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Trump no busca llegar a acuerdos de "cero aranceles".
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El presidente estadounidense pretende acabar con el déficit comercial.
Los movimientos económicos sacuden el planeta y en el epicentro está Donald Trump, presidente de Estados Unidos, quien intensifica su cruzada comercial con una batería de aranceles que golpea a potencias como China y la Unión Europea.
Los mercados globales, atrapados en la incertidumbre, observan cómo las tensiones escalan y las economías se tambalean. Mientras Trump promete equilibrar la balanza comercial a cualquier costo, expertos advierten que el precio podría ser una recesión global.
«Este es el peor escenario posible», sentencia Juan Ramón Rallo, economista español. Trump no persigue acuerdos de «cero aranceles». Con esto se refiere a eliminar completamente los impuestos a las importaciones y exportaciones entre países.
El especialista cree que el mandatario estadounidense busca imponer un modelo de «cero déficits comerciales». Esto último significa que el valor de lo que un país exporta e importa con otro esté equilibrado, evitando que uno tenga un déficit (importe más de lo que exporta) o un superávit (exporte más de lo que importa).
Sin embargo, Rallo considera que lograrlo país por país es «irreal e imposible». Las dinámicas del comercio internacional, marcadas por economías y capacidades productivas dispares, hacen que los flujos comerciales sean naturalmente desiguales.
Por su parte, China responde con fuerza. Esta semana, Beijing impuso un impuesto del 34% a todas las importaciones estadounidenses, suspendió compras de sorgo, aves y harina de huesos de seis empresas norteamericanas y restringió a 27 compañías más, según informó la agencia AP.
Trump, lejos de retroceder, calificó a China como el «mayor abusador» en temas arancelarios y acusó al gigante asiático de ignorar sus advertencias, según Fox Business.
Una recesión en el horizonte
El analista español no duda en señalar las consecuencias. Las medidas arancelarias de Trump podrían empujar a Estados Unidos, la mayor economía mundial, hacia una recesión.
Y si cae el titán, el impacto se sentirá en todo el planeta. Sin embargo, no todos ven el panorama tan sombrío.
Daniel Muvdi, otro especialista, planteó en marzo que Trump podría estar diseñando una «recesión autoinducida». La estrategia: forzar a la Reserva Federal (Fed) a bajar tasas de interés rápidamente, abaratando la refinanciación de la deuda pública.
Cathie Wood, CEO de Ark Invest, comparte esta visión. Ella sostiene que el mercado ya está «descontando la última etapa de una recesión continua».
Según Wood, este contexto le daría a Trump y a la Fed mayor margen de maniobra, preparando el terreno para un «auge deflacionario» en la segunda mitad de 2025. Pero el camino hasta ahí promete ser accidentado, como lo reportó CriptoNoticias.
Bitcoin bajo presión: tasas y oportunidades
Las políticas de Trump también sacuden los mercados financieros. Aunque el presidente prometió en campaña un entorno favorable para las criptomonedas, los aranceles elevan costos de producción y reducen márgenes de ganancia, afectando activos volátiles como bitcoin.
En la jornada de hoy, BTC llegó a caer un 10% para llegar a los 74.000 dólares, su nivel más bajo en 2025. Sin embargo, la moneda digital enfrenta estoicamente los golpes del mercado y logra recuperarse hasta los 78.000 dólares.
La Fed, mientras tanto, mantiene las tasas altas y no planea recortes inmediatos, lo que limita el apetito por inversiones de riesgo. No obstante, Jerome Powell presidente de la Fed, dijo que podría ser difícil mantener la previsión de 2% de la tasa de interés.
Según la herramienta FedWatch de CME Group, la probabilidad de un recorte en mayo de 2025 alcanza el 30%, un dato que los inversionistas siguen de cerca.
Las tasas de interés juegan un rol clave en el precio de bitcoin. Cuando la Fed las reduce, el costo de los préstamos disminuye, incentivando a los inversionistas a tomar dinero prestado e inyectarlo en activos de mayor riesgo como criptomonedas, acciones o materias primas. Esto impulsa la demanda de BTC y, en consecuencia, eleva su valor.
Por el contrario, tasas altas como las actuales enfrían el interés por estos activos, presionando su precio a la baja.
Aun así, bitcoin resiste gracias a sus características únicas. Con un suministro limitado a 21 millones de unidades, su escasez lo convierte en «oro digital». A diferencia del dólar, que Trump podría estar devaluando como parte de su estrategia, bitcoin ofrece protección contra la inflación y la manipulación monetaria.
Su diseño descentralizado lo hace resistente a la censura e inconfiscable, un refugio en tiempos de crisis donde los gobiernos han recurrido a confiscar ahorros para sanear déficits.
Además, su capacidad para transferirse instantáneamente a cualquier rincón del mundo lo posiciona como una herramienta poderosa frente a restricciones de capital o debilitamiento deliberado de monedas fíat.
Negociaciones en la cuerda floja
No todos cierran la puerta al diálogo. Vietnam, enfrentado a un arancel del 46%, pidió a Trump 45 días para negociar y evitar un colapso económico que también encarecería productos para los estadounidenses.
Incluso ofreció eliminar sus propios aranceles si Washington hace lo mismo. En Europa, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, reiteró su oferta de «cero aranceles» para bienes industriales, aunque advirtió que están listos para responder con contramedidas si no hay acuerdo.