de liderar los mercados, sus participantes deben sortear miles de obstáculos que el mismo gobierno viene colocando en el camino, convirtiendo a EE.UU. en un “infierno” regulatorio e impositivo. Ni hablar para quienes no acatan las reglas.
¿Y qué es lo que realmente nos interesa ahora de Estados Unidos con relación a Bitcoin? Que parece que toda esa mala energía que nombramos podría estar a punto de empezar a revertirse.
Vamos a ver con lo que cuenta el país hoy en día.
Plantel renovado
Sabíamos que el actual titular de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de EE. UU., Gary Gensler, tenía los días contados en su cargo ganara quien ganara. ¿Por decisión propia? A decir verdad, estaba obligado a dejar el puesto.
Kamala Harris busca desprenderse de todas las polémicas de la administración actual. Y al primero que hubiese reubicado sería a Gensler, responsable de una gestión “anti-cripto” altamente cuestionada, habiendo sido seleccionado por Joe Biden, el presidente que ahora se dedica a perdonar pecados de su hijo, en 2021.
Y de ganar Trump (cosa que terminó sucediendo), pondría a una persona de su confianza y lo sacaría por motivos similares. De hecho, en julio anunció públicamente que, de ganar la elección, despediría al actual titular de la SEC desde el primer día.
Al comunicar su renuncia al cargo para el próximo 20 de enero, Gensler pareciera haber sido cegado por el Neuralizador de la saga Men in Black, “borrándole todos sus recuerdos” al hablar de su gestión y de la del presidente Biden.
Paul Atkins ha sido nombrado para ocupar la titularidad de la SEC, ahora por segunda vez. Y a menos que sea otro lobo más disfrazado de cordero, será un punto a favor para la gestión de Trump.
La introducción de Elon Musk y Vivek Ramaswamy con la oficina DOGE, Robert F. Kennedy Jr. en rubro salud, el cambio en el Tesoro al mover a una Yanet Yellen que ha permanecido enquistada en el poder desde hace años y toda la batería de nominaciones recientemente anunciadas, se suman a la causa de sanear la administración “anti-cripto” que conocemos. O al menos esas son las intenciones.
La Operación Choke Point en su fase 2.0 fue la encargada, por años, de perseguir a organizaciones e individuos relevantes del ecosistema de las criptomonedas. Trump puede ponerle freno a esto y sacar ventaja de ello. Es quitarle el pie de encima a la industria de bitcoin y las criptomonedas y, a su vez, mejorar su imagen. Un Win-Win.
Una piedra en el zapato
¿Y qué hacemos con Powell? Esa es la pregunta que posiblemente Trump y su equipo se hayan hecho en este último tiempo.
Jerome Powell es el titular de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Controla la tasa de interés, el circulante de dinero y regula la inflación junto a los 12 bancos regionales que, en su conjunto, forman el “Sistema”. Y sí, es de gran influencia en el mercado de las criptomonedas.
En Argentina, por ejemplo, el presidente de la Nación apenas asume su cargo, designa al presidente del Banco Central. En EE. UU., no es un cargo cuyo miembro pueda reemplazado con facilidad.
Y no. No hay ningún indicio aún de que Jerome Powell quiera irse. De hecho, cuando le preguntaron recientemente si renunciaría, de su boca salió un rotundo “no”. Menos lo hará sabiendo que Trump fue quien le dio acceso a su actual cargo en 2018, aun cuando le reclame firmemente su necesidad de influir más en las decisiones de la Reserva Federal.
Powell ha sido objeto de críticas y memes tras sus decisiones en la FED, participando en una de las emisiones de dinero más desopilantes de la historia, gracias a la cual se creó un 22% del circulante total de dólares solamente en 2020. ¿Seguirá la impresora de dólares haciendo “brrrrr” hasta 2026, cuando se le termine el cargo?
La jugada desde el Senado
Hasta ahora, el proyecto de ley de Reserva Estratégica de Bitcoin (SBR, por sus siglas en inglés) presentado a fines de julio por la senadora republicana por el Estado de Wyoming, Cynthia Lummis, es una de las propuestas que más resuenan en el ecosistema Bitcoin.
Sin duda, la propuesta impacta, pero ¿estamos seguros de que no se utilizará ni un solo dólar para hacer esta compra de BTC? El planteo de Lummis apunta a usar las reservas de la FED, incluyendo también certificados de oro. Eso nos da la pauta de que no buscarán adquirirlos con superávit fiscal, es decir, gastando menos de lo que ingresa a las arcas públicas, por el simple hecho de que no estiman alcanzar esa condición positiva.
¿Podría EE.UU. acumular 1 millón de BTC a lo largo de 5 años y aguantarse 20 sin vender nada? Un presidente dura solo 4 años, puede cambiar al titular del Tesoro y, además, no sabemos si Trump se presentará a reelección.
No estoy en contra de las reservas estratégicas. Pero la forma en que se ha encaminado este tema, al menos, me hace algo de ruido. Espero que lo que se decida sea en favor de la gente y no hipotecando aún más su futuro.
A pesar de que solamente 1 proyecto se ha convertido en ley de los que Lummis ha patrocinado por su cuenta siendo senadora, Trump cuenta con mayoría republicana en ambas cámaras. Así que, señoras y señores, ¡no hay excusa para que no sea ley! ¿O sí?
Todo sea por la adopción
Como solemos decir en Latinoamérica, “los jugadores se ven en la cancha”. Lo mismo aplica para la política: queremos que las promesas hechas tanto en campaña como en gestión se demuestren con hechos y no queden en palabras. Aplíquese a todo funcionario público en el mundo.
Todavía Donald Trump no asumió la presidencia, por lo cual no hay que exagerar nuestras críticas. Incluso, a pesar de que a veces resulte molesto verlo mezclar Bitcoin con World Liberty Financial. O leer su “¡de nada!” a los bitcoiners por haber alcanzado los 100 mil USD por BTC, luego de convertirse en presidente electo.
Pisar el freno en la persecución al ecosistema ya sería un gran avance, pero desde una óptica integral. Hablo de las presiones a exchanges, cuestiones tributarias, detenciones a desarrolladores, guerras en torno a “security sí, security no” y litigios judiciales no resueltos.
Con eso nos bastaría para generar adopción, sabiendo que podemos usar o crear herramientas sin miedo ser encarcelados y/o a tener que pagar multas obscenas. Poder elegir entre más opciones siempre es sinónimo de mayor libertad.
Ah. Y los Estados que quieran crear reservas estratégicas en BTC, ¡adelante! Pueden hacerlo desde hace casi 16 años y podrán hacerlo a futuro también.
Al fin y al cabo, Bitcoin es para todos. Incluso para estrategas del marketing.
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