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"Las élites están apostando por bitcoin", dice Sapir.
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Bitcoin (BTC) llegaría a precios de 120.000 a 150.000 dólares en los próximos meses.
Bitcoin (BTC) traza su camino en un mercado lleno de vaivenes. Durante el último año, su precio ha sido una montaña rusa: en los últimos dos meses cayó un 23%, pero si se consideran los últimos seis meses, logró un repunte del 37%.
Esta danza de números no pasa desapercibida para los analistas, y uno de ellos, Motti Sapir, economista y especialista en mercados financieros, sostiene una visión clara: bitcoin está en ruta hacia precios mucho más altos en este mismo ciclo alcista.
Para Sapir, la clave para entender el comportamiento de bitcoin radica en su naturaleza cíclica. «Se mueve en ciclos y la gente suele dejarse llevar por las últimas fluctuaciones del precio en lugar de analizar el panorama general», explica el economista.
En su opinión, el mercado tiende a sobre reaccionar ante movimientos a corto plazo, ignorando tendencias de fondo que están transformando a bitcoin en algo más que un experimento especulativo.
Bitcoin alcanzó su máximo histórico de 109.300 dólares el pasado enero, pero se ha enfrentado a una caída que lo mantiene entre 78.000 y 87.000 dólares en lo que va de marzo, como se aprecia en el siguiente gráfico.
«Bitcoin no es solo otro activo; se está convirtiendo en una alternativa legítima a las reservas financieras tradicionales de valor», asegura.
Esta transformación, según el analista, se debe a dos factores principales: la adopción institucional y el creciente interés de los gobiernos. Mientras las empresas y fondos de inversión acumulan BTC, algunos países empiezan a verlo como un componente viable en sus estrategias económicas.
Por eso, Sapir considera que los niveles actuales de precio representan una oportunidad de compra, proyectando una trayectoria hacia los 120.000 o incluso 150.000 dólares en los próximos meses, con un potencial a largo plazo que podría superar con creces esas cifras.
Hay que ignorar el «ruido a corto plazo»
El mercado, sin embargo, no siempre comparte esta visión optimista. Sapir señala que los inversionistas suelen fijarse en el «ruido a corto plazo» en lugar de los fundamentos.
Un ejemplo claro son los ETF basados en bitcoin, instrumentos financieros que han jugado un papel crucial en su cotización. Cuando se lanzaron en enero de 2024, la entrada masiva de capital disparó el precio de BTC. Sin embargo, al año de su debut, las salidas de dinero generaron un retroceso significativo, especialmente entre febrero y lo que va de marzo, como se aprecia en el siguiente gráfico.
Debe tenerse en cuenta que el desempeño de los ETF tiene un impacto directo en la cotización de bitcoin. Las gestoras de estos fondos compran BTC para respaldar sus acciones, lo que impulsa el precio cuando la demanda crece. Pero si los inversionistas retiran su dinero, estas firmas venden parte de sus tenencias, aumentando la oferta y presionando el valor a la baja.
Algunos interpretaron las recientes salidas de capital como una señal negativa, aunque Sapir lo ve de otra forma: «Estos ignoran la evolución natural de los nuevos productos financieros. La volatilidad en sus primeras etapas es esperable».
El mayor error de un inversionista
Uno de los errores más comunes entre los inversionistas de bitcoin es permitir que la volatilidad a corto plazo los expulse del mercado, según el especialista. Las caídas pronunciadas, como las que han llegado a superar el 25% en cuestión de semanas o incluso días, generan una sensación de inquietud que lleva a muchos a asumir que lo peor está por venir, dice el analista financiero.
Sin embargo, Motti Sapir subraya que la historia cuenta una narrativa distinta: «Si algo nos enseña el pasado, es que estos retrocesos bruscos han sido algunos de los mejores momentos para comprar». Lejos de ser señales de colapso, estas correcciones han marcado, en repetidas ocasiones, el inicio de recuperaciones significativas.
Un análisis detallado del comportamiento de bitcoin respalda esta perspectiva. El gráfico adjunto ilustra este fenómeno: cada punto rojo señala una caída del 25% o más en el precio de BTC, eventos que suelen ir precedidos por fuertes alzas.
El sentimiento bajista se dispara en esos momentos, el miedo domina y muchos inversionistas optan por vender. No obstante, el patrón histórico revela que esas salidas apresuradas suelen ser prematuras.
La barra inferior del segundo gráfico muestra que las rentabilidades posteriores a estas caídas han sido consistentemente positivas, con ganancias especialmente notables en períodos de seis meses a dos años. Además, la línea gris destaca otro dato y es que en la mayoría de los casos, el valor de bitcoin superó su nivel previo al desplome en distintos horizontes temporales, evidenciando su capacidad de resiliencia.
«A corto plazo, es fácil dejarse llevar por el miedo. Pero, en general, estas caídas han sido más oportunidades de compra que señales de alerta. El mercado tiende a reaccionar de forma exagerada, pero los datos dejan algo claro: comprar ante la debilidad ha sido una estrategia ganadora para quienes están dispuestos a esperar».
Motti Sapir, economista y analista financiero.
Nuevo capítulo de incertidumbre
A esto se suma otro factor que alimenta la incertidumbre: los costos de la minería de Bitcoin. El alza en los precios de la electricidad y tensiones comerciales entre Estados Unidos y Canadá, ha generado temores sobre la rentabilidad de los mineros.
Canadá, un exportador clave de electricidad a Estados Unidos, enfrenta ahora una relación comercial complicada tras las políticas del presidente Donald Trump, quien desde su llegada al poder ha intensificado las disputas arancelarias con México, Canadá y China.
Este es un factor que también ha golpeado el precio de bitcoin y del resto de criptomonedas. Las condiciones geopolíticas y la incertidumbre económica global suelen influir en su cotización, especialmente en momentos de tensiones comerciales como las desencadenadas por las políticas de Trump, como lo ha reportado CriptoNoticias.
Aunque estos desafíos son reales, Sapir los enmarca como parte del ciclo económico natural de bitcoin.
El papel de los gobiernos y su influencia en el precio de bitcoin
Más allá de los vaivenes del mercado, Sapir apunta a un elemento que considera subestimado: el rol emergente de bitcoin en las finanzas globales.
«Los gobiernos debaten cada vez más sobre bitcoin de maneras impensables hace cinco años», afirma.
Un caso emblemático es Estados Unidos, donde el presidente Trump ha dado pasos concretos para integrar la moneda digital en la estrategia nacional. El pasado enero, firmó una orden ejecutiva para la creación de una reserva estratégica de bitcoin y ordenó formar un Consejo Asesor de Criptomonedas en la Casa Blanca.
Este consejo tiene la orden de iniciar el proceso para establecer la reserva, colaborar con el Congreso en legislación sobre criptoactivos y coordinarse con agencias reguladoras.
Con estas medidas, Estados Unidos busca posicionarse como líder en un futuro donde bitcoin podría ser un pilar de la economía global. «Las élites están apostando por bitcoin», subraya Sapir, refiriéndose tanto a gobiernos como a grandes inversionistas institucionales.
Si esta tendencia de adopción soberana se consolida, el economista cree que el precio actual de BTC parecerá una ganga en retrospectiva. «A corto plazo, es fácil dejarse llevar por el miedo», admite.
Sin embargo, insiste en que las caídas recientes han sido históricamente oportunidades de compra para quienes miran a largo plazo. «El mercado reacciona de forma exagerada, pero los datos muestran que comprar en momentos de debilidad ha sido una estrategia ganadora», destaca.
El potencial alcista: números que hablan
Bitcoin desafía los modelos de valoración tradicionales, lo que obliga a los analistas a buscar métricas alternativas. Una de las favoritas de Sapir es la relación stock-flujo, que mide la escasez de un activo en función de su oferta circulante y su ritmo de emisión.
Esta relación se reducirá a la mitad tras el próximo halving que se llevará a cabo en el 2028. Este es un evento programado en el código de Bitcoin que disminuye la recompensa de los mineros cada cuatro años. En ciclos pasados, este mecanismo ha desencadenado alzas masivas de precios.
Según los modelos actuales de stock-flujo, bitcoin estaría infravalorado en al menos un 50%, lo que implica un valor razonable superior a los 120.000 dólares.
Los datos en cadena refuerzan esta tesis: los tenedores a largo plazo alcanzan niveles récord, reflejando una confianza sólida entre quienes entienden los fundamentos del activo.
Al mismo tiempo, las reservas de bitcoin en los exchanges están en mínimos de varios años, lo que reduce la oferta disponible y suele preceder a subidas impulsadas por la escasez.
Sentimiento mixto y vientos de cambio
El panorama no está exento de contradicciones. El sentimiento del mercado oscila entre el optimismo y la cautela.
Por un lado, la acumulación institucional sigue en marcha. Por otra parte, la incertidumbre regulatoria y los costos asociados a la minería mantienen a algunos inversionistas en guardia. Sin embargo, Sapir relativiza estas preocupaciones: «En mercados bajistas anteriores, surgieron narrativas similares, y bitcoin siempre terminó alcanzando nuevos máximos una vez que el polvo se asentó».
Riesgos en el horizonte
Nada está garantizado en el mundo de bitcoin. La regulación sigue siendo una incógnita que podría cambiar el juego. Si los gobiernos imponen restricciones más severas a exchanges, custodios o mineros, el impacto sería notable, explica el economista.
La volatilidad, por su parte, continúa siendo una barrera para los inversionistas menos tolerantes al riesgo. Aunque la adopción institucional podría estabilizarla con el tiempo, como ocurrió con el oro, ese proceso aún está en desarrollo.
La liquidez también merece atención. Las salidas de los ETF generaron presión vendedora a principios de 2025, sin embargo, si la demanda institucional sigue creciendo, bitcoin podría consolidarse como un activo más robusto.
Una moneda en evolución
«Bitcoin no es perfecto, pero ningún activo lo es», reflexiona Sapir. Lo que lo distingue, dice, es su combinación única de escasez absoluta —con un límite de 21 millones de monedas— y una adopción que apenas comienza a despegar.
Entre el halving, el interés institucional y el respaldo potencial de gobiernos, el economista ve un camino claro hacia los 120.000 o 150.000 dólares en los próximos 12 a 24 meses, con un techo mucho más alto si la adopción soberana se acelera.
Mientras los inversionistas a corto plazo lidian con las turbulencias, quienes apuestan por el largo plazo podrían estar ante una oportunidad histórica. Bitcoin, con sus altibajos y su aura de enigma, sigue desafiando expectativas.