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La bonanza y el brillo de la ciudad venezolana desaparecieron tras la crisis política y económica.
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Cuatro alternativas monetarias dominan: dólares, pesos colombianos, bolívares o bitcoin.
Maracaibo está arrasada. La otrora ciudad petrolera que empujó por años a un país completo ahora vive una normalización del caos. En varios frentes hay conflictos por el agua, los alimentos y la gasolina. Los chatarreros son los protagonistas de una urbe zombie en donde el calor literalmente mata gente.
La foto de Maracaibo es miserable, una combinación de la película Mad Max con la serie televisiva The Walking Dead, en donde la mayor guerra es por el dominio de la moneda luego de un inútil conflicto político que acabó con todo a su paso. En su mayoría, existen cuatro alternativas que intentan adueñarse de las transacciones en los maltrechos comercios: quienes usan dólares (USD), pesos colombianos (COP), bolívares (VES) y bitcoin (BTC).
Durante décadas el grupo VES fue el de mayor rango y dominancia, pero su poder de influencia en la población cayó por la desconfianza ante quienes la promovieron como moneda legal. En el pasado, tener muchos bolívares era señal de riqueza y prosperidad. Hoy es exactamente lo contrario. Quienes tienen bolívares ahora son los que más sufren. La moneda vale tan poco que es usual verla tirada en las calles y en medio de la basura.
La preferencia de la golpeada población ahora son los dólares estadounidenses que han acaparado el 86% de las transacciones, según una investigación de la firma Ecoanalítica. Todos tienen y quieren más dólares, eso sí, solo en billetes en excelente estado, recién impresos, sin tachaduras, como nuevos y en denominaciones de USD 10 hacia arriba, si es posible. El otro camino directo a los dólares es por transferencias con bancos estadounidenses vía Zelle.
En una ciudad en donde no hay bancos autorizados para depositar dólares en efectivo, la gente no tiene otra alternativa que guardarlos en sus polvorientas casas. Cualquier lugar es bueno, debajo del colchón o escondidos en alguna prenda de vestir del closet. Hay quienes los llevan a la zona fronteriza, en una peligrosa travesía de 50 kilómetros hacia Colombia, para cambiarlos por pesos y comprar alimentos.
Debido a la cercanía con este país, muchos comercios de Maracaibo y del estado Zulia en general, también aceptan pesos colombianos, pero con facturación en bolívares. Igual como sucede con el dólar, con el que se paga cualquier producto, servicio y se dan hasta propinas en los restaurantes, también pasa con los pesos en los establecimientos locales.
Un elemento que juega en contra de los dólares y los pesos en efectivo es la falsificación de los billetes. También se han reportado casos de estafas y suplantación de identidad en los que se ofrecen divisas a través de las redes sociales con resultado final desfavorable para cientos de personas.
Bitcoin gana espacio
Bitcoin es la cuarta alternativa que, en medio del caos, ha ganado visibilidad. Su uso no solo se sigue popularizando en Maracaibo, sino que en Venezuela hay miles de personas que comercializan a diario la criptomoneda original. Llamada en código clave BTC, bitcoin se recibe como medio de pago en tiendas de conveniencia, cafés o tiendas de dispositivos electrónicos.
Aunque los dólares y los bolívares siguen dominando en Maracaibo, bitcoin despierta interés ya que es una criptomoneda que no está limitada por las fronteras, resiste a la hiperinflación, está disponible las 24 horas y cualquier persona puede enviar y recibir la cantidad que desee. Además, es infalsificable y sirve para resguardo de valor.
Con estas cualidades hay personas que ven más atractivo manejar bitcoins ya que pueden ingresar a cualquier criptobolsa como LocalBitcoins, canjearlos a cualquier hora del día y recibir dinero directamente a una cuenta bancaria en bolívares, si lo desea la persona, o a una cuenta internacional en la moneda nacional de su preferencia.
En cambio, quien maneja dólares o pesos tiene dos opciones: pagar con ellos conociendo a qué tasa lo reciben en los establecimientos comerciales o venderlos a terceras personas por bolívares en el mercado informal, lo que puede generar demoras para cerrar la operación.
Oro negro y oro digital
La realidad de Maracaibo es que la capital petrolera de Venezuela perdió su brillo y bonanza, la misma que se ganó por más de 100 años gracias al “oro negro”. Ahora la lucha de sus habitantes es sobrevivir, muchos como en mi caso lo hacemos con bitcoin minimizando el uso de dólares, bolívares o pesos.
Una manera de usar bitcoin en Maracaibo es ofrecer servicios profesionales a cambio de esta criptomoneda, también está la posibilidad de comprar bitcoins con bolívares o minar BTC, aunque esta última opción luce más cuesta arriba ante la situación eléctrica actual. Lo cierto es que cada vez más personas le encuentran una utilidad.
No es un secreto, pero se está librando una batalla invisible por ganar espacios en el uso de monedas nacionales o criptomonedas en Maracaibo, esto sin la detonación de ninguna bomba o dispararle a alguien. Tampoco hay persecuciones para que exista una mayor adopción. Es la población la que está evadiendo el uso del bolívar y sigue viendo en bitcoin un mecanismo de resguardo, no como parte de un relato ficticio, sino como una realidad para un mejor manejo del dinero.
Las razones que llevaron a los marabinos a usar bitcoin son múltiples, pero destacan: el reemplazo de una moneda débil, contrarrestar la devaluación, la escasez de dinero en efectivo y las políticas monetarias erradas.
Son estas mismas causas las que también impulsaron el uso del dólar como una vía de escape más próxima al uso del bolívar. Sin embargo, la educación de los usuarios sobre bitcoin estaría ganando más espacio, lo que le ha servido a un porcentaje no determinado de la población como un bote salvavidas, ya no aferrados al “oro negro” sino al “oro digital”.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.