La red de computadores que comenzó como un proyecto financiado por el departamento de defensa estadounidense al final de los años 60 y que una década después daría inicio a Internet, consideraba la redundancia y la descentralización como características principales de su arquitectura.
Como el proyecto nace en plena guerra fría, después que la opinión pública estadounidense fue sorprendida con el lanzamiento del primer satélite por parte de la Unión Soviética en 1957. La futura red de computadores debía seguir funcionando aún después que uno o varios de sus nodos quedaran fuera de servicio en una eventual agresión extranjera.
La primera red, ARPANET, se inicia en 1972, con un protocolo de suicheo de paquetes que luego dio paso al protocolo TCP/IP. A medida que se agregan redes a la red inicial, especialmente del ámbito académico, se confirma la estructura descentralizada de Internet, cuyas primeras aplicaciones fueron la transferencia de archivos remotos (Telnet) y el correo electrónico, de mucho mayor impacto pues cambió la forma de colaboración entre quienes accedían a Internet.
Luego nace la WWW a inicios de los 90, creada por Tim Berners Lee como una plataforma descentralizada de colaboración científica, basada en el hipertexto. El hecho de que un simple enlace podía comunicarnos con el contenido de otros usuarios fue el punto de partida para convertir a los usuarios de meros consumidores de información a creadores de contenido. Una web mucho más participativa permitiría el nacimiento de las redes sociales que configuraron un esquema de comunicación entre pares, aún si la estructura de la red era centralizada.
Pero estos importantes desarrollos que promovía la democratización de la información encuentran el obstáculo creciente de la reafirmación y el dominio de unos pocos jugadores que acaparan la información de los usuarios a cambio de brindar servicios gratuitos o aparentemente gratuitos.
Facebook, en estos momentos bajo cuestionamiento por la utilización de la información del perfil de millones de usuarios para la manipulación de sus preferencias políticas, basa la mayoría de sus ingresos en la colocación de publicidad adaptada al perfil de cada usuario y lo mismo hace Google no sólo por tener las preferencias de búsqueda de cada usuario, sino porque registra cada sitio visitado desde su página de búsqueda, para añadir más detalles a la información de cada perfil.
Estamos, en consecuencia, en un Internet muy diferente del de los años setenta por lo que han surgido voces promoviendo un regreso a la descentralización.
Hace menos de una década, a partir de numerosos esfuerzos en pro de esquemas distribuidos de interacción, con un foco importante en la seguridad, surge el concepto de Bitcoin, que describe un sistema de «efectivo electrónico», la red distribuida donde este activo se mueve y el software para su gestión.
De la misma manera que Internet comenzó a masificarse a partir de la creación de la web, el bitcoin entra en la conciencia colectiva en 2017, cuando ve crecer su cotización en más de 1.700%. Pero limitar la discusión sobre el bitcoin a los vaivenes de su precio ofrece una vista muy limitada de su impacto.
Es la naturaleza descentralizada y distribuida de su red, que es el modelo para mas de mil criptomonedas y tokens, lo que le da al bitcoin un protagonismo importante en el regreso a la descentralización de Internet. Y el auge reciente de las criptomonedas pudiera ayudar a ese objetivo, según, Hemant Taneja, el director de la firma de capital de riesgo General Catalyst, quien opina que el dinero que está fluyendo hacia las criptomonedas ayuda a obtener recursos para desarrollar un Internet más descentralizado.
La razón subyacente de las criptomonedas se relaciona con la construcción de un Internet descentralizado y hay una razón profunda para ello. Cuando se piensa en esas compañias de grandes plataformas que ahora son muy poderosas, ¿no sería bueno si pudiésemos tener los beneficios que esas compañias suministran sin esas autoridades centralizadas que ejercen tanto control?
Hemant Taneja
Director
En diversas áreas de servicios que hoy son centralizados en Internet, están apareciendo alternativas descentralizadas. por ejemplo, en el área de almacenamiento descentralizado las propuestas existentes introducen el manejo de tokens para acceder a una plataforma de fuente abierta que ofrece este modelo de almacenamiento o alternativas en la nube, que no carga los datos en un servidor central, sino que es distribuida en miles de servidores. Solo el dueño de la información tiene acceso a la misma. Otra iniciativa hacia el objetivo de la descentralización la vemos en los servicios de nombres de dominio descentralizados, que son más seguros y no son susceptibles de bloqueo.
Una dificultad para profundizar en los esfuerzos hacia la descentralización de Internet está en que Bitcoin se está conociendo cada vez más, pero no con una visión amplia del concepto, pues lo que domina en las noticias es su comercialización en las casas de cambio.
Bitcoin es más que una criptomoneda. Tras el concepto de Bitcoin se encuentra un cambio de paradigma que cuestiona la forma en que manejamos nuestras finanzas personales, pero también demuestra cómo un conjunto de usuarios puede difundir una idea de seguridad que se sostiene en la confianza generada por un protocolo basado en matemáticas y en la capacidad de la red de replicar miles de copias de datos que pueden ser consultados en cualquier momento y por cualquier persona.
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Bitcoin won’t decentralize internet, but the technology is being used by other projects like skycoin / skywire to do as much as possible to achieve a true decentralized internet
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