La autoridad financiera de Suiza, FINMA, paralizó las operaciones de una empresa a la que calificó como el proveedor de una falsa criptomoneda, al tiempo que anunció investigaciones de otro grupo de posibles casos de fraude relacionado con activos electrónicos.
E-Coin es el nombre de la divisa electrónica que de acuerdo con los reguladores suizos no es una criptomoneda real basada en blockchain, sino que se gestionaba a través de servidores privados de la plataforma Quid Pro Quo, modalidad con la que consiguió captar fondos por más de 3,5 millones de euros (sobre los cuatro millones de francos suizos) a lo largo de un año, según trascendió.
La decisión de la entidad suiza se presenta poco después de la decisión de autoridades chinas de reforzar su control regulatorio sobre el mercado de criptoactivos, afectando en primer lugar las emisiones iniciales de monedas o ICO, y luego llevando al cierre de las casas de cambio. Este hecho, aunado a la polémica a raíz de las declaraciones del CEO de JP Morgan en contra de Bitcoin, ha generado presiones bajistas en los precios de criptodivisas en días recientes.
De acuerdo con el anuncio oficial del ente encargado de la regulación financiera, el emisor de la mencionada criptomoneda no contaba con la licencia correspondiente para proceder a la recaudación de fondos.
Por más de un año a partir de 2016, la asociación QUID PRO QUO ha emitido unas denominadas «E-Coins», una falsa criptomoneda creada por la propia asociación. Trabajando en conjunto con Digital Trading AG y Marcelco Group AG, la asociación dio a los interesados el acceso a una plataforma digital en que se podían transferir y negociar estas E-Coins. A través de esta plataforma, las tres entidades aceptaron fondos por al menos cuatro millones de francos de varios cientos de usuarios a nombre de los cuales se manejaron cuentas en dinero legal y en E-Coins. Esta actividad, similar a la que es propia a las entidades bancarias, es ilegal, a menos que se cuentan con las licencias financieras correspondientes.
Los casos de China y Suiza son solo los más recientes en una serie de medidas de organismos regulatorios para controlar la emisión de criptoactivos y diferenciar operaciones legítimas de mecanismos de posible captación ilegal de recursos o incluso esquemas fraudulentos.
Hasta ahora, FINMA ha sido capaz de bloquear y recuperar activos por valor de unos dos millones de francos suizos. El emisor de E-Coin afirmó que el respaldo a los activos se mantendría en un 80% soportado por bienes tangibles, pero se encontró que el margen era menor que lo ofrecido.
A finales del mes de septiembre, el caudal recogido a través de ICOs se remontaba a 180 millardos de dólares, desde una cifra inicial de $17 millardos registrada a principios de este año.