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La inclusión financiera permitiría que los indivuduos puedan realizar sus transacciones fácilmente.
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Las desbancarización afecta a más del 30% de la población.
Recientemente, un representante del mundo de las criptomonedas tocó el tema de la “desbancarización” y explicó cómo este se ha convertido en un término desacertado para designar a aquellas personas que no están incluidas en el sistema financiero tradicional.
Vinny Lingham, cofundador surafricano del proyecto Civic, deja ver que el problema de la desbancarización radica en que los individuos no pueden realizar sus transacciones sin dificultad.
Necesitamos dejar de usar el término “desbancarizado” como si la banca fuera la solución. No podemos asumir que el mundo necesita una cuenta bancaria en funcionamiento para ser útil en la sociedad. Lo que el mundo necesita es que cada humano tenga la posibilidad de realizar transacciones sin esfuerzo.
Vinny Lingham, cofundador de Civic.
Sin embargo, el problema va mucho más allá. Lingham pasa por alto que el término “desbancarizado” no solo designa a aquellas personas que no tienen acceso a una cuenta bancaria. En el sistema financiero tradicional, una persona desbancarizada no tiene acceso a créditos, sistemas de ahorro y a la seguridad relativa que ofrecen.
La desbancarización es un problema que afecta a una parte significativa de la población mundial. El Banco Mundial estimó que para el año 2017, un 31% de la población adulta a nivel mundial no tenía acceso al sistema financiero tradicional. En los países en vías de desarrollo es donde las cifras de desbancarización son las más elevadas. Junto con la desbancarización, los individuos se enfrentan a mal funcionamiento de los servicios básicos e incluso el registro de la identidad no funciona correctamente.
La desbancarización afecta la economía individual, pero también amenaza el sistema centralizado sobre el cual funciona el sistema bancario, puesto que los individuos buscan una manera de agilizar sus transacciones y dotar de liquidez a sus hogares. De igual manera, algunas pequeñas y medianas empresas buscan alternativas al sistema de crédito tradicional, y han recurrido al Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), los fondos de inversión que están especializados en empresas que no tienen acceso a los mercados de capitales, o en inversionistas privados (business angels). Pero una solución que se ofrece tanto para los individuos como para las empresas son las criptomonedas.
Un sistema de pago como Bitcoin permite que los individuos puedan realizar transacciones de manera más sencilla, a través de un dispositivo en el que pueda instalarse una cartera de criptomonedas y pueda tenerse acceso a la red para solicitar la confirmación de las transacciones. De igual manera, las criptomonedas se utilizan a la vez como depósito de valor o como inversión. La cadena de bloques, además, es un libro contable en el que no solo se registran las transacciones, sino que también puede funcionar como un soporte para registrar la identidad de los individuos, la información sobre los productos para optimizar la cadena de suministros o incluso mejorar la transparencia de los sistemas de votaciones.
Lingham explica que el término más acertado sería el de “inclusión financiera”, para sustituir al de “desbancarización”.
El término “inclusión financiera” es ciertamente más acertado. Si asumimos que los nuevos rieles financieros se construirán sobre las criptomonedas, es completamente razonable que asumamos que los 2 o 3 mil millones de “desbancarizados” nunca tendrán una cuenta bancaria, pero podrán incluirse financieramente.
Vinny Lingham, cofundador de Civic.
Para que las criptomonedas sean una herramienta que permita la inclusión financiera, hace falta primero que los individuos tengan acceso a Internet y a dispositivos móviles. De igual manera, es necesaria una campaña de educación masiva que prevenga a los individuos sobre las estafas que pretenden sacar provecho de su desconocimiento, y que a la vez enseñe que la volatilidad de las criptomonedas es un síntoma propio de los mercados que, como este, todavía están en construcción y afianzamiento. Así, se podría desmontar la matriz de opinión que el sistema financiero tradicional ha levantado en torno a los criptoactivos, declarando en múltiples ocasiones que “Bitcoin ha muerto” o que se trata de una burbuja financiera.
De hecho, tal es la amenaza que representan las criptomonedas para el sistema financiero tradicional, que muchos bancos a nivel mundial ya utilizan la tecnología de las criptomonedas para optimizar servicios como los pagos transfronterizos. No obstante, es posible que puedan sentarse las bases del nuevo sistema financiero y que no sea necesario ningún intermediario que reste poder a los individuos sobre su dinero.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.