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Para el ejecutivo, es necesario solucionar el problema desde la matriz energética de una región.
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Critica a una nueva metodología de medición de carbono que, según dice, tergiversa datos.
Pierre Rochard, vicepresidente de investigación de la empresa minera de Bitcoin, Riot, sostiene que la minería de Bitcoin, en sí misma, no produce emisiones de dióxido de carbono (CO2). Por lo tanto, según él, «no es científico» culpar a Bitcoin de emitir este gas.
Para el ejecutivo, según expresó en un artículo de opinión publicado en Bitcoin Magazine, las políticas para reducir las emisiones de carbono deben centrarse en los verdaderos emisores. A modo de ejemplo menciona a las centrales eléctricas de carbón, es decir, a la matriz energética de una región.
Rochard también afirma que el aumento de la demanda de electricidad incentiva a los productores de energía eólica y solar a invertir en infraestructuras de energía. Según dice, la minería de Bitcoin es altamente interrumpible, lo que significa que proporciona ingresos a las energías renovables durante las condiciones normales de la red y se apaga cuando la demanda no minera aumenta, ayudando a evitar el uso de plantas de gas natural.
CriptoNoticias ha mencionado en varias ocasiones tal característica de la minería de Bitcoin. El pasado 16 de marzo, por ejemplo, se reseñó la opinión de Sven Wagenknecht, un especialista alemán en la industria energética, quien afirma que la minería de Bitcoin brinda oportunidades para fomentar el uso de fuentes de energía más limpias y sostenibles. Esto es así, entre otras cosas, porque es una actividad que puede adaptarse a las fluctuaciones de la oferta y la demanda energética.
Las mediciones no son genuinas, dice Rochard
Tras hacer su apología a la minería de Bitcoin y rechazar el argumento ambientalista que frecuentemente se esgrime en su contra, Rochard pasa a criticar la forma en la que se hacen ciertas mediciones sobre la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera.
Particularmente critica un nuevo enfoque de contabilidad de carbono que, según dice, el diario The New York Times planea presentar. Este enfoque se llama «contabilidad de carbono indirecto de reserva fraccionaria» (FRICA, por sus siglas en inglés) y considera que todas las emisiones son causadas por plantas de gas natural.
El directivo de Riot argumenta que la metodología FRICA tergiversa la realidad. Él sostiene que, en 2022, el Electric Reliability Council of Texas (ERCOT) informó que la red eléctrica de Texas produjo aproximadamente el 40% de la electricidad a partir de fuentes nucleares, solares y eólicas sin emisiones de carbono.
El 60% de la electricidad restante, dice que se produjo a partir de gas natural y carbón, con emisores de carbono. Rochard opina que FRICA oculta el liderazgo de Texas en energía renovable.
Finalmente, Rochard acusa a The New York Times de inflar las emisiones ficticias de carbono con fines políticos, atacando injustamente la minería de Bitcoin en Estados Unidos. Asimismo, critica la propuesta de la actual administración presidencial de imponer un impuesto punitivo a la minería de Bitcoin, lo que podría socavar la competitividad económica de la nación y reducir la demanda de energía renovable.
El FRICA de The New York Times no solo será defectuoso desde la perspectiva de la red eléctrica. Desde el punto de vista de la minería de Bitcoin, también es inexacto afirmar que apagar los equipos de minería en Texas no incentivará una mayor minería de Bitcoin en el extranjero, en redes sucias de adversarios, como las de Rusia y Venezuela. Bitcoin es un sistema monetario global independiente, por lo que gravar arbitrariamente la minería de prueba de trabajo en los Estados Unidos solo sabotearía la competitividad económica de nuestra nación y reduciría la demanda de energía renovable.
Pierre Rochard, vicepresidente de investigación de Riot