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Estados Unidos podría estar ante una próxima crisis de deuda.
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La debilidad del dólar puede favorecer a activos volátiles como bitcoin (BTC) y acciones.
El dólar estadounidense registró su mayor caída porcentual en un primer semestre del año desde 1973, afectado por factores macroeconómicos que llevaron a una revisión del apetito global por la moneda.
En los primeros seis meses de 2025, el índice del dólar (DXY) —que mide su fortaleza frente a seis monedas, entre ellas el euro, la libra esterlina y el yen— retrocedió un 10,8%, pasando de 108 puntos a 96 puntos, un desempeño no visto desde el fin del sistema de Bretton Woods, cuando el presidente estadounidense Richard Nixon anunció la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro.
El retroceso del DXY se intensificó el lunes, con una baja adicional del 0,6%, mientras el Senado de Estados Unidos se alistaba para votar enmiendas al nuevo plan fiscal impulsado por el presidente Donald Trump. Esta legislación, que prevé recortes impositivos y mayor gasto público, incrementaría la deuda estadounidense en 3,2 billones de dólares en la próxima década.
Este gráfico muestra la caída sostenida del índice dólar en los primeros seis meses de este año, comparable con lo visto en 1973:
El desempeño del dólar ha sido muy contrario al del euro, que superó el umbral de los 1,17 dólares, ganando un 13% en el semestre. Al mismo tiempo, aumentó la demanda por activos considerados refugio, como los bonos alemanes, mientras el apetito por el dólar disminuyó por temores vinculados a la trayectoria fiscal de Estados Unidos.
Actualmente, la deuda nacional en Estados Unidos supera los 37 billones de dólares y los pagos de intereses rebasan el billón anual. Esto ha dado lugar a pronósticos sobre una eventual crisis de deuda, aunque algunos economistas citados por CriptoNoticias, como Henrik Zeberg, sostienen que no se traduciría en un impago directo, sino en una crisis del dólar caracterizada por una aceleración inflacionaria.
Este debilitamiento del dólar podría favorecer activos como bitcoin (BTC) y las acciones. En entornos donde se anticipa una expansión monetaria, los inversionistas suelen buscar instrumentos con mayor rendimiento o propiedades de reserva. En el caso de BTC, su comportamiento histórico ha estado alineado con el crecimiento de la masa monetaria global (M2). A mayor liquidez, mayor ha sido su apreciación.
Las características técnicas de bitcoin —oferta limitada y descentralización— lo posicionan como una reserva alternativa frente a monedas sujetas a políticas monetarias expansivas. Esta correlación ha sido observada en anteriores ciclos de expansión, cuando el aumento de la liquidez global impulsó significativamente su cotización.
El mercado también ha mostrado una inclinación por las acciones en este entorno, dado que un dólar débil puede mejorar los ingresos de las empresas multinacionales y estimular flujos hacia economías con mayor potencial de crecimiento, alejando el capital del mercado estadounidense.
La evolución del dólar en los próximos meses dependerá del rumbo fiscal, las decisiones sobre tasas de interés y la percepción de riesgo entre los grandes inversores globales. En todo caso, hay quienes piensan que el objetivo de Trump es debilitar al dólar para favorecer a los mercados y, de esa manera, reconstruir a los Estados Unidos.