La tecnología de blockchain cada vez gana más espacios. Hace poco oíamos hablar de la exposición realizada por los creativos de Microsoft en conjunto con el MIT donde revelaban los diversos usos que habían encontrado en la tecnología y que podían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Ahora observamos como la tecnología blockchain puede ayudar en el mundo de la música. El uso del blockchain como una herramienta para el trabajo musical no es algo completamente innovador. Recientemente, por dar un ejemplo entre varios, se hizo pública de la posibilidad de solucionar los problemas de copyright que son proclives de producirse en la aplicación Soundcloud, mediante tecnología blockchain, y así salvar a la aplicación de la quiebra.
De igual manera, la prestigiosa y mundialmente famosa Berklee College of Music, publicó un informe centrado en la promoción de la equidad y la transparencia en la industria de la música. En el informe se propone utilizar la tecnología que sustenta a la red Bitcoin, la Blockchain, para garantizar una más justa distribución de los ingresos y aumentar la transparencia.
Sin embargo, esta no es la única aplicabilidad que puede tener esta tecnología para la música. En el portal web de Billboard, se publicó un artículo que menciona a dos compañías, ambas en etapa de desarrollo, que están demostrando el potencial de la tecnología para el negocio musical.
Peertracks, de acuerdo con su presidente Cédric Cobban, es una plataforma de reproducción de música en streaming y minorista musical que permite descubrir y apoyar talentos emergentes. Para los artistas, representa una enorme oportunidad el ofrecer su música en el portal. Esto se debe a que Peertracks permite ofertar la propia música y venderla mediante lo que denominan “Fichas de Artista”, teniendo estas un concepto similar al de las tarjetas de baseball.
Cada artista puede crear su propia ficha con su imagen. Las personas que quieran apoyar al artista, pueden comprar sus fichas. El precio de cada una dentro de la página aumentará en la medida en la que aumente la demanda.
De esta manera, en la medida en que la ficha del artista que se compró aumente de precio, es posible canjearla por otras fichas dentro de la misma página que tengan más valor, aumentando así el poder adquisitivo dentro del portal. Cobban establece que el objetivo de estas fichas de artistas es crear una sub-criptomoneda cuyo valor refleje el nivel de popularidad del músico.
Sin embargo, el beneficio más importante que ofrece esta página para los músicos no solo es que su arte sea difundido de manera gratuita, sino que los ingresos que se desprenden de la compra de las fichas de artistas son recibidos directamente por ellos. Así, la persona que los escuche podrá apoyarlos sin intermediación y tendrá un incentivo en ayudarlos a darse a conocer pues en la medida en que más gente compre la ficha de artista, el valor de esta aumentará.
Los otros emprendedores web que se mencionan en el artículo de Billboard son Ujo. Ujo es una palabra de la lengua auxiliar conocida como esperanto y significa “recipiente”. Se plantea como una base de datos de derechos y una infraestructura de pagos que busca ser de uso gratuito y público.
La idea que los mueve es que, a su parecer, no tiene ningún sentido que se estén desarrollando miles de plataformas para un mismo fin. La plataforma, según Ujo, debería ser una y estar abierta para cualquier persona.
Los beneficios que plantean ofrecer los creativos de Ujo apuntan en dos direcciones. En primer lugar, y en esto siguen la lógica de Peertracks, es solventar la problemática que se establece con como el dinero es entregado a los artistas y a los dueños de los derechos de la música. La otra es determinar la propiedad de una obra creativa, algo embrollado cuando en la producción de una misma canción pueden participar múltiples creadores.
Sin lugar a dudas, mudar a todo el negocio musical al uso de la tecnología de blockchain se plantea como una tarea ardua. Además siempre habrá quienes, por intereses particulares, preferirán mantener toda la data de los derechos como privada. Sin embargo, estas iniciativas se observan como excelentes esfuerzos por hacer del negocio de la música un mundo más justo con aquellos que la hacen posible, como son los propios músicos y creativos.