Hechos clave:
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Andreas Antonopoulos ha sido criticado por no radicalizar su opinión sobre Bitcoin y criptomonedas.
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¿Somos capaces de matizar las convicciones políticas por el bien de la adopción de Bitcoin?
Desde hace más de 5 años, Andreas Antonopoulos modera un canal de YouTube con cientos de videos explicativos sobre Bitcoin, blockchain y las criptomonedas. Convirtiéndose en uno de los principales voceros al que todo usuario primerizo suele recurrir cuando toman este camino. Andreas ha abierto la puerta de entrada a nuevos bitcoiners desde hace un buen tiempo.
Los términos amigables en su conversación, junto con la explicación concreta de las medidas fundamentales de este tema; la consistencia y disciplina, que se amplía a transmisiones en vivo, consultorías y charlas en conferencias alrededor del mundo, han hecho de Antonopoulos el divulgador quizá más reconocible hasta ahora del ecosistema de Bitcoin.
Su esfuerzo por dar sentido a toda la información y el imaginario sobre Bitcoin y las criptomonedas, lo ha hecho sustentado en donaciones, siempre dejando clara su independencia como creador de contenidos. Si bien desde un principio Antonopoulos se ha enfocado en divulgar conocimiento sobre Bitcoin, nunca ha manifestado sentirse parte de una tendencia radicalmente maximalista en torno a la criptomoneda original.
Es claro que ha ayudado a difundir muchísima información, teniendo además brillantes intervenciones de corte reflexivo y no técnico a lo largo de su carrera. Pero a los ojos de algunas personalidades del ecosistema, Antonopoulos ha cambiado, desviando su atención hacia otros ámbitos, comentando sobre temas que podrían resultar polémicos para los fanáticos de Bitcoin: Ethereum y las DeFi.
La oportunidad de redimirse ante las críticas del sector maximalista llegó hace poco más de una semana. En una conversación en el podcast de Peter McCormack, ‘What Bitcoin Did: Does Bitcoin have gatekeepers’, (¿Bitcoin tiene porteros?), Antonopoulos comentó acerca de las presiones que ha recibido por facciones más radicales del variado conjunto de ideologías que orbitan en torno a Bitcoin.
Antonopoulos hizo referencia al consenso social, como una forma de establecer parámetros en torno al conocimiento y pensamiento sobre Bitcoin. Considerando que es válido adoptar un conjunto de ideas que nos lleven a forjar un criterio sobre qué es Bitcoin y qué no, también mencionó que no es válido bloquear la experiencia particular de cada individuo en este aspecto.
“Si seguimos expandiendo el conjunto de principios a defender, en algún punto rozaremos el absurdo. Si juntamos un montón de ideas políticas con las que nos identificamos fuertemente desde una cosmovisión, y las asociamos de forma excluyente a la visión de qué es Bitcoin; manteniendo a raya a quién no esté de acuerdo, en ese momento se vuelve poco productivo. La pregunta es ¿dónde dibujamos la línea? ¿Qué grupo de principios podemos elevar hasta llegar al nivel de pureza que se espera de un nuevo usuario de Bitcoin?”
Andreas Antonopoulos
Andreas continuó explicando cómo los movimientos sociales como la revolución francesa, rusa y estadounidense, entraron en decadencia por esta conducta. Así afirmó que el “test de admisión” para nuevos bitcoiners se vuelve tan exigente que nadie puede pasarlo, a menos que mienta.
“Regular cuánto nivel de conocimiento técnico debería tener un usuario, comentarista, podcaster o educador me parece pasar la línea. Separar a los puristas de los no puristas es un tribalismo y es tóxico”, sentenció.
Posteriormente, en un hilo de comentarios en Twitter, Andreas señaló cómo además de recibir críticas después de estrenarse este episodio, también recibió amenazas, insultos y otros tipos de acoso cibernético. Incluso algunos coautores de su libro ‘El Internet del Dinero’ recibieron presiones para que dejaran de trabajar con él. Por supuesto, también recibió el apoyo de decenas de seguidores, aunque las ofensas y ataques ad-hominen siguen siendo lamentables.
Del otro lado de la pregunta que planteó el podcast (¿Bitcoin tiene porteros?), Pierre Rochard, consultor de inversiones y maximalista de Bitcoin, ha estado compartiendo sus impresiones sobre cómo Antonopoulos, McCormack y otros se han convertido en los porteros anti maximalismo del espacio.
Rochard comenta con ironía que sí, los maximalistas defienden a capa y espada a Bitcoin, pero argumentando que, ya que la experiencia individual es determinante para el aprendizaje de los nuevos usuarios, nadie mejor que un maximalista para ayudar a los nuevos usuarios a enfocarse en la criptomoneda original y no en otros proyectos del ecosistema.
Sin embargo, más seriamente, Rochard aclaró no estar de acuerdo con que nadie se crea portero de Bitcoin. “Solo tú puedes evitar que utilices Bitcoin. Tú eres tu propio portero. Eres tu propia prueba de pureza. Todo está en tu cabeza”, comentó.
Convicciones políticas en torno a Bitcoin: ¿válidas pero tóxicas?
Considerando Bitcoin como una de esas invenciones que da cuerda al reloj de la historia de la humanidad; de esas creaciones cruciales para el desarrollo de nuestra especie y la superación de viejos paradigmas, tal vez Bitcoin pueda alinearse más con ciertas ideas políticas modernas que con otras.
Después de todo, sí, es una implementación técnica que funciona sin detenerse y que es indiferente a lo que desde el mundo real pueda pensarse. Pero sabemos que su creador no lo hizo exclusivamente teniendo eso en mente, sino una serie de consideraciones acerca de la naturaleza del dinero y la experiencia previa del individuo con las instituciones históricamente predominantes.
Esto puede evidenciarse en las propias palabras que dejó Satoshi Nakamoto antes de desaparecer, como por ejemplo en un correo electrónico donde comenta cómo Bitcoin es más atractivo desde una tendencia libertaria; o en otro mensaje donde apunta al rol que ejercerá Bitcoin para ganar la carrera armamentística a los gobiernos y escapar de su control.
Las implicaciones políticas, filosóficas y éticas de Bitcoin parecen obvias cuando hablamos de descentralización, libre intercambio, consenso, propiedad privada, soberanía, emisión limitada y deflacionaria, prueba de trabajo (PoW) y libertad.
Si trasladamos todos estos elementos hacia los demás protocolos de criptomonedas, tomándolos como los más nobles requisitos, encontramos con frecuencia que muy poco se cumplen y que Bitcoin sigue resultando el mejor ejemplo de este ethos.
Sin embargo en tiempos modernos donde la subjetividad halla siempre un lugar, creo que es importante no reducir el debate a un set único de preceptos, aunque a mi parecer Bitcoin esté más alineado con ciertas ideas que con otras.
Independientemente de la óptica que quiera asumirse, la suma de todas las experiencias individuales determinará el éxito de Bitcoin. Pero este éxito siempre será visto desde un punto de vista relativo; a menos que hablemos de un evento hipotético, en el que no ahondaremos en este escrito, que por medio de una catástrofe inevitable elimine esta red por completo de nuestra realidad.
Es esta diversidad de ideas lo que garantiza que cada individuo tenga una experiencia enriquecedora y formativa acerca de Bitcoin, para su beneficio económico o no. No hay una sola puerta de entrada a Bitcoin.
Bitcoin se presenta de forma diferente para cada quién. La visión resultante la define el camino por el que nos hayamos acercado a esta genial invención. Al recorrer nuestra propia ruta, descubrir nuevos datos, funcionalidades y herramientas, podremos tomar decisiones en base a un conjunto de ideas que nos guíen y acompañen.
Por supuesto, esto pasa por saber que Bitcoin no tiene guardias en la puerta, vigilando y controlando quién es digno de entrar o no a esta experiencia. Esto incluye a Andreas Antonopoulos y también a Satoshi Nakamoto, sin desmeritarlos. Pero nadie, ni por su esfuerzo ni vocación, está en posición de ejercer tan penoso papel de vigilante de la autenticidad de un bitcoiner.
Como siempre, la experiencia de Bitcoin, y muchas otras cosas más en la vida, se reduce a dos lemas fundamentales: “No confíes, verifica” y “Haz tu propia investigación”.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.
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