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Craig Wright dice ser el dueño de los USD 3.500 millones en bitcoins depositados en una dirección.
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Jueza británica desestimó los alegatos y no se sabe si Wright apelará la decisión.
La demanda interpuesta por Craig Wright, el autoproclamado Satoshi Nakamoto, contra varios de los principales desarrolladores de Bitcoin (BTC) por el caso de los BTC robados del exchange Mt. Gox y depositados en una dirección presuntamente adjudicada a él, fue desestimada por una juez de un Tribunal Superior del Reino Unido.
La sentencia de la juez Sarah Falk divulgada este viernes 25 de marzo de 2022, concluye que Wright, quien ha dicho que es el «verdadero» creador de Bitcoin, no estableció claras razones para que se celebrara un juicio formal sobre el presunto robo de los BTC. En la decisión se nombra a la empresa Tulip Trading Limited (TTL), que responde a Wright.
En teoría, Wright debía demostrar ante el tribunal que el caso que presentaba tenía todos los requisitos para que fuera llevado a juicio, pero la juez desestimó los alegatos.
La decisión de la juez tiene que ver con la denuncia que hizo el informático hace un par de años por la pérdida de varios millones de dólares en bitcoins, los cuales estaban depositados en un monedero que luego se vinculó al hackeo del ya extinto exchange Mt. Gox.
En ese entonces, el autoproclamado Satoshi dijo ser el propietario de un par de direcciones, una de ellas que fue usada para recibir cerca de 80 mil bitcoins que fueron robados en 2011 desde esa casa de cambios.
Según los abogados de Wright, hackers tomaron las claves privadas del monedero que contenía esa enorme cantidad de dinero, a través de un supuesto ataque a su computadora. Lo alarmante es que señalaron a los devs de Bitcoin como los responsables, pero la jueza precisó que no hay prueba alguna de que los desarrolladores guardaran relación ni con el hackeo a Mt. Gox ni con el robo de las llaves de Wright.
Actualmente, esa dirección sigue albergando los casi 80 mil BTC. Así lo muestra el sitio web mempool.space, que destaca que, al cierre de esta nota, hay más de USD 3.500 millones en bitcoin congelados.
Wright argumenta que los desarrolladores –entre los que destacan Gregory Maxwell y Pieter Wuille– tienen «deberes fiduciarios» con él, por lo que deben darle acceso a los bitcoins en cuestión y que, según él, le fueron robados. Para la juez, el alegato no tiene fundamento:
No creo que se pueda describir de manera realista a los propietarios de bitcoins como que confían su propiedad a un cuerpo fluctuante y no identificado de desarrolladores de software, al menos en el sentido y en la medida que afirma Tulip Trading Limited.
Juez Justice Falk.
Irónicamente, Wright obtuvo argumentos que, para la juez, le otorgaban ventajas en varios de los puntos jurisdiccionales. Sin embargo, no valió de nada. Todos los méritos del caso no lograron alcanzar lo necesario para justificar un juicio.
De hecho, el falso Satoshi argumentó que el tribunal debía elevar el caso a juicio porque había «cuestiones importantes» por tratar. Pero para la juez no fue así, pues, aunque se reflejaron asuntos graves por discutir, no tuvieron la relevancia necesaria para una audiencia formal.
Wright y los 80 mil bitcoins robados
El caso de Wright y el extinto exchange Mt. Gox fue reseñado por CriptoNoticias en 2020. En junio de ese año, el australiano envió –a través de sus abogados– una carta a miembros de «Bitcoin Core», en donde declaraba ser el dueño de la dirección de Bitcoin antes mencionada.
Wright fue rápidamente increpado por Max Karpelès, ex CEO de la inoperativa casa de cambio. En ese momento cuestionó si esa carta se trataba de una admisión de robo.
«Craig Wright afirma haber estado en control de esta dirección hasta hace poco, ¿admitiendo responsabilidad legal por daños e intereses?», escribió Karpelès en Twitter en su momento.
En todo caso, la sentencia divulgada hoy no es más que otro revés para el informático, que desde años ya cuenta con el rechazo de la comunidad bitcoiner por sus acciones contra los principales desarrolladores.
No queda claro si Wright apelará la decisión de la jueza, pero por como se aprecia, sus abogados no tienen nada fácil la tarea y podría costarles varios meses antes de intentar obtener una decisión positiva por parte del tribunal. La justicia es ciega, dicen.