Hechos clave:
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La deuda en divisas fuertes es un obstáculo para los países en desarrollo, dijo Rouseff.
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Usar monedas locales reduce riesgos y facilita flujos de capital hacia proyectos sostenibles.
La desdolarización del mundo está en marcha y es «imparable» porque la alianza de los BRICS (la entidad multilateral que congrega a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) están preparando un golpe mortal. Así lo señaló Christopher Douglas Emms, jefe de la División de Corretaje de LM Investments, en el marco del Foro Económico Oriental que se celebra en la ciudad rusa de Vladivostok.
Para Douglas Emms, el sistema de pagos con criptomonedas que estarían desarrollando los BRICS es un avance «que cambia las reglas del juego» para un mundo multipolar. Sería el último clavo en el ataúd del dólar«, señaló al medio ruso Sputnik.
La razón por la que ve venir la muerte del dólar estadounidense es porque cree que carece de respaldo sólido. «No hay ningún commodity o materia prima que lo respalde, lo que ha permitido a la Reserva Federal imprimir sin freno. Esta situación, junto con la creciente deuda per cápita de EE.UU., hace que el sistema sea insostenible», aseveró Douglas Emms, comparando al dólar con una «casa de naipes» que eventualmente colapsará cuando la gente deje de utilizarlo.
En contrapartida, el analista cree que los BRICS deben apoyarse en una stablecoin basada en una canasta de divisas de las naciones miembros del grupo. Entre ellas están el rublo ruso, el yuan o renminbi chino, la rupia india y el rand sudafricano.
De hecho, se ha informado con anterioridad que la plataforma de pago multilateral BRICS Bridge facilita esencialmente el intercambio de las monedas digitales de los Estados miembros, las cuales serían liquidadas en stablecoins. También se considera el oro, metales, tierras, extensiones de terreno y otras materias primas entre los activos que respaldarán la moneda.
El banco de los BRICS lo tiene claro: no al dólar estadounidense
La presidenta del Banco de Desarrollo del bloque BRICS, Dilma Rousseff, no ha mencionado la palabra dólar ni una sola vez en sus discursos recientes, pero sí ha sido contundente al dejar claro que la entidad multilateral que congrega a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, debe marcar distancia con la moneda estadounidense.
No es algo nuevo si se toma en cuenta que en los últimos años ha aumentado la oposición al dólar estadounidense y el bloque de los BRICS se ha mostrado en esa línea. Esto en respuesta a las sanciones impuestas por el Grupo de los Siete (G7) o las economías de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos después de la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Como parte de ello, Rusia se ha visto impactada por las sanciones occidentales que utilizaron la moneda como arma, lo cual obligó a utilizar medios alternativos para los pagos internacionales.
Es por ello, que en una declaración reciente, la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, Dilma Roussef, reafirmó su enfoque en deshacerse del dólar estadounidense. Esto, específicamente a favor de promover las monedas locales de los países de la alianza.
“Uno de los principales enfoques del Nuevo Banco de Desarrollo es aumentar el uso de monedas locales”, dijo Rousseff en la novena reunión anual del banco.
Para la presidenta del Banco, hay que “invertir en un futuro sostenible” y para hacerlo “se necesitan con urgencia cambios sistémicos, especialmente en la arquitectura financiera internacional”.
Adicionalmente en el discurso de Rousseff se pueden identificar varias partes que indican una clara intención de marcar distancia con el dólar estadounidense y resaltar la necesidad de diversificar las fuentes de financiamiento.
Rouseff criticó la deuda contraída por las principales economías del mundo y al respecto señaló la deuda que «el desajuste entre la deuda en moneda fuerte y los ingresos generados por los proyectos crea una barrera para la inversión soberana y no soberana en economías en desarrollo». Con ello denota que el uso de una moneda fuerte como el dólar complica la situación financiera de los países en desarrollo.
También Rousseff destacó que «cuando Estados Unidos enfrenta inflación, la política monetaria se utiliza para aumentar las tasas de interés, creando muchos problemas a las economías emergentes y en desarrollo». Con ello sugirió que las decisiones de política económica de Estados Unidos tienen repercusiones negativas para los países que conforman la alianza BRICS, así que de allí la necesidad de preferir mecanismos que eviten depender del dólar.
Las decisiones de la alianza de los BRICS también impactan en el dólar
En los últimos años, el rechazo al dólar estadounidense y a las políticas promovidas por las potencias tradicionales (América del Norte, Europa Occidental y Japón), ha marcado la agenda de los países miembros de los BRICS. De igual manera se han inclinado por la creación de una moneda propia que desafíe al dólar y sistemas de pago alternativos a SWIFT, la red que utilizan la mayoría de los bancos del mundo.
El llamado de distanciamiento al dólar aparentemente ha impactado en la moneda estadounidense. Según el Medidor de Dominio del Dólar del Atlantic Council, la participación de la moneda en las reservas globales se sitúa en sólo el 58% en 2024. Eso es un notable descenso teniendo en cuenta que era del 74% en 2002, un año después de que se formara el bloque BRICS.
Argelia manifestó que se unió al grupo, y sigue aumentando el número de países que desean unirse a la alianza BRICS. De hecho, Turquía solicitó unirse al grupo de economías emergentes, como lo señaló el portavoz del gobernante Partido Justicia y Desarrollo de este país, Omer Celik.
De esta manera Turquía se convierte en el primer miembro de la OTAN que desea unirse a la alianza. En 2023 el grupo aceptó la participación de Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos.