Hechos clave:
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Elon Musk desafió al Estado de Brasil intencionalmente incumpliendo una orden judicial.
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La presión de los Estados sobre las redes sociales sigue creciendo.
“En una época de engaño, decir la verdad es un acto revolucionario».
George Orwell
El viernes 30 de agosto un juez brasilero ordenó la suspensión a nivel nacional de una de las redes sociales más grande del mundo: X.com (anteriormente -y de aquí en más- Twitter). Esta orden actualmente está siendo cumplida por los proveedores de internet (ISPs) de la mayor potencia económica de Latinoamérica.
Según informa el medio Lupa, el 17 de agosto, Twitter anunció el cierre de su oficina en Brasil, lo que viola la legislación positiva del país. Porque para operar en territorio brasilero, todas las plataformas de redes sociales deben tener al menos un representante legal que se pueda contactar.
Si uno pensara mal del Estado podría entenderse que esta figura del representante legal está deliberadamente creada para que una persona física bajo la nómina de la empresa de la red social pueda ser apretada, encarcelada, secuestrada legalmente, torturada, desaparecida o lo que fuera necesario para el gobierno de turno. Todo justificado -por supuesto- en la necesidad de orden y progreso, democracia, derechos humanos o alguna otra proclama vacía de significado, pero útil para generar la excusa necesaria para que gran parte de la población tolere el autoritario ataque.
Resulta interesante ver como la tesis criptoanarquista se desarrolla en la realidad cotidiana. A falta de carne para desgarrar, cuerpos que encarcelar y tierras para expropiar o bombardear, realmente poco pueden hacer los Estados-nación en este contexto. Y es por ello que necesitan legislar normas tan fútiles como la incumplida por Twitter.
La tesis criptoanarquista plantea que los Estados no tienen la capacidad técnica para ejecutar sus leyes en el ciber espacio. Y que esto producirá una alteración en la naturaleza de las regulaciones de las relaciones humanas.
En el Cyphernomicon (16.3.3) del año 1994 Tim May afirma que “la criptoanarquía es, en cierto sentido, un retroceso al pre-estado. A esos tiempo de de elección individual sobre qué leyes seguir.”
Treinta años después de la publicación del Cyphernomicon vemos como el dueño de una compañía ha decidido públicamente y sin tapujos interpretar por si mismo la Constitución de un país.
En el reciente caso del encarcelamiento de los administradores de Samourai Wallet vimos el choque entre la red GAFI y la red Samourai. Donde la primera castigó a todos los usuarios de la segunda privándolos del servicio y además se ensañó con los administradores de aquella privándolos de su libertad ambulatoria. Allí, tanto los usuarios como los administradores ahora encarcelados interpretaron que su actividad no era lavado ni financiamiento de terrorismo pero EEUU interpretó lo contrario.
En el aún más fresco caso relativo al encarcelamiento de Pavel Durov presenciamos la disputa de poder entre la red OTAN y la red Telegram. En este caso el dueño de la red social interpretó que hacía un buen trabajo de moderación ya que sus mil millones de usuarios gozan de su servicio y continuan trayendo miembros a la red que sigue creciendo, mientras que el brazo armado offshore de EE. UU., la OTAN, interpretó que la colocación de puertas traseras, censura y mayor moderación era efectivamente un requisito legal incumplido por el luego encarcelado Pavel.
“Afortunadamente, la forma en que la gente vota tiene poco efecto en ciertas «verdades básicas» que surgen de las nuevas tecnologías y los nuevos desarrollos económicos.” y “Creo que la criptoanarquía es una de las pocas contribuciones reales a la ideología en la memoria reciente. La noción de que los individuos se independizan de los Estados eludiendo los canales ordinarios de control es nueva.”
Tim May en el Cyphernomicon.
¿Cuántos brasileros creen que bloquear Twitter por decisión de uno de ellos tiene sentido? ¿Cuántos usuarios de Twitter de los 350 millones se ven beneficiados por la obstaculización de tuits producidos desde Brasil? ¿Y cuántos se ven perjudicados por la disminución en la calidad y cantidad de contenido debido a la ausencia de los 20 millones de brasileros expulsados de la red por el juez? Los números de sensación de aprobación de la Administración no parecieran estar a favor de los reguladores.
Y esto es interesante porque sin importar cuantas elecciones se celebren, cuántos voten ni quien ocupe el sillón presidencial, ningún orden social se sostiene basado exclusivamente en la fuerza. Al igual que el cuco (boogeyman, hombre de la bolsa o chupacabra) deja de ser un problema cuando se deja de creer en el, la autoridad también deja de serlo al omitir caer en el falso mito de su existencia.
Camilo JdL para CriptoNoticias a las 859.578 timechain
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