Hechos clave:
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La deuda de los gobiernos a nivel mundial ya supera los 91 billones de dĂłlares.
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En un año de elecciones en casi todo el mundo, los polĂticos han ignorado el problema de la deuda.
El colapso financiero que se presenció este 5 de agosto despertó alarmas en todos los niveles. Son muchos los que ahora están evaluando las causas de una crisis financiera que amenaza al mundo y lo pone en riesgo de una recesión.
Como parte del análisis, las miradas se desvĂan hacia los gobiernos y sobre cĂłmo las medidas que implementan contribuyen al caos que se está viviendo.
Se trata de unas consecuencias que la mayorĂa de los analistas vienen advirtiendo desde hace tiempo y que tiene base en lo que se conoce como la crisis de la deuda. Una situaciĂłn que se desencadena cuando el importe total de la deuda es de una cuantĂa en la que el Estado no puede atender el pago de los intereses o la devoluciĂłn de los capitales prestados.
Tal situaciĂłn cobra importancia si tomamos en cuenta que actualmente la deuda de los gobiernos alcanza la cifra sin precedentes de 91 billones de dĂłlares, una cantidad que casi iguala el tamaño de la economĂa mundial y que —como advierten los economistas— tiene un alto costo para sus poblaciones.
El problema es de tal magnitud que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado informes en los que alerta sobre la crisis y explica sus causas.
SegĂşn el organismo, todo se debe a las medidas tomadas en medio de la pandemia de Covid de 2020 cuando la mayorĂa de los gobiernos optaron por hacer emisiones de dinero sin respaldo, endeudándose a grandes niveles.
Incluso la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) previĂł, en un reporte publicado a finales de ese año, que la deuda pĂşblica sobrepasarĂa el tamaño de la economĂa. Por ello la calificĂł como la mayor deuda pĂşblica en relaciĂłn al PIB desde finales de la Segunda Guerra Mundial, reconociendo que la economĂa estadounidense venĂa registrando dĂ©ficits desde 1970.
De esta forma, la inflaciĂłn y devaluaciĂłn de las monedas fĂat que se generĂł, como consecuencia de las impresiones de dinero realizadas en 2020, obligaron a subir las tasas de interĂ©s. Algo que a su vez complicĂł el tema de la deuda.
Durante mucho tiempo, la dinámica de la deuda se mantuvo muy benigna, porque las tasas de interés reales eran significativamente inferiores a las tasas de crecimiento, lo que redujo la presión para la consolidación fiscal y permitió que los déficits y la deuda públicos aumentaran. Luego, durante la pandemia, la deuda aumentó aún más a medida que los gobiernos implementaban grandes paquetes de apoyo de emergencia.
Fondo Monetario Internacional.
Tal como lo explica el FMI, actualmente las tasas de interés ajustadas a la inflación están muy por encima del crecimiento económico a mediano plazo, y con ello se eleva el costo del servicio de la deuda. A esto se suman presiones fiscales que generan riesgos para la estabilidad financiera.
De ahà que el FMI reiterara su advertencia en junio pasado, recordando la necesidad de «abordar urgentemente» los déficits fiscales crónicos de Estados Unidos. Una inquietud que ha sido compartida desde hace tiempo por inversionistas manifestando asà su inquietud sobre la trayectoria de las finanzas del gobierno estadounidense.
De hecho, en enero los gestores de fondos auguraron que el tema de la deuda se convertirĂa en una preocupaciĂłn serĂa para los mercados «en los prĂłximos seis a doce meses». Y como reportĂł CriptoNoticias, en 2022 las instituciones financieras tambiĂ©n habĂan anticipado reacciones crĂticas en este sector.
CrĂłnica de una crisis anunciada
Para atender el problema se requiere «una acciĂłn fiscal decisiva y creĂble que lleve gradualmente los niveles de deuda mundial a niveles más sostenibles puede ayudar a mitigar esta dinámica», tal como aconsejĂł el FMI a inicios de este año.
Se trata de una recomendación que invita a reducir el gasto fiscal y manejarlo con mayor eficiencia. Además del FMI, el consejo también lo lanzó en 2022 el Banco Mundial, cuando observó un mayor intervencionismo de los gobiernos a través de subsidios, nacionalizaciones y otras medidas que han derivado en un incremento sustancial del gasto público.
«A nivel mundial, la proporción del gasto público respecto del producto interno bruto (PIB) pasó del 25,9% en 2008 a 34,1% en 2020, y sigue creciendo», dijo el Banco Mundial.
Lo que ha venido ocurriendo es que las cargas de la deuda han crecido tanto, que ahora se han convertido en una amenaza creciente para los niveles de vida en las economĂas más ricas, como la de Estados Unidos.
De esta forma, «la actitud de los polĂticos ha ido en contra de las recomendaciones, al no hablar sobre aumentos de impuestos y recortes de gastos necesarios», declarĂł a los medios Roger Hallam, director global de tasas de Vanguard, uno de los administradores de activos más grandes del mundo.
«En algunos casos, incluso están haciendo promesas derrochadoras que, como mĂnimo, podrĂan volver a disparar la inflaciĂłn e incluso acelerar la crisis financiera». La situaciĂłn parece lejos de mejorar, en un contexto mundial marcado por elecciones.
En ese sentido, se llama la atención sobre el hecho de que, a pesar de la creciente alarma por la acumulación de deuda del gobierno estadounidense, ni los demócratas ni Donald Trump, prometen disciplina fiscal antes de las elecciones. A lo sumo, está la promesa del republicano de pagar la deuda con bitcoin (BTC). Su idea, según dijo, es incorporar la moneda digital como reserva, aunque no ofreció mayores detalles sobre la estrategia.
La misma actitud de dejar de lado el tema de la deuda se ha tomado en las elecciones de Reino Unido y Francia, donde los analistas acusan un auge del populismo.
Es asĂ como, a raĂz de esta creciente tendencia, desde hace meses se esperaba que los mercados financieros se vieran rápidamente perturbados por una «disfunciĂłn polĂtica», tal como lo adelantĂł Karen Dynan, de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard. Es por ello que los inversionistas dudan de la voluntad de los gobiernos de pagar su deuda.
«Tenemos tendencia a no imaginar el alcance de las cosas que pueden salir mal. Si se produce un gran acontecimiento que hace que el mercado se alarme por la deuda, no será algo que estuviĂ©ramos pensando», habĂa alertado la economista en julio pasado.
La conclusiĂłn a la que llegan la mayorĂa de los expertos es que el colapso de los mercados era predecible. Lo dijo hasta el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, quien llegĂł a calificar la deuda pĂşblica estadounidense como «la crisis más previsible» a la que se enfrenta la economĂa estadounidense.
Las consecuencias ya están a la vista. Y aunque hoy se registra una ligera recuperación de los mercados, todo indica que las causas subyacentes que generan la crisis siguen en manos de gobiernos que —hasta ahora— no lucen muy dispuestos a enmendar sus acciones.
Visto lo anterior, estamos ante un panorama donde cada vez luce más necesaria la aplicaciĂłn del «estándar bitcoin». Ante la poca de posibilidad de que se cambien las medidas gubernamentales, la filosofĂa apolĂtica y descentralizada que da soporte a la moneda digital creada por Satoshi Nakamoto emerge como una opciĂłn.