Durante las últimas semanas, ha habido gran revuelo en el sector financiero y gubernamental de Honduras. Esto, tras el arresto por narcoactividad y lavado de dinero del hondureño Yankel Antonio Rosenthal Coello, el 6 de Octubre de 2015 en Miami. Yankel, además de ser presidente de uno de los clubes más importantes de fútbol de Honduras, llamado Marathón, es miembro de la familia Rosenthal.
La familia Rosenthal es la dueña del conglomerado de empresas hondureño conocido como Grupo Continental. El Grupo Continental realiza distintas actividades relacionadas al sector financiero, entre las que se pueden incluir compañías de seguros, bancos, bienes raíces, industrias de cemento y agroalimentarias de exportación, además de manejar distintos medios de comunicación.
Actualmente, parece ser que a esas actividades familiares, también puede sumársele el narcotráfico. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro estadounidense informó que, además de Yankel Rosenthal, Jaime Rosenthal y su hijo Yani Rorensthal fueron designados como narcotraficantes, vinculándose esta actividad a siete de sus negocios, entre los que se incluye el Banco Continental, utilizado para el lavado de dinero.
La familia Rosenthal se encuentra estrechamente vinculada al Partido Liberal Hondureño. Yankel Rosenthal participó en la política hondureña trabajando, precisamente, como asesor del actual presidente, Juan Orlando Hernández. Jaime y Yani Rosenthal también trabajaron en política, ambos siendo también asesores de gobiernos liberales y ostentando diversos cargos públicos.
La OFAC informó que esta es la primera vez que la dependencia gubernamental designa a un banco conforme a la Ley Kingpin. Esta es una Ley emitida en 1999, basada en la Lista Clinton, que dio poderes a la OFAC para atacar a redes financieras de narcotraficantes a nivel mundial.
Sobre las imputaciones, tanto Jaime como Yani establecieron que habían sido falsamente acusados y que demostrarán su inocencia. Basados en estas declaraciones, el Partido Liberal hondureño emitió su pronunciamiento, en el cual respaldan a sus miembros apelando al principio jurídico que reza que toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad.
El mito de Bitcoin y el narcotráfico
Esta noticia es relevante para la comunidad bitcoin pues ratifica una verdad que siempre ha sido de manejo público, pero que parece ser olvidada en el momento en que se apuntan las armas contra las nuevas tecnologías financieras: cualquier forma de dinero puede ser utilizada para financiar operaciones ilícitas.
Continuamente se oye decir que Bitcoin debe ser regulado, y hasta prohibido, pues es un medio para financiar las actividades de grupos terroristas y narcotraficantes. Pero este argumento resulta tan débil como el conocimiento sobre las tecnologías financieras que poseen quienes lo utilizan.
Desde el momento en que se emitieron las primeras interdicciones contra determinados narcóticos a principios del siglo pasado, posteriormente ampliadas y ratificadas al iniciar la Guerra contra las Drogas, programa promulgado en los sesenta durante la administración Nixon, el mercado negro de narcóticos utilizó los tipos de cambio disponibles según su geolocalización para financiar sus operaciones.
Desde dólares hasta pesos, desde euros hasta yuanes, el mercado de narcóticos a nivel mundial nunca frenó su actividad por la indisponibilidad de la divisa de internet en décadas pasadas, como a veces parece que no recordaran los adversarios de las criptomonedas. Pablo Escobar no dejó de fundar el cártel de Medellín, ni Amado Carrillo el cártel de Juarez, por la inexistencia de Bitcoin. Este prejuicio debe ser erradicado.
Esto fue uno de los argumentos más reiterativos contra el efectivo digital que se desprendió del caso Silk Road, en el cual Ross Ulbricht utilizaba criptomonedas para las transacciones en la página que han calificado como el Amazon de las drogas, por el alto nivel de seguridad y anonimato que se deriva de las monedas circulantes en la blockchain.
Ulbricht recibió una condena a cadena perpetua por proporcionar una plataforma para que consumidores y vendedores de drogas tuvieran un espacio seguro para intercambiar narcóticos. Y sin ánimos de caer en la candidez de limitar el tráfico de drogas a las relaciones microtraficante-consumidor, reducción que obviaría toda la red de criminalidad que circunda el narcotráfico mundial, ratifico mi posición sobre que los males derivados de esta industria son consecuencia directa de su condición ilegal.
Volviendo al caso de la familia Rosenthal, Yankel Rosenthal es acusado por la OFAC de proveer lavado de dinero y otros servicios para apoyar actividades de narcotráfico internacional de múltiples traficantes en Centroamérica, enfrentando una posible condena de 20 años. A los otros miembros de la familia, se les acusa de apoyar actividades de tráfico internacional de narcóticos y a los narcotraficantes de organizaciones criminales de América Central.
La Ley Kingpin establece que el Tesoro puede incautar cualquier activo o negocio que tengan los acusados en Estados Unidos y perseguir judicialmente a cualquier persona o empresa que se relacione comercialmente con ellos. Por esta razón, el Gobierno de Honduras adujo que la liquidación del Banco Continental debía ser forzosa y no voluntaria, pues esto último podría verse como una relación con los acusados.
Un funcionario que declaró de manera anónima para el Grupo Nación, estableció que la familia Rosenthal ha usado su dinero para tener influencia política y así facilitar el flujo del narcotráfico en Centroamérica.
Resulta interesante destacar que dos de los sectores que condenan las criptomonedas de manera más vehemente, son los que tienen las manos más sucias en este asunto: el sector bancario y el gubernamental.
Esta no es la primera vez que ambos sectores se ven inmiscuidos en problemas relacionados al tráfico de drogas y lavado de dinero. En abril de 2014, también el Departamento de Justicia de Estados Unidos investigaba al banco Citigroup por no informar transacciones sospechosas con narcotraficantes. Y, hace pocos meses, Banamex Usa, unidad de Citigroup, acordó pagar 140 millones de dólares en multas por lavado de dinero.
En situación similar se vio el banco HSBC, cuando se les imputó una multa de 1.920 millones de dólares por blanqueo de capitales a dos cárteles, uno en México y otro en Colombia. Se puede mencionar, de igual manera, el caso del banco estadounidense Wachovia, el cual lavó millones de dólares para el narcotráfico mexicano.
Casos como los mencionados sobran. Y si comentáramos sobre la cantidad de políticos envueltos en casos de narcotráfico, la lista sería demasiado larga para un solo artículo. El punto es que, cuando se trata de hacer dinero fácil mediante actividades ilícitas, tan solo hace falta voluntad. Los medios de pago, tales como bitcoin, solo son eso, medios para concretar las intenciones de los hombres. Sea cual sea el medio de pago, mientras la legislación internacional propicie la existencia de un mercado negro, el narcotráfico seguirá funcionando.