El concepto de los chips implantados nos viene de lejos: hemos leído o escuchado sobre esta tecnología cientos de veces gracias a la ciencia-ficción. Sin embargo, a pesar de que sólo han transcurrido unos años desde que inició el prometedor siglo XXI, ya podemos tener esta fantástica tecnología dentro de nosotros. Incluso para resguardar una cartera de bitcoins.
Tal cual lo ha probado la compañía Dangerous Things, considerada la mayor proveedora de implantes con tecnología de comunicación remota (NFC) del mundo. Durante la Cumbre del Mar Negro en Ucrania entre el 9 y el 10 de septiembre, donde se reúne todo tipo de emprendedores para demostrar nuevas tecnologías, Dangerous Things hizo gala de su implante xNT, un chip del tamaño de un grano de arroz que puede almacenar tanto los datos de la tarjeta de crédito como las claves de la cartera de bitcoins.
Este pequeño dispositivo funciona con la ya mencionada técnica NFC (Near Field Communication), es decir, tecnología inalámbrica de corto alcance. Básicamente, la conexión entre terminales compatibles con NFC se activa a unos 20cm de distancia como máximo, y funciona sobre todo para la identificación, el intercambio de datos y por supuesto, los pagos.
En nuestro caso, digamos que algún usuario decidió implantarse el xNT de Dangerous Things. Entonces, cuando este usuario desee pagar por algún artículo, sólo tendrá que pasar muy cerca la parte del cuerpo donde está chip (la mano derecha, por ejemplo) sobre el punto de venta compatible con NFC. Y listo: sin posibilidad de olvidar la tarjeta o el efectivo.
No es sólo un experimento o una promesa futura: realmente puedes adquirirlo en la tienda de la compañía por 99 dólares. El chip viene contenido en un vidrio cilíndrico biocompatible y almacenado en una jeringa lista para la inyección. Su kit de montaje está esterilizado e incluye una guía de instalación dirigida a los profesionales de la salud o bien a los expertos en piercing o perforación corporal para ayudarlos a realizar el implante.
¿Innovación o amenaza?
La idea de implantarse un chip puede resultar muy útil para algunos y muy inquietante para otros. Por los momentos, entre las utilidades está el poder interactuar con algunos mecanismos o dispositivos simples con un solo gesto de la mano (luces, celulares y puntos de venta, por ejemplo). Tomando estas ventajas, según Dangerous Things ya existen más de 10 mil ‘cyborgs’ en todo el mundo. Es decir, personas con chips implantados.
En lo que al Bitcoin se refiere, ya en 2014 el empresario holandés Martijn Wismeijer condujo un experimento donde logró implantar dos chips también de vidrio biocompatible que podían almacenar claves y realizar transacciones de bitcoins. Y el año pasado se realizó la primera bio-transacción Bitcoin de la historia realizada por Patric Lanhed.
Por otro lado, también está el lado oscuro que suele atribuírsele a los chips implantados. Se dice que es posible, y además probable, que algunos gobiernos del mundo lo inserten en sus ciudadanos para mantenerlos controlados desde el acceso a la información personal y los permisos a ciertas actividades donde la biométrica es clave.
En cuanto a carteras de pagos se refiere, también es preocupación la seguridad. Aun así usualmente se reconocen las carteras físicas de criptomonedas como las más seguras, así que este chip sin duda podría resultar una opción muy atractiva para muchos. No obstante, en teoría, cualquier hacker habilidoso que esté lo suficientemente cerca del dispositivo podría llegar a robar las cuentas almacenadas en él con un smartphone a la mano.
Lo cierto es que las carteras físicas se pueden robar, por cualquiera, y esto de algún modo es una cartera física. Entonces… ¿no bastaría sólo un pequeño corte, y todos los fondos del usuario se irían con ese pequeño chip? Por supuesto, es poco probable para carteras de bitcoins encriptadas, pero igualmente existe esa posibilidad inquietante.
Si bien los chips implantados ya son parte del presente, también es cierto que están dando sus primeros pasos. Por ahora, queda en la responsabilidad de cada persona utilizarlos o no.