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La estrategia "tengnuo" guía la reducción cautelosa de bonos de EEUU, priorizando el oro.
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China explora mercados globales y el uso limitado de bitcoin para eludir el control financiero.
En el tablero global, China mueve sus piezas con sigilo, buscando jaque al rey dólar. De tal manera que, con más de 3 billones de dólares en reservas, Beijing replantea su dependencia de los bonos del Tesoro estadounidense, mientras que las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la sombra de las sanciones impuestas por su país redibujan las reglas del juego financiero. Es la desdolarización lo que está cobrando un nuevo impulso, resonando en los pasillos del poder chino, donde se le ve como un acto de supervivencia, armando un escudo para el dólar, que puede ser usado como un arma.
La State Administration of Foreign Exchange (SAFE), es el cerebro detrás de la gestión de estas reservas chinas que ascienden a los 3,2 billones de dólares, una de las mayores del mundo. Así que, supervisada por el Banco Popular de China, la entidad administra activos como bonos del Tesoro de Estados Unidos, bonos de agencias, oro y, en menor medida, inversiones privadas.
La misión de SAFE incluye regular el mercado de divisas, proteger las reservas contra riesgos geopolíticos, como las sanciones, y diversificar activos para equilibrar seguridad, liquidez y rentabilidad. Y para lograrlo, en la actualidad, está apelando por la estrategia de «tengnuo», es decir, maniobras ágiles en una cuerda floja con las que guía sus esfuerzos de desdolarización, como se explica en un artículo reciente de Financial Times.
En sí, su estrategia implica un enfoque cauteloso pero dinámico para equilibrar liquidez, seguridad y rentabilidad en la gestión de las reservas extranjeras de China, especialmente en un contexto de diversificación para reducir la dependencia del dólar estadounidense.
De tal manera que disminuye su dependencia de bonos emitidos por empresas estadounidenses, de dos gigantes hipotecarios patrocinados por el gobierno de EE.UU., en favor de alternativas más seguras y diversificadas.
En particular, las reservas de oro de China han crecido hasta representar el 6% del total, con un aumento del 18% desde 2022, posicionando al metal precioso como un refugio contra la inestabilidad del dólar. Este giro refleja la búsqueda de Beijing por activos menos vulnerables a las políticas financieras de Washington, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.
Bitcoin: un paso seguro hacia la diversificación
Paralelamente, SAFE intensifica sus inversiones en mercados globales fuera de EE.UU., canalizando fondos a través de centros financieros clave como Hong Kong. Entidades como Huaxin en Singapur, Huaou en Londres, Huamei en Nueva York y Hua’an en Hong Kong han facilitado la adquisición de acciones, préstamos y otros activos en monedas distintas al dólar, fortaleciendo la presencia financiera de China en regiones como Asia, Europa y América Latina.
Además, aunque de manera limitada, SAFE puede estar usando bitcoin para transacciones internacionales, aprovechando su naturaleza descentralizada para eludir el control del sistema financiero estadounidense. Si bien el uso de esta moneda digital es marginal, representa un complemento a la estrategia de diversificación de China, que busca alternativas al dominio del dólar en el comercio global.
Esto se alinea con su estrategia «tengnuo», que refleja un delicado equilibrio. Es decir, diversifica agresivamente sus reservas financieras sin provocar una reacción más severa de Washington, que podría complicar aún más su acceso a los mercados estadounidenses.
Debemos considerar que, a pesar de sus esfuerzos, China enfrenta obstáculos en su intento de diversificar sus inversiones dentro de EE.UU. A través de Rosewood Investment Corp, SAFE explora mercados privados estadounidenses, incluyendo bienes raíces y centros de datos, sectores estratégicos con alto potencial de crecimiento.
Sin embargo, la administración Trump ha intensificado la vigilancia sobre estas incursiones, citando preocupaciones sobre la influencia china en industrias críticas. Estas restricciones han limitado la capacidad de China para aumentar su exposición a activos relacionados con el mercado inmobiliario estadounidense.
Como lo informó recientemente CriptoNoticias, los gobiernos locales chinos han estado vendiendo criptomonedas confiscadas, incluyendo un estimado de 15.000 bitcoin, valorados en aproximadamente 1.400 millones a finales de 2023, a través de empresas privadas en mercados offshore, a pesar de la prohibición de comercio de activos digitales en China continental.
Además, se cree que China pudo haber liquidado hasta 194.000 bitcoin, incautados del esquema Ponzi PlusToken en 2019, con un valor aproximado de 20.000 millones. Estos fondos, transferidos a través de exchanges como Huobi, podrían estar siendo utilizados para reforzar las reservas de oro del país, que han crecido sustancialmente en los últimos años.
La venta de bitcoin confiscado para, probablemente, comprar oro, permitiría que China fortalezca sus reservas, al tiempo que envía un mensaje sobre su desconfianza en activos digitales descentralizados como bitcoin, que son difíciles de controlar y están sujetos a la vigilancia de EE.UU. en mercados financieros globales. Aunque China estaría utilizando bitcoin de manera limitada para transacciones internacionales que evaden el control estadounidense, su preferencia por el oro refleja una estrategia a largo plazo para reducir la influencia del dólar y prepararse para posibles conflictos económicos, como los derivados de las políticas proteccionistas de la administración Trump.