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El exchange solo contaba con 900 millones de dólares en activos que podían vender fácilmente.
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FTX declara unos 2.200 millones de dólares en un token con capitalización menor a ese monto.
Los balances del FTX explican el por qué ocurrió el colapso del que fuera el tercer mayor exchange de criptomonedas del mundo. Particularmente, con datos como una cuenta fíat «oculta» y mal identificada con unos 8.000 millones de dólares de saldo negativo.
Según un reporte publicado por el Financial Times, esos 8.000 millones de dólares correspondían a una cuenta en dinero fíat. Sam Bankman-Fried, fundador y exCEO del exchange, aseguró que esa cifra estaba relacionada con un envío «accidental» a Alameda Research, su firma comercial, según el mismo medio. El ejecutivo se negó a dar más detalles al respecto, agregó la fuente.
Además de esa cuenta mal identificada, el propio exCEO se refirió a la ola de retiros, de unos 5.000 millones de dólares de la plataforma durante el fin de semana del 6 de noviembre, como los principales elementos que llevaron su negocio a la ruina.
Todo el balance tenía muy poco sustento en activos de fácil redención, según el artículo publicado por el medio y otro reporte presentado por Bloomberg. En total, apenas contaban con una liquidez real de unos 900 millones de dólares en activos que podían vender fácilmente.
Más de 2.000 millones de dólares en un token sin liquidez ni capital
Sin embargo, el balance muestra otros problemas: uno de los más grandes sería el hecho de que el exchange declara unos 2.200 millones de dólares en el token Serum (SRM). No solo es poco conocido, sino que no cuenta con la liquidez para que el exchange pudiera redimir esa cifra que declara en su balance.
Si se chequea en CoinMarketCap, podemos ver que la capitalización de mercado de SRM es de apenas unos 77 millones de dólares y antes de la debacle de FTX era de poco más de 200 millones de dólares.
Esto es posible gracias a la diferencia entre la capitalización efectiva de los tokens emitidos y la capitalización diluida, que es básicamente cuánto dinero podría haber en capitalización con el máximo de tokens emitidos. En el caso de Bitcoin, por ejemplo, podrá haber un total de 21 millones de unidades y se han emitido hasta ahora un poco más de 19,2 millones de ese límite.
En el caso de SRM, lo que esto quiere decir es que solo una pequeña fracción salió al mercado y el resto estaba en su gran mayoría en manos de FTX. Es decir, que era un token sin ningún respaldo de capital detrás lo que tenía el exchange como parte de su balance. Imposible cambiar esos SRM en el mercado para respaldar los depósitos de sus usuarios.
Un token propio como respaldo de los fondos
Además de SRM, gran parte de las reservas del exchange se mantenían en su propio token, FTT. Esto resultó demostrar que era problemático porque la pérdida de valor vertiginosa que sufrió el token terminó completando la quiebra de la empresa en menos de una semana.
FTX no era el único exchange con su propio token. Muchos, si no la mayoría de los grandes exchanges, han emitido sus propias monedas en los últimos años. Sin embargo, se desconoce si manejan su balance de la misma manera que lo estaba haciendo FTX. Básicamente, con una valoración de su negocio que no era correspondida por los fondos que efectivamente tenía bajo su resguardo.
En medio del temor que ha despertado lo ocurrido con FTX, muchos exchanges se han dedicado a dar pruebas de sus reservas e incluso han sido cuestionados. Sin embargo, no terminan de ser del todo transparente ni responder a la gran pregunta sobre si esas reservas pueden ser usadas para responder por el dinero de sus usuarios: es decir, ¿lo que tienen cubre lo que deben?