-
No. "Blockchain" no resuelve los problemas de trazabilidad de productos físicos.
-
Una logística bien afinada y calibrada es la verdadera solución a este tipo de problemas.
Es importante que cuando vean la frase “trazabilidad con blockchain”, se pregunten si realmente blockchain es indispensable en ese contexto. O si aporta un valor real a una cadena de suministros, más allá de la intención publicitaria de venderse como una empresa innovadora, por utilizar una de las tecnologías de la “cuarta revolución industrial”. Por eso me causó tanto ruido leer una nota sobre carne «certificada» por solo usar «blockchain».
Recientemente, en un periódico nacional de Argentina salió un artículo sobre una startup que está creando un curriculum vitae para la carne con “blockchain”. Admito que la parte sobre el curriculum es ingeniosa y atractiva, pero al añadir “con blockchain”, el redactor da todo por sentado sin explicar realmente nada.
Ahora, al adentrarse en la nota, verán que no da detalles sobre que “blockchain” van a usar; ni siquiera han sacado el producto al mercado todavía. En la actualidad, a muchas compañías privadas les encanta describir la “blockchain” como si describieran a Bitcoin, cuando en realidad el código base de estas «blockchains» privadas es montado por las propias empresas, o por un tercero conocido. Las mismas no tienen más de dos nodos de validación y aún así aseguran que la información que le agregan es inmutable y siempre cierta, aunque provenga del mundo físico.
En cambio, Bitcoin es una red de pagos respaldada por un registro público, con casi 75.000 nodos dispersos en el globo; cada transacción es agregada a sus bloques por su sistema de minería que lo hace casi inmutable, y es totalmente digital; no hay un paso del mundo físico al digital, más que la electricidad gastada en minería. ¿Cómo es comparable esto a una “blockchain” privada?
De una vez les respondo, no lo es. Siempre que lean la frase “con blockchain…” en cualquier contexto, generalmente se describe un sistema de Timestamp digital, que esta encadenado a los registros anteriores de manera criptográfica y que cualquier intento de cambio, alteraría todo el registro. Satoshi denominaba esto como “Timechain” y es parte de una tecnología que existe desde los años 90, creado por Stuart Haber y W. Scott Stornetta, quienes, incluso, fueron citados en el whitepaper de Bitcoin.
Luego de aclarar las diferencias entre Bitcoin y lo que generalmente las empresas llaman “blockchain”, ahora revisemos el uso de una “blockchain” en una cadena de suministros como la de la carne. En procesos industriales, la trazabilidad de un producto, desde su estado de materia prima hasta el usuario final, requiere una logística bastante sofisticada para reducir los errores en cada paso, que cuesta dinero y tiempo a cualquier fabricante.
Mientras más especializado sea el proceso, se espera que ocurran menos errores en la cadena de producción o de suministro. Para lograr esto, la mayoría de las industrias no utilizan una base de datos descentralizada como “blockchain”, lo que hacen es afinar y perfeccionar sus etapas de control y auditoria, ya que al final el mayor problema es cómo y cuándo pasan la información del mundo físico, como el estado de la carne, al mundo digital en un base de datos sencilla.
Esto es lo más importante, porque cualquier base de datos o programa, para que tenga información confiable depende de quién la agregue, sea una persona especializada o un dispositivo bien calibrado sin fallas, aquí es donde cae toda la confianza de que la información suministrada sea cierta, en una cadena de suministros o producción. Esto es conocido como el problema del oráculo, que hasta el momento no es nada sencillo de resolver y todos los esfuerzos se concentran en que no suceda continuamente.
Hay que tener esto en cuenta, porque todo programa o base de datos sufre de este conflicto. Para resumirlo de una forma más sencilla, si al programa le suministras información basura, te sacará basura procesada y en una “blockchain” será basura “descentralizada e inmutable” y bien costosa por lo nuevo que es todo esto. Esta no es una posición personal; es una postura respaldada por especialistas en cadenas de suministro.
Se preguntarán entonces ¿Por qué agregar “blockchain” a una cadena de suministros o producción? Sencillo, por razones promocionales, para generar más ventas de sus productos finales. Si a Carrefour, con su “pollo blockchain”, le funciona, ¿Por qué no a otras corporaciones? Es bastante notable como hablar de “blockchain”, sin dar muchos detalles, equivale a mostrarse como más “innovador” y, dado que la mayoría de la gente no tiene ni idea de qué es una “blockchain”, es fácil convencer al consumidor de que se le ofrece algo “innovador”.
Incluso el artículo que mencioné inicialmente en el último párrafo da una pista de la realidad mundial: “Para ver algo similar tenemos que mirar los sistemas de tipificación y trazabilidad de Australia o de Estados Unidos, que tienen reputación y confianza del consumidor, logradas con una gran trayectoria comercial en los mercados mundiales y que no están aún soportados por blockchain”. No es que aún no usan “blockchain”, es que no lo ven necesario para sus procesos y menos para una empresa del tamaño de una startup.
El mejor ejemplo de esta actitud de consumo, son las colas kilométricas que tienen las tiendas de Apple cuando va a sacar la nueva versión de su iPhone. Ahora, pregúntense ustedes qué es más atractivo: “Con Blockchain, una startup argentina crea el currículum vitae para la carne” o “Con estrictos controles de calidad, una startup argentina crea el curriculum vitae para la carne”, es notable la diferencia.