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Es costumbre ya en la comunidad de usuarios de Bitcoin y las criptomonedas ver que cuando se publican artículos hablando sobre esta tecnología en los medios masivos, vienen cargados de un componente mayoritario: ignorancia.
Solo algunos ejemplos resaltan por su calidad periodística y precisión respecto al tema, como los del escritor Paul Vigna en el Wall Street Journal. Del resto nos encontramos siempre con típicas recopilaciones de anécdotas con las que intentan conectar a Bitcoin con alguna actividad ilícita, logrando así intencionalmente o no el desprestigio de la criptomoneda.
No es la excepción el artículo recientemente escrito por el abogado Ángel Monagas que fue publicado en el portal La Patilla, uno de los más populares y visitados por los internautas venezolanos. Allí se habla de forma confusa sobre Bitcoin y su estatus legal en Venezuela para luego concluir en un intento de vinculación con actividades ilícitas pintadas con un tinte político.
No es la primera vez que se publica un artículo similar donde Bitcoin es señalado de manera errónea como un arma criminal y dañina. Debido a la importancia de aclarar los malentendidos que causan esta clase de publicaciones, nos vemos en la necesidad de reordenar las piezas utilizadas en el artículo para llevar la información hacia un punto objetivo.
La tecnología Bitcoin
El autor hace un pequeño resumen en el artículo donde menciona las características de descentralización, eficiencia, seguridad y facilidad de intercambio. No obstante predomina el enfoque negativo al catalogarla como la moneda que es “por excelencia usada por la llamada Web Oscura o Web negra (Dark Web)”.
Bitcoin es una tecnología informática, reciente e innovadora que está revolucionando la base de la infraestructura transaccional de la sociedad, al crear una plataforma que permite intercambios y registros seguros sin necesidad de intermediarios, devolviéndole así el poder de decisión a los individuos.
La criptomoneda bitcoin (BTC), que es la aplicación por la que más se conoce a la tecnología, es una moneda digital descentralizada que se crea, se transfiere y se guarda de manera electrónica y se protege criptográficamente. Podría decirse que es la moneda de internet, efectivo digital.
Aunado a esto, menciona de forma tímida la legalidad de Bitcoin al decir que la criptomoneda no ha sido regulada por ciertos países y que su control por parte de los estados no es fácil de lograr.
Es preciso recordar que Bitcoin y las criptomonedas han sido reconocidas legalmente en los Estados Unidos siendo consideradas como mercancía o commodity. También la legislación de la Unión Europea le ha declarado como una moneda digital libre de impuesto al valor agregado que puede ser empleada para el comercio de bienes y servicios.
En Asia, Japón ha declarado legal a Bitcoin y el gobierno se encuentra realizando esfuerzos para la adopción de su tecnología en la búsqueda de la modernización de su sistema financiero y redes de pagos. China también cuenta con regulaciones positivas hacia Bitcoin, donde resalta el amplio uso de la minería de bitcoins en dicho país y la reciente discusión en el congreso chino donde se plantea añadir a las criptomonedas como propiedad privada con derechos civiles respaldados.
Otros países como Australia, Canadá, Sudáfrica, Brasil y Argentina; cuentan con marcos legales que permiten el uso de las criptomonedas y cuentan con activas comunidades de usuarios y empresas que desarrollan el ecosistema. Todo esto es un gran número de pruebas de que el uso de Bitcoin en todo el mundo está hoy muy pero muy alejado de las actividades criminales como principal utilidad.
Bitcoin en Venezuela
Posteriormente el artículo se adentra en el tema de la comunidad de Bitcoin en el país Latinoamericano, donde menciona una publicación del diario “El Mundo” de 2014 que reseñaba que el principal uso de Bitcoin en Venezuela era para evitar el control cambiario impuesto por el gobierno, como también para la obtención de dólares y la importación de bienes en el exterior.
Justamente esta son algunas de las características más atractivas que presenta esta tecnología descentralizada, pues permite el intercambio con cualquier tipo de moneda fiduciaria, donde por supuesto el Bolívar es la divisa más empleada en Venezuela. Estas ventajas han hecho populares a Bitcoin y las criptomonedas en Venezuela debido a que las regulaciones estatales han generado altísimos índices de inflación, la caída en los indicadores de producción y escasez de alimentos, medicinas y otros bienes de consumo básico.
Bitcoin es usado en Venezuela como una herramienta para resistir ante los actuales efectos de la aguda crisis económica que enfrenta la sociedad, y no para los fines criminales que el artículo de La Patilla sugiere.
Los delitos de ilícito cambiario no pueden ser acuñados al uso de Bitcoin, puesto que en Venezuela aún la criptomoneda no tiene figura legal. Por lo tanto este limbo regulatorio de momento no incide en la utilización de Bitcoin como activo para ser intercambiado por monedas fiduciarias.
Uno de los puntos más llamativos del artículo, es cuando el autor Ángel Monagas hace mención a que “el que desarrolla una mina (de bitcoins) requiere de gran cantidad de energía y eso de ocurrir es con el visto bueno del Gobierno, no existe otra posibilidad”. Esto no es más que una falsa y desubicada suposición, puesto que el consumo eléctrico en Venezuela solo requiere la presentación de un proyecto eléctrico a la institución correspondiente y su subsecuente aprobación para realizar la instalación de una nueva red eléctrica.
Conclusiones frágiles
Los párrafos finales del artículo coleccionan las palabras “sospechas”, “aparentemente” e “inferimos”; todas ellas sumadas a un grupo de frases que intentan crear un aire de certeza apoyándose en no más que simples suposiciones sacadas de escasos hechos.
Si bien la publicación quiere relacionar al Bitcoin con las actividades ilícitas que según estaría realizando un sector de la sociedad venezolana relacionada con el gobierno, faltan pruebas concretas que enlacen con los contados hechos que relaciona el señor Monagas en su escrito.
Aun si éste fuese el caso y actores relacionados con el gobierno estuviesen usando Bitcoin para el lavado de dinero, la intención de este artículo de respuesta es dejar claro que Bitcoin y las criptomonedas no son una tecnología que se emplea únicamente en tales actividades, sino que más bien es ampliamente reconocida a nivel mundial y cuenta con el apoyo legal de muchos estados y el respaldo financiero de numerosas empresas como Microsoft, IBM, Dell entre otras; además de muchos bancos a escala global.
Desde CriptoNoticias recomendamos tanto al portal La Patilla como al redactor Ángel Monagas realizar un trabajo con mayor rigor periodístico cuando de temas desconocidos pretendan hablar. No dejemos que el radicalismo ideológico nos haga tergiversar o manipular la realidad a nuestra conveniencia.