La fiebre por las ICO lleva un tiempo dando de qué hablar en el ecosistema blockchain, principalmente por los riesgos que representan, las preocupaciones de las autoridades regulatorias ante estafas y por ser un novedoso mecanismo de recaudación de fondos que replantea los formatos convencionales pre-blockchain para financiar un proyecto.
Pero dentro de este fenómeno, surge ahora la figura de los Acuerdos Simples para Activos Futuros (ASAF), donde entran las firmas de capital de riesgo a participar en la financiación de proyectos de blockchain de diversa índole.
Dada la prosperidad de las ICO y las enormes cantidades de dinero que recolectan, las firmas de capital de riesgo no han querido quedarse por fuera de uno de los mayores eventos financieros y monetarios de los últimos años, por lo que han diseñado este nuevo mecanismo que les permite participar en estas rondas de financiamiento.
En los ASAF, las firmas de capital de riesgo invierten dinero en una startup de blockchain a cambio de que, para el momento en que se realice la ICO pública de esa empresa, la firma obtenga una cantidad acordada de los activos digitales emitidos. Las firmas invierten en estas startups según su criterio y bajo la promesa de que cuando estos activos comiencen a circular, tendrán un valor en el mercado que puede aumentar.
Según su papel blanco, apenas publicado el 2 de octubre pasado, los ASAF se emplean para adquirir derechos de posesión sobre criptoactivos antes de que se desarrollen:
Los ASAF son la herramienta comercial utilizada para acordar derechos sobre criptoactivos antes del desarrollo de su funcionalidad. En Estados Unidos, los ASAF son un activo, de modo que pueden ser ofrecidos de manera privada a inversionistas acreditados. Los criptoactivos, que son en última instancia entregados a los inversionistas, sin embargo, deberían ser completamente funcionales y por tanto no ser activos según las leyes de Estados Unidos. Fuera de EEUU, la necesidad de limitar los ASAF o los tokens acreditados a los inversionistas dependerá de la jurisdicción local.
SAFT Project
Esto es, sin más, una estrategia de las firmas de capital de riesgo de hacerse con espacios en el ecosistema blockchain. Más que realizar inversiones en activos reconocidos y establecidos, como bitcoin, ethereum o ripple, por ejemplo, les permite involucrarse en la incubación de otros activos. El papel blanco y la investigación pertinente fue impulsada por Protocol Labs, Cooley, AngelList, y CoinList.
Es precisamente la tecnología blockchain lo que permite la realización de estas transacciones de futuros en la que las compañías están participando. Básicamente, son contratos o acuerdos de financiamiento inter-empresariales en los que la prestación de capitales de una empresa asegura que la contraparte dará parte de sus acciones basadas en blockchain en un futuro cercano; futuros que son fácilmente intercambiables pues, aunque estas empresas deben ceñirse a disposiciones legales dada su naturaleza, la tecnología blockchain en sus facultades permite la transmisión rápida, económica, confiable y sin intermediarios de información.
Entonces, a diferencia de la recaudación de fondos convencionales, los ASAF permiten invertir en la tecnología de las empresas y no en las empresas que la desarrollan y ofrecen. Blockchain permite este esquema de negocios en el que por ejemplo, la empresa puede dividirse en un sector gerencial administrativo y una fundación sin fines de lucro encargada de proteger los intereses de los usuarios en base a los ideales que dieron origen al proyecto; de esa manera se persigue el objetivo de descentralización en el que conceptualmente se basa esta tecnología impulsada inicialmente por Bitcoin, que como un buen ejemplo, es un protocolo creado por un autor anónimo y liderado por desarrolladores de manera independiente a los intereses lucrativos, lo cual no ha evitado que su criptoactivo alcance el valor que tiene actualmente.
Sin embargo, un reporte emitido por Cardozo Blockchain Project de la Escuela de Leyes Cardozo de Nueva York establece críticas contra la realización de los ASAF. Según señala, los ASAF pueden incrementar la volatilidad de los mercados y a su vez, evitar que nuevos y pequeños consumidores participen en estos eventos, puesto que las grandes empresas y firmas financieras podrían tomar importantes posiciones capitales en las recaudaciones con la posibilidad de obtener beneficios y descuentos en la adquisición de los criptoactivos ofertados.
Además, el reporte señala que a pesar de que el papel blanco de las ASAF asegura que el criterio legal prevaleciente para autorizar estos eventos es el de la utilidad y funcionalidad del activo, la Comisión de Seguros y Valores (SEC) de Estados Unidos establece que va más de datos relevantes, circunstancias puntuales y situaciones económicas y de mercado relacionadas.
Como muchos eventos que ocurren el ecosistema, aún los ASAF necesitan regulación legal, así como de muchísima experimentación, para descubrir que efectos podrán tener. Pero lo cierto es que demuestran que la tecnología podría ser impulsada enormemente por el interés que tienen las diversas empresas y firmas de capital en lograr esto.
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