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Las Jurisdicciones Especiales desafían la centralización estatal con alternativas innovadoras.
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Las Ciudadelas bitcoiners permiten construir comunidades libres interconectadas.
En la primera parte de este artículo vimos que la libertad en el ciberespacio ya ha sido conquistada y cada nuevo desarrollo en el ámbito digital contribuye únicamente a desarrollos adicionales en ese mismo ámbito. Además de que la falta de tecnología de muros impenetrables en el espacio físico ha impedido lograr el nivel de libertad logrado en el reino digital. Por lo tanto, debemos enfocarnos en resolver el problema de la falta de libertad en el ámbito físico.
Recuperando la libertad mediante una astuta evasión
En 1984 el economista austríaco Friedrich Hayek Hayek imploró por la desnacionalización del dinero y predijo -acertadamente- que no volveríamos a tener buen dinero nuevamente sin antes sacárselo de las manos de los Estados. Vaticinó que no podríamos quitárselo usando la fuerza o violencia y que la forma de recuperarlo sería a través de una astuta evasión (a sly roundabout way) que no pudieran evitar.
Veinticinco años después Satoshi Nakamoto descubrió Bitcoin cumpliendo así cabalmente la profecía de Hayek.
Bitcoin es una forma de astuta evasión que removió el dinero del Estado sin violencia de una manera que no pueden detener.
La criptografía en general y protocolos como Tor y Tails son una forma de astuta evasión que removió la información confidencial del Estado sin violencia, de una manera que no pueden detener.
Nostr es una forma de astuta evasión que removió las redes sociales y la información pública de las manos del Estado sin violencia, de una manera que no pueden detener.
Las jurisdicciones especiales, ciudades libres y ciudadelas de Bitcoin son una forma de astuta evasión que removió el mercado de la convivencia del Estado sin violencia y de una manera que no pueden detener.
Jurisdicciones especiales, ciudades libres y ciudadelas de Bitcoin
Para entender qué son las Jurisdicciones especiales, ciudades libres y ciudadelas de Bitcoin comencemos observando el mercado actual de la convivencia o, dicho de otra forma, cómo está organizado el espacio físico.
Esencialmente, todo el planeta Tierra y sus alrededores está gobernado por un conglomerado de Estados. Ellos gobiernan expandiéndose normativamente a todo el espacio físico que su capacidad y creatividad en la redacción de normas les permita. Posteriormente buscan hacer cumplir la ley en mayor o menor medida, dependiendo de la agenda política del momento. Los Estados crean todas las normativas que desean pero sólo hacen cumplir las que prefieren, cuando lo prefieran y de la forma que deseen. Actividad estatal que en derecho administrativo se la conoce como “discrecionalidad” de la Administración.
Jurídicamente toda la masa de tierra y agua en el planeta está bajo la órbita de algún Estado e incluso legalmente también lo está el espacio exterior. Jurídicamente no existe un solo átomo que no esté bajo la órbita de control de algún Estado. Los Estados crean todas las reglas y obligaciones que crean necesarias, sobre cada aspecto de la vida de los individuos. Lo hacen sin límite real alguno y luego buscan hacer cumplir estas reglas mediante la coerción y la violencia. En el derecho positivo actual, prácticamente no existen normas que no estén apoyadas en la amenaza de una sanción que implique el inicio de la fuerza, el daño y la violencia sobre los Administrados.
En el mercado convencional -mercado mainstream– de la convivencia, los individuos tienen varias alternativas para elegir. Podemos optar por vivir en una ciudad natural o una ciudad prediseñada, en un vecindario público o privado, o incluso en una comunidad intencional con intereses comunes entre los usuarios. Sin embargo, independientemente de la selección realizada, cada producto ofrecido en este mercado sigue las mismas reglas establecidas por el estado anfitrión para todas las organizaciones alojadas en su territorio.
En el mercado convencional incluso los productos más diferentes cumplen con las mismas reglas de alto nivel; tales como la ley penal, la ley civil, la ley fiscal, ley de aduanas, regulaciones para prevención de lavado de dinero, financiamiento de terroristas, de armas de destrucción masiva y regulaciones relativas a la necesidad de licencias, permisos y habilitaciones. La suma de la totalidad de normativas aplicables en un contexto determinado se la denomina cumplimiento o tomando del inglés: compliance.
Estar “en compliance” implica haber realizado la totalidad de acciones e inacciones requeridas por el Estado a los fines de satisfacer la totalidad de pretensiones legales del mismo. Mientras que estar por “fuera del compliance” implica la falta de adecuación de la actividad o inactividad humana a una o más de las normativas que el Estado anfitrión impone.
Las normas de cumplimiento son creadas de manera absolutamente centralizada. No sólo porque normalmente se centraliza su creación y aplicación (ejercicio de poder de policía o enforcement) desde el órgano que dirije el Estado-nación, el que generalmente es representado por el poder ejecutivo del país. Sinó que las demás normas inferiores también son creadas centralizadamente tanto en cabeza del Estado local -por ejemplo Provincia- y también incluso en el nivel normativo más como lo es el poder ejecutivo municipal. Todo ello amén de la centralización global que actualmente tenemos como consecuencia de una agenda global compartida por la mayoría de los Estado-nación. Tal como la experiencia del COVID nos demostró.
La centralización de las regulaciones hace muy difícil experimentar en el mercado de la convivencia. Cuanta menos experimentación se permite, más se obstaculiza el progreso humano.
Entonces, ¿cuál es la solución de astuta evasión que resuelve esto? ¿Qué son las jurisdicciones especiales?
Utilizo el término «Jurisdicciones Especiales» como una expresión paragüas, un término amplio y general que incluye el espectro completo de iteraciones de productos que buscan modificar las reglas convencionales del mercado de la convivencia.
Este término abarca todos los diferentes modelos o arquetipos de productos que posean ese fin. Tales como Ciudades chárter, Ciudades Libres, Zonas Económicas Especiales, microestados, micrópolis, sociedades emergentes (start up societies), Gobierno como un servicio, jurisdicciones autogobernadas, comunidades intencionales autónomas, Estados en red (network states) y ciudadelas de bitcoin.
La gama de posibles iteraciones es enorme, y cada uno de estos experimentos busca crear una teoría funcional de juegos que reemplace la falta de muros infranqueables en el espacio físico.
Veamos un par de ejemplos. Las Zonas Económicas Especiales son áreas delimitadas dentro de los países que tienen sus propias normas y regulaciones. En todo el mundo, existen más de cinco mil Zonas Económicas Especiales ubicadas en más de cien países.
Una de ellas es la zona económica especial de Shenzhen en China. El gobierno chino permitió que Shenzhen experimentara con ciertas prácticas que estaban prohibidas en el resto del país en ese momento. Esto incluía permitir que empresas extranjeras realizaran inversiones directas en China, permitir que la gente comprara y vendiera terrenos, permitir que los ciudadanos chinos crearan sus propios negocios privados y la relajación del sistema que limitaba la migración interna dentro de China para los ciudadanos chinos. Sirvió como un lugar donde China pudo experimentar con reformas de mercado.
Otro lugar que ha hecho un uso extensivo de las zonas económicas especiales es Dubái. El gobierno monárquico tiene más de 30 zonas económicas especiales. En este caso, uno de los muchos obstáculos removidos por el estado anfitrión es el monopolio del sistema legal. El gobierno de Dubái permitió que la zona económica especial tuviera su propio sistema legal independiente, al menos para cuestiones del derecho comercial.
Estos tipos de proyectos, como Dubái o Shenzhen, son productos diseñados de arriba hacia abajo y creados en su totalidad por los gobiernos, cumpliendo así con sus propias regulaciones. En compliance. En el otro extremo del espectro tenemos las ciudadelas y varios otros arquetipos de proyectos menos cercanos al seguimiento de las pautas estatales.
Por ejemplo, la Comuna Libre de Penadexo es un proyecto de base que construye una comunidad orientada a la libertad en uno de los pueblos abandonados de España. Su modelo se basa en construir una sociedad de pares evitando la intervención del gobierno tanto como sea posible. Ocupan un pueblo histórico abandonado y han comenzado a localizar a los propietarios para comprar la mayor cantidad de propiedades posible. Mientras tanto, están viviendo allí y ampliando su base de usuarios, además de reconstruir los abandonados edificios.
Este es un ejemplo de una forma completamente diferente de tratar con el Estado. Mientras que las Zonas Económicas Especiales giran alrededor de satisfacer el compliance y son creadas de arriba hacia abajo, este modelo, por otro lado, es de abajo hacia arriba. Además, busca generar valor a los usuarios apoyándose en la libertad fáctica que ejercen. Libertad que logran gracias a establecer la comuna lejos de centros muy poblados donde la influencia del gobierno es más fuerte.
Bajo este modelo, la interacción con el gobierno se mantiene al mínimo posible. La estrategia de la Comuna Libre de Penadexo se basa en ignorar al gobierno tanto como sea posible y en ser buenos vecinos. Con esta simple y efectiva táctica algunas ciudadelas disfrutan de los beneficios de la libertad en su vida sin necesidad de gastar grandes recursos en cabildeo (lobby) gubernamental.
Existen innumerables modelos o arquetipos de Ciudadelas Bitcoin que intentan resolver el problema de la falta de tecnología de muros impenetrables en el espacio físico. Cada iteración de los distintos arquetipos de Jurisdicciones Especiales busca crear una teoría de juegos que fomente la tolerancia de parte del Estado anfitrión de las libertades ejercidas en la Jurisdicción Especial.
También las Ciudadelas Bitcoiners, buscan sortear el obstáculo de obstrucción de la libertad tratando de reiniciar el sistema. Uno de los desafíos de las Ciudadelas Bitcoin es cómo conectar los diferentes proyectos para impulsarse y ayudarse entre sí.
Aquí es donde entra en juego la Meshtadel. La Meshtadel es una red de constructores de ciudadelas bitcoiners donde se utiliza un sistema de tácticas descentralizadas para ayudar y defender a las ciudadelas conectadas en una red global, con conexiones reales con otros bitcoiners. Es algo equivalente a la liga hanseática, construida bajo un modelo de estrella de mar. Si cortas la cabeza de una araña, muere, pero si cortas un brazo de una estrella de mar, puede regenerarse e incluso crecer en una nueva estrella de mar. Es una red de relaciones entre pares, con roles de liderazgo ambiguos, confianza entre los participantes, un sistema abierto donde nuevos nodos pueden participar y una ideología y visión compartidas basadas en el ethos de Bitcoin.
El objetivo a largo plazo de la Meshtadel es ganar el apoyo de una masa crítica de la población total. Si suficientes personas ven que Bitcoin es la opción más pacífica posible, a largo plazo, algunas naciones podrían volverse lo suficientemente amigables y comprensivas como para tolerar legalmente la Ciudadela Bitcoin dentro de su territorio en forma de un refugio seguro de Bitcoin. En la Meshtadel luchamos desde una posición de integridad moral respetando el principio de no agresión, usando memes, notas en Nostr y abriendo nuestro camino hacia la libertad creando una economía circular tanto en el ciberespacio como en el espacio físico.
Conclusión
Las Jurisdicciones Especiales, Ciudades Libres y Ciudadelas Bitcoin son una forma de astuta evasión que está quitando el mercado de la convivencia de las manos de los Estados, sin violencia y de una manera que no pueden detener.
Los Estado nación, abusando del mito de la autoridad, han frenado el desarrollo en el mercado de la convivencia durante tanto tiempo que un mercado más libre está ganándole terreno. La tesis del individuo soberano está viva y en expansión continua. El estado en red está formándose y las comunidades intencionales están floreciendo en todo el mundo remodelando globalmente la relación entre individuos y gobiernos.
Con conexiones globales a internet, medios de comunicación incensurables y Bitcoin como la columna vertebral de un nuevo orden social, estamos comenzando a romper el viejo paradigma.
Este mundo que transitamos ha de terminar, ayudémoslo a llevarlo hacia la siguiente etapa evolutiva construyendo Jurisdicciones Especiales, Ciudades Libres y Ciudadelas Bitcoin.
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Camilo JdL, para criptonoticias a las 875.155 timechain.
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