El ecosistema de las criptomonedas acaba de vivir uno los acontecimientos más importantes de los últimos años que será recordado no solo por el debate filosófico que ha generado en torno a él, sino también por la demostración de sus capacidades técnicas y mediáticas. Me refiero al hard-fork recién aplicado en la plataforma de Ethereum.
Tan solo unas pocas horas después de la ejecución de la bifurcación, el equipo líder de Ethereum confirmó la completa realización del proceso donde se activó el mecanismo de recuperación de los fondos de la Organización Autónoma Descentralizada (DAO), que habían sido sustraídos por un atacante desconocido.
La sutileza y rapidez con las que se desarrolló este proceso sin duda alguna llaman la atención luego de que durante unos meses atrás, en el seno de la comunidad de desarrolladores de Bitcoin, emergió un debate respecto a las alternativas técnicas para resolver el actual congestionamiento de la red y garantizar su escalabilidad a futuro.
Aunque en este artículo no pretendo hacer comparaciones entre el nivel de consenso que posee la comunidad de Ethereum respecto a su recién aplicado hard-fork y las divisiones existentes en la comunidad de Bitcoin, sí considero necesario usar pinzas y lupa para destacar los aciertos técnicos y mediáticos que ha tenido el equipo líder de Ethereum durante este proceso.
Estos son algunos de los puntos más resaltantes de la reciente bifurcación de Ethereum que rompen muchos argumentos de los detractores de una potencial aplicación de un hard-fork en Bitcoin:
El consenso es la clave
La comunidad de Ethereum demostró en todo momento estar de acuerdo con la aplicación de una bifurcación para el rescate de los fondos de la DAO, bien fuese a través de un soft-fork o, como terminó siendo, mediante un hard-fork. Esto es una muestra en que la resolución del problema siempre estuvo por encima del método a utilizar, por supuesto trabajando siempre en minimizar los riesgos en cada caso.
En la comunidad de Bitcoin hay un objetivo clave que es común en las diversas propuestas: aumentar el límite del tamaño de los bloques de la red. Tanto las alternativas presentadas por Core, Classic y Unlimited (las que cuentan con mayor apoyo) han presentado en sus hojas de ruta dicha modificación al protocolo, por lo que claramente hay un punto en común entre las propuestas.
No obstante, los detractores del hard-fork han colocado el procedimiento por encima del objetivo final en sus prioridades al alegar, con argumentos muy faltos de conocimiento técnico, que una bifurcación dura colocaría en riesgo a la criptomoneda. Justamente Ethereum ha desechado tal desestimación actualmente con la ejecución de un proceso limpio y rápido donde el consenso fue la clave.
Al colocar a la gran mayoría de los usuarios a favor de la resolución del problema (más del 85%), la bifurcación de la cadena de bloques no representó en ningún momento un riesgo para la plataforma. Con claridad y tranquilidad, la cadena de bloques principal se erigió de forma rápida con el apoyo de los usuarios, dejando relegada a la contraparte con bastante determinación.
Este aspecto muestra claramente que al existir consenso (la clave del protocolo diseñado por Satoshi Nakamoto), un hard-fork puede desarrollarse sin ningún contratiempo y lograr de forma rápida y efectiva la resolución de un problema determinado para la comunidad.
El manejo de los incentivos
Otro de los puntos clave del éxito de hard-fork fue la cooperación de las casas de cambio en el proceso. Recordemos que las principales plataformas que ofrecen el comercio del Ether notificaron días antes a sus usuarios la suspensión temporal de sus actividades, desde una hora antes de la bifurcación hasta luego de haberse definido la cadena de bloques principal.
Si bien este movimiento se realizó más con la intención de evitar transacciones fallidas alojadas en bloques no reconocidos por alguna de las cadenas, también tuvo un importante efecto en la comunidad al retrasar las operaciones de comercio del Ether. Al congelar momentáneamente las transacciones en su plataforma, las casas de cambio daban su apoyo a la ejecución de hard-fork, un detalle que ayudó claramente a reducir riesgos que pudiesen llevar a la red a precisamente lidiar con dos cadenas de bloques relativamente activas y sin ninguna opción definitiva.
Aunque nuevamente el consenso es importante en este punto, lo que debemos extraer es la importancia de contar con un sistema comercial que añada mayor incentivo a los mineros a apoyar la nueva cadena de bloques que contiene la opción de hard-fork al mismo tiempo que se va desestimando el uso de la otra.
Este factor obviamente terminó inclinando aún más la balanza a favor de la nueva cadena de bloques principal, puesto que los mineros y nodos que aún estaban apoyando a la opuesta, rápidamente dejaron de tener incentivos para seguir operando en ese lado minoritario, devaluado e inútil de la bifurcación.
Si bien está concebida como una tecnología peer-to-peer, no podemos negar la importancia que poseen las casas de cambio en el comercio y adopción de la criptomoneda. Y en este caso de necesidad de consenso para la realización de un hard-fork, este sector juega un papel importante a la hora de garantizar el éxito de la bifurcación.
Disminución de riesgos en el código
Recordemos que inicialmente los desarrolladores de Ethereum propusieron la aplicación de un soft-fork para congelar los fondos de la DAO y posteriormente realizar otras acciones para recuperar los fondos sustraídos por el atacante. Posteriormente esta opción sería desechada debido a los potenciales riesgos que contenía para la plataforma de Ethereum.
Esto llevó al equipo de desarrolladores a aplicar la opción del hard-fork directamente, la cual ya había sido propuesta pero que, justamente por argumentos poco sustentados técnicamente y erróneas percepciones de riesgo, fue desestimada.
Si nos trasladamos al caso de Bitcoin, los señalamientos negativos hacia la opción del hard-fork son más equívocos y superficiales todavía, ignorando claramente una de las ventajas que las bifurcaciones de este tipo ofrecen: una menor cantidad de modificaciones en el código fuente del protocolo.
Para colocar un ejemplo, la implementación mediante un soft-fork de la técnica Segregated Witness de Bitcoin Core agrega más de 3.000 líneas de código al protocolo, una opción de mucho mayor tamaño y complejidad en comparación con la alternativa del hard-fork. Las diferencias entre ambas opciones y sus correspondientes riesgos ya fueron analizados por el desarrollador Jeff Garzik, quien pone en la mesa las numerosas ventajas de la bifurcación fuerte para la aplicación de Segregated Witness y el aumento del tamaño del bloque en Bitcoin.
A pesar de que cualquier código realmente bien escrito y bien probado puede ejecutarse sin inconvenientes, el proceso de elaboración y prueba sería sin lugar a duda mucho más largo al necesitar agregar muchas más líneas de código de las necesarias. Y tomando en cuenta la premura con que la red de Bitcoin necesita resolver el actual congestionamiento, el factor tiempo es otro punto a favor de la aplicación de un hard-fork.
Las modificaciones del código utilizando un soft-fork son también opciones muy útiles y necesarias, pero tomando en cuenta la envergadura de las modificaciones y el riesgo que estas suponen, nos queda claro que en el caso actual de Bitcoin es mucho más seguro implementarlas mediante un hard-fork.
No más miedo al hard-fork
En conclusión, la comunidad de Ethereum y su equipo de desarrolladores han mostrado una forma de realizar una limpia aplicación de un hard-fork en su cadena de bloques, dejando a un lado las opiniones poco fundamentadas de diversos críticos de esta modalidad.
Mirando hacia Bitcoin nos encontramos con un contexto completamente distinto donde el aumento del tamaño del bloque es un objetivo común, pero que el miedo hacia las bifurcaciones fuertes ha generado, entre otras cosas, el retraso de la llegada de la solución al congestionamiento actual de la red.
Sirva entonces este contundente ejemplo de Ethereum para, al menos, limpiar la equivocada imagen que se le ha acuñado en la comunidad de Bitcoin a los hard-fork y reabrir el debate en la búsqueda de alternativas más limpias, seguras y eficientes en la búsqueda de la escalabilidad de la red.
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