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Parte de la comunidad considera un peligro la disminución de los subsidios tras cada halving.
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Para Rochard, las tarifas de transacción pueden superar al subsidio y sostener la minería.
Pierre Rochard, CEO de la compañía financiera The Bitcoin Bond Company, afirmó en una publicación en X del 14 de agosto que el llamado «problema del presupuesto de seguridad» de Bitcoin es una preocupación infundada.
Rochard desafía esa narrativa de algunos críticos, quienes prevén un déficit inevitable a medida que las subvenciones por bloque disminuyen cada cuatro años debido al halving, lo que dejaría a los mineros sin ingresos suficientes para proteger la red.
El directivo argumentó que el «presupuesto de seguridad» no depende de un pago fijo, sino del precio de mercado que se ajusta según las condiciones de la red:
“Las reglas de Bitcoin (el límite de 21 millones, la validez de las transacciones, los límites de peso de los bloques) están aseguradas por nodos completos y claves privadas. Los mineros no establecen ni cambian esas reglas; solo proponen bloques que se ajustan a ellas. Lo que la minería compra es la finalidad del asentamiento: qué tan costoso es censurar o reordenar bloques recientes”.
Pierre Rochard, CEO de The Bitcoin Bond Company.
La distinción que hace Rochard coloca a los nodos como guardianes de las reglas inmutables del protocolo y a los mineros como responsables de proteger la estabilidad y el orden de la cadena de bloques.
Esto significa que el trabajo de los mineros no es “definir” Bitcoin, sino reforzar la dificultad de alterar transacciones ya confirmadas.
Rochard argumenta que Bitcoin mantiene su solidez incluso después de cada halving. Según explica, cuando los mineros con menores márgenes de ganancia no pueden cubrir sus costos tras una reducción de la recompensa, se desconectan de la red.
Esa desconexión provoca que la creación de nuevos bloques se ralentice de forma temporal, hasta que el protocolo aplica un ajuste de dificultad, proceso que se ejecuta cada 2.016 bloques (aproximadamente dos semanas) para devolver el tiempo medio de validación a unos diez minutos.
En la práctica, este mecanismo actúa como un estabilizador automático del ecosistema.
La reducción en la participación minera no implica una caída permanente en la seguridad, sino una adaptación del protocolo que redistribuye la carga de trabajo entre quienes permanecen activos.
Así, la red puede sostener su ritmo y su resistencia a ataques sin necesidad de modificar sus reglas fundamentales, conforme a las reglas programadas en el protocolo.
El mercado de tarifas juega un rol clave en la seguridad de Bitcoin
Paralelamente, para Rochard, el mercado de tarifas por transacción entra en juego: si las confirmaciones se vuelven escasas por congestión o ataques, las tasas (sats por vbyte) suben mientras los usuarios compiten por el espacio de bloque.
Rochard ilustra este punto con un ejemplo: a una tasa de 1.000 sats/vB en un bloque de 1.000.000 vB, las comisiones pueden alcanzar 10 bitcoin, superando la subvención. Esto, según el ejecutivo, se observó en picos de actividad en 2017, 2021 y mayo de 2023.
Esto significa que el costo sube en momentos de presión, con un equilibrio automático que protege la red.
A precios actuales, el escenario planteado por Rochard equivale aproximadamente a 1 dólar por vB, lo que significa que una transacción promedio de 140 vB podría costar unos 140 dólares.
Un escenario así encarecería de forma notable las transacciones pequeñas en la cadena principal, incentivando el uso de soluciones de segunda capa como Lightning Network (LN) para mover montos reducidos de forma más económica.
Herramientas y dinámicas que sostienen la seguridad en Bitcoin
Adicionalmente, Rochard propone el uso de dos mecanismos como Reemplaza por Tarifa (RBF) e Hijo paga por padre (CPFP), técnicas que sirven para dirigir las tarifas hacia los mineros que confirman transacciones legítimas.
Estos mecanismos permiten que un usuario incremente la tarifa de una transacción ya enviada o adjunte una nueva con una comisión más alta para “empujar” a la original dentro del próximo bloque.
En palabras de Rochard, esto «convierte cualquier transacción omitida en una recompensa para el minero que la incluya, colapsando cualquier intento de censura o cartelización».
El directivo también destacó que la competencia entre pools de minería actúa como un freno natural contra la censura. «Cuando las tarifas son altas y visibles, cada pool tiene un incentivo dominante para desertar primero y reclamarlas», afirmó, lo que desarma cualquier acuerdo para excluir transacciones.
Además, en caso de ataques sostenidos, los receptores de pagos pueden exigir más confirmaciones para validar operaciones, lo que encarece el ataque, mientras que los remitentes urgentes elevan sus tarifas para acelerar el inicio de ese contador de confirmaciones.
«Estos controles lógicos del lado del usuario aseguran que cualquier ataque sostenido deba gastar recursos crecientes contra recompensas crecientes para la cadena honesta», subrayó.
La lógica detrás de este planteo, analizada en términos prácticos, es que Bitcoin cuenta con un conjunto de incentivos y ajustes automáticos que responden solo cuando la seguridad se ve amenazada.
En épocas normales, las comisiones pueden mantenerse bajas; pero si aumenta el riesgo de censura o reorganizaciones, la propia presión de los usuarios y la competencia entre mineros hacen que las tarifas suban, elevando el costo de un ataque y aumentando la recompensa de seguir la cadena legítima.
Finalmente, Rochard resume su visión de forma categórica:
“La solución es clara: los nodos bloquean las reglas; los ajustes de dificultad reequilibran la participación; el mercado de tarifas valora el espacio de bloque bajo demanda; RBF/CPFP y la competencia entre pools dirigen ingresos a la cadena que confirma; y la política de confirmación ajusta la seguridad según sea necesario”.
Pierre Rochard, CEO de The Bitcoin Bond Company.
El investigador concluyó que la combinación de la competencia entre pools, el ajuste de dificultad y el mercado de tarifas «es un proceso de mercado que escala el costo de los ataques exactamente cuando importa».
En sus palabras: «El problema del presupuesto de seguridad no es un hueco que deba llenarse con inflación permanente, sino un mecanismo dinámico que responde de forma efectiva ante amenazas».