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Con la adopción estatal se desbloquea un enorme potencial de subida para bitcoin.
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La principal potencia financiera mundial quiere liderar la industria en torno a bitcoin.
En un mundo donde la innovación tecnológica redefine las finanzas, bitcoin (BTC) ha capturado la atención de gobiernos, inversores y mercados globales.
La moneda digital ha evolucionado de ser considerado un experimento cypherpunk y un activo marginal a ser un pilar estratégico en la economía de potencias mundiales, especialmente en Estados Unidos.
Este cambio de paradigma, impulsado por la adopción estatal y un creciente interés institucional, está transformando la percepción del mercado y desbloqueando un enorme potencial de crecimiento para bitcoin.
Frank Holmes, inversionista y CEO de la firma U.S. Global Investors señala: “Bitcoin no va a desaparecer, y solo se fortalecerá con Estados Unidos liderando el camino”.
Este respaldo no es casual. La visión de posicionar a Estados Unidos como líder en la industria de bitcoin comenzó a tomar forma fuerza en 2024, cuando el entonces candidato Donald Trump habló en la Bitcoin Conference, prometiendo reducir las barreras regulatorias de la administración anterior.
Menos de un año después, en el segundo mandato de Trump, esa promesa se materializa con pasos concretos.
Un hito clave es la propuesta de la Ley BITCOIN de 2025, que exige al gobierno estadounidense adquirir 1 millón de BTC en cinco años para crear una reserva estratégica de Bitcoin.
La senadora Cynthia Lummis, promotora de la iniciativa, destacó que mantener el país debería aspirar a tener al menos el 5% del suministro total de bitcoin, lo que podría contribuir a reducir la deuda nacional, que asciende a 36 billones de dólares. Este enfoque marca un cambio radical: hace apenas unos años, bitcoin era criticado como un vehículo para actividades ilícitas.
Dominio estadounidense y adopción institucional
Hoy, en cambio, se discute su potencial para estabilizar economías nacionales. Estados Unidos no solo lidera en retórica, sino también en hechos.
El país domina en todas las métricas relevantes del ecosistema Bitcoin. Aproximadamente el 40% del bitcoin minado globalmente está en manos de estadounidenses, mientras que las empresas estadounidenses que cotizan en bolsa concentran el 95% de las tenencias corporativas de bitcoin a nivel mundial.
Además, Estados Unidos lidera en tenencias de bitcoin en fondos cotizados (ETF), financiamiento de riesgo y reservas nacionales, superando incluso su participación en el mercado del oro.
Holmes lo resume: “No creo que nada de esto haya ocurrido por accidente. Sucedió porque emprendedores, expertos en tecnología, futuristas y legisladores vieron una oportunidad y la aprovecharon”.
A medida que bitcoin gana terreno, su rivalidad con el oro se intensifica. Tradicionalmente, el oro ha sido el refugio por excelencia en tiempos de incertidumbre. Sin embargo, los flujos de capital muestran un cambio claro. Los ETF de bitcoin en Estados Unidos hasta a finales de mayo registraron entradas masivas, mientras que los ETF respaldados por oro experimentaron salidas, como lo informó CriptoNoticias.
Este movimiento refleja una preferencia creciente por la moneda digital como activo de cobertura, especialmente en un contexto de preocupación por la estabilidad económica y la crisis de deuda en Estados Unidos
Bitcoin vs. oro
Holmes subraya las diferencias entre ambos activos: “Todavía creo profundamente en el oro como reserva de valor. Es tangible, usado en joyería y electrónica. Pero bitcoin se trata de crecimiento. Es programable, opera las 24 horas del día y no reconoce fronteras”.
La escasez de bitcoin, limitada a 21 millones de unidades, contrasta con el oro, cuya oferta crece por minería, reciclaje (25-30% del suministro anual) y avances como la transmutación nuclear, aún experimental. Estos factores podrían saturar el mercado del oro, cuestionando su sostenibilidad como reserva de valor.
Por el contrario, la emisión de bitcoin se reduce cada cuatro años en el evento conocido como halving, reforzando su atractivo como protección contra la devaluación de monedas fíat.
Según analistas de JP Morgan, esta dinámica convierte la competencia entre oro y bitcoin en un juego de suma cero, donde bitcoin lleva la delantera. “Prevemos que los catalizadores específicos del activo digital generarán un mayor potencial alcista para Bitcoin frente al oro en la segunda mitad del año”, afirman.
Impacto en los mercados y un rally alcista en marcha
El respaldo estatal y la adopción institucional están impulsando el precio de bitcoin. Actualmente, la moneda digital se cotiza en 105.000 dólares, tras alcanzar un nuevo máximo histórico de 111.000 dólares en mayo de 2025.
Analistas como Willy Woo ven probable un avance hacia los 118.000 dólares en el corto plazo, mientras que para los próximos meses, Joe Albano proyecta el precio en 176.000 dólares y David Zanoni apunta a 150.000 dólares para octubre. Este optimismo se basa en la combinación de factores estructurales, como la escasez programada de bitcoin, y regulatorios, como el apoyo de Estados Unidos al ecosistema.
Bitcoin, un símbolo de independencia económica
A medida que Estados Unidos se acerca a su 250 aniversario en 2026, Bitcoin emerge como un emblema de innovación y autonomía financiera. “Representa los valores que los estadounidenses aprecian: responsabilidad individual, innovación y libertad del control centralizado”, afirma Holmes. A diferencia de las monedas fíat, que pueden imprimirse sin límite, bitcoin requiere trabajo y energía para producirse, reforzando su propuesta de valor única.
En este contexto, la percepción de bitcoin como refugio alternativo crece, especialmente entre inversionistas institucionales que lo adquieren masivamente. Mientras el oro sigue atrayendo a quienes buscan estabilidad, bitcoin capta a aquellos que apuestan por el crecimiento en la era digital.
Con el respaldo estatal y un mercado cada vez más convencido de su potencial, bitcoin no solo está aquí para quedarse, sino que está redefiniendo el futuro de las finanzas.