La comercialización de criptomonedas con fines especulativos puede implicar serios riesgos, especialmente para los nuevos inversionistas. A través de las experiencias de un emprendedor inmobiliario inglés, que perdió los ahorros de toda su vida durante la baja abrupta del criptomercado en diciembre de 2017, se pone de relieve la importancia de gestionar los riesgos
cuando se invierte en un mercado poco conocido.
Durante 2017, cuando experimentó un incremento cercano al 20.000%, bitcoin comenzó a ser conocido por el gran público debido al aumento sostenido de su precio en el mercado. En la segunda mitad de 2017 este incremento fue mucho más notable, y se produjo el efecto acumulativo de mayores volúmenes de compra venta, que llevan a un incremento del precio, lo cual estimula a nuevos inversionistas, entre ellos los temerosos de perder la gran oportunidad de unas ganancias fáciles y rápidas.
Justamente en la mayor pendiente de ese crecimiento, en noviembre 2017, Sean Rusell, emprendedor inglés que se dedicaba a comprar propiedades y reacondicionarlas, para luego venderlas, se interesó por bitcoin. En una entrevista a CNN Money, Rusell cuenta que no tenía experiencia ni siquiera en el mercado de valores, pero que las experiencias de conocidos que habían invertido recientemente eran todas exitosas.
La decisión de la que todavía se arrepiente fue disponer de sus ahorros, el equivalente de $120.000 dólares, e invertirlas en bitcoin. En el corto plazo, la inversión parecía acertada. Rusell cuenta que en ciertos días tenía ganancias de $10.000 y que eso lo convencía que iba a poder realizar sus sueños, pagar la hipoteca o unas fabulosas vacaciones.
El 17 de diciembre de 2017, en la casa de cambio escogida por Rusell, bitcoin superó los $20.000, para luego comenzar un descenso abrupto. A inicios de enero, bitcoin se recupera y vuelve a caer, después de constatar que la caída de la criptomoneda pionera era sostenida, cambió los bitcoins por Bitcoin Cash (BCH), Ethereum (ETH) y Ripple (XRP), lo que finalmente acentuó más sus pérdidas, porque en ocasiones, las denominadas altcoins caían de manera más pronunciada que bitcoin. En total, Rusell perdió el 96% de los invertido.
Al constatar que el mercado total de criptomonedas ha perdido unos $600 millardos de dólares en 2018, por simple estadística se infiere que hay muchos casos como el del desafortunado -y podríamos agregar, poco previsivo- inversionista inglés.
Ni en los momentos de alza, ni cuando el mercado de criptomonedas decae, encontramos explicaciones racionales de esos comportamientos. Incluso, hay hechos que sí influyen en el mercado pero que se constatan a posteriori. Esto lleva a una conclusión que aconseja cautela al nuevo inversionista: es preferible asumir que el mercado es impredecible y volátil, como primera premisa.
El otro principio que debe guiar cualquier incursión en el mercado, es el de experimentar con cantidades que no representen luego un descalabro, si la corazonada falla o si el dato del criptoamigo bien informado resultó erróneo. Si quiere participar del mercado de criptomonedas, invierta sólo lo que está dispuesto a perder.