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China impulsa el yuan y explora BTC para eludir sanciones.
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Para el Tesoro de EE. UU., las stablecoins respaldadas en bonos fortalecen al dólar.
Desde los acuerdos de Bretton Woods, firmados en 1944 con el objetivo de establecer un nuevo orden financiero que evitara recurrentes crisis, el dólar estadounidense asumió un rol dominante. Las demás monedas comenzaron a vincularse a él, y el billete verde, respaldado por su convertibilidad directa en oro, pasó a ser la referencia mundial. Sin embargo, casi 81 años después, ese panorama parece estar cambiando: ya se perciben señales claras de una tendencia global hacia la desdolarización.
El expansivo uso del yuan en el comercio internacional es una señal que no debe subestimarse. En marzo de 2024, más de la mitad de los pagos transfronterizos de China se liquidaron en yuanes, una cifra que contrasta fuertemente con el escaso 1% registrado en 2010. Este crecimiento refleja el esfuerzo del gigante asiático por internacionalizar su moneda, impulsado por acuerdos bilaterales con países como Brasil y Argentina, y la decisión de socios comerciales clave, como Rusia, de liquidar transacciones en yuanes, especialmente tras sanciones que limitaron el acceso al dólar.
El avance del yuan sugiere que varios países están buscando reducir su dependencia del dólar, lo que refleja una creciente desconfianza en el billete verde como único pilar del sistema monetario internacional, especialmente en un contexto marcado por el preocupante nivel de endeudamiento de Estados Unidos, que en 2024 superó los USD 34 billones.
Estados Unidos se ha beneficiado durante décadas del rol del dólar como moneda de reserva mundial, lo que le ha permitido endeudarse a bajo costo gracias a la alta demanda de dólares y bonos del Tesoro. Sin embargo, esta ventaja podría debilitarse si tal nivel de deuda sigue ascendiendo y empieza a minar la confianza internacional. En dicho escenario, los inversionistas podrían exigir tasas de interés más altas para compensar el riesgo, lo que encarecería el financiamiento del déficit fiscal. A su vez, una menor demanda del dólar reduciría la capacidad del país gobernado por Donald Trump para imponer sanciones o aplicar políticas monetarias con un gran impacto en todo el mundo.
Una de las voces más influyentes que ha advertido sobre los riesgos del endeudamiento estadounidense es Ray Dalio, quien señaló que el actual nivel de deuda sistémica, combinado con las recientes tensiones geopolíticas, podría estar gestando un colapso del orden monetario global. Esto, según él, llevaría a que el dominio unilateral de Estados Unidos llegue a su fin.
En una línea similar pero desde otra perspectiva, Jack Mallers, CEO de Strike, sostiene que las políticas de Donald Trump estarían debilitando deliberadamente al dólar como una estrategia para reconstruir la economía del país, aunque advierte que este enfoque podría acelerar la adopción de alternativas con mayor potencial a largo plazo. Es aquí donde bitcoin y los criptoactivos comienzan a cobrar relevancia.
No obstante, pese a las señales de desdolarización, ahora mismo el dólar sigue siendo la pieza central del sistema financiero internacional; es decir, hablamos de un activo que participa en alrededor del 88% de las transacciones internacionales y mantiene su estatus como la principal moneda de reserva, al representar más del 50% de las reservas globales. Incluso dentro del ecosistema de las criptomonedas, las stablecoins respaldadas por el dólar, como Tether (USDT), continúan dominando el mercado, con una cuota cercana al 62%, según datos de DeFiLlama.
Los aranceles de Trump y las stablecoins
Aunque el dólar mantiene su rol dominante como moneda de reserva y sigue siendo ampliamente utilizado en transacciones internacionales, el avance de la desdolarización ha generado una respuesta defensiva por parte de la administración de Donald Trump. En enero, el presidente amenazó con aplicar aranceles del 100% a los países del bloque BRICS que impulsen monedas alternativas al dólar, en un intento por frenar el crecimiento de propuestas lideradas por China y Rusia.
Un ejemplo que vale la pena destacar es el de India, que, a pesar de su pertenencia al bloque BRICS, ha adoptado una postura más prudente frente al proceso de desdolarización. En abril, tras una pausa de 90 días en los aranceles estadounidenses, Nueva Delhi y Washington retomaron las negociaciones comerciales, con el fin de llegar a un nuevo entendimiento y no establecer tarifas adicionales al país asiático. El vicepresidente JD Vance y el primer ministro Narendra Modi presentaron los lineamientos iniciales para un acuerdo comercial bilateral.
Aunque la postura pragmática de India refleja las complejidades del proceso de desdolarización, lo cierto es que la divisa estadounidense ha encontrado un nuevo respaldo en el ecosistema digital: las stablecoins. Paolo Ardoino, CEO de Tether, afirmó que USDT es un gran aliado para la hegemonía del dólar estadounidense, y que el proyecto ha beneficiado a millones de usuarios en mercados que carecen de acceso a servicios bancarios. En la misma línea, Jeremy Allaire, CEO de Circle, ha destacado que las monedas estables respaldadas por el dólar, como USDC, están fortaleciendo el dominio del dólar al integrarlo en la economía global.
La integración del dólar en la economía digital no es solo retórica: las stablecoins están generando un impacto al que hay que prestar atención. Hoy en día, Tether y Circle tienen en conjunto más de USD 130 mil millones invertidos en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Esta fuerte demanda ayuda a que EE. UU. pueda financiar su déficit con tasas de interés más bajas, por lo que, en lugar de una desdolarización, esto refleja una forma de redolarización, especialmente en países con monedas inestables, donde millones de personas usan stablecoins como USDT para proteger sus ahorros.
Por ejemplo, en Argentina, donde la inflación superó el 200% en 2024, las stablecoins se han convertido en una alternativa sólida al peso, ocupando un volumen de transacciones que supera el 60% y que está muy por encima de la media mundial (44,7%). Lejos de ceder ante la desdolarización impulsada por el yuan o las sanciones, el dólar está expandiendo su influencia a través de los criptoactivos.
A simple vista, el mundo parece estar tomando distancia del billete verde: el avance del yuan, la diversificación de reservas y las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda estadounidense apuntan en esa dirección. Sin embargo, un análisis más cuidadoso revela una dinámica compleja. Aunque surgen alternativas, muchas no reemplazan a la moneda de EE. UU., sino que la incorporan o la refuerzan. El crecimiento de las stablecoins y su uso extendido en economías inestables reflejan una redolarización digital que, lejos de debilitar la hegemonía de la divisa norteamericana, en realidad la renueva. Más que alejarse del dólar, la economía mundial sigue girando en torno a él. Habrá que ver qué ocurre en las próximas dos décadas, pues la fortaleza financiera de EE. UU. no es para nada la misma que en el período posterior a la segunda guerra mundial.