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En Ecuador los salarios se recuperaron tras la dolarización.
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Panamá es el país que tiene más años usando el dólar en Latinoamérica.
La dolarización, es decir, la adopción del dólar estadounidense como moneda de curso legal en una nación, ha sido un fenómeno discutido en América Latina, marcando trayectorias económicas diversas en varios países de la región. Tres naciones destacan como casos consumados de este proceso: Panamá, El Salvador y Ecuador.
El debate sobre la dolarización ha sido un tema recurrente en Latinoamérica, pero se ha reavivado recientemente tras la victoria del presidente electo Javier Milei en los recientes comicios de Argentina.
Milei tiene una propuesta que busca abolir el Banco Central y establecer un régimen de libre competencia de monedas. Aunque esto no signifique dolarizar una economía, puede conducir a ella. Esto se debe a que los ciudadanos y las empresas pueden optar por utilizar el dólar estadounidense como moneda de reserva, medio de pago y unidad de cuenta.
La alta inflación impulsó al dólar en Ecuador
Al ponerse sobre la palestra la dolarización en la región, es importante conocer casos como el de Ecuador. La economía en ese país está dolarizada desde el 9 de enero de 2000 y fue impulsada por el gobierno del expresidente Jamil Mahuad.
Entre los motivos que llevaron a tomar esta decisión, está que el país durante la década de 1980 y 1990 se encontraba inmerso en un “estancamiento permanente con importantes distorsiones macroeconómicas, elevados compromisos de deuda externa, procesos de ajuste e innumerables choques internos y externos”, señala el Banco Central de Ecuador (BCE) en un informe.
En el año previo a la dolarización, el país tuvo la mayor caída del Producto Interno Bruto (PIB), siendo esta de 4,7%. Este indicador ayuda a entender cuánta riqueza se genera en un país en un año. Incluye todo, desde la comida que compramos hasta los autos que fabricamos y los servicios que utilizamos, proporcionando una imagen general de la actividad económica de una nación.
En Ecuador, el consumo de los hogares cayó en 12%, hubo una devaluación del tipo de cambio nominal de 116%, con una inflación anual a diciembre de ese año que alcanzó 60% y una caída del PIB per cápita real de 6,8%.
En el año 1990, el salario mínimo era de 32.000 sucres, antigua moneda ecuatoriana, equivalente a USD 39 según el tipo de cambio de esa época. Entre 1999 y 2000, los años de mayor inflación y devaluación, el salario en dólares se redujo a USD 8 y USD 4, respectivamente.
A pesar de los ingresos petroleros con un precio de barril fluctuante entre USD 9 y USD 34 para esa época. La inestabilidad social, económica y política era tal que Ecuador llevó a que el país tuviera 7 presidentes entre 1992 y el año 2000.
«En 1992, por ejemplo, el ingreso familiar no llegó a cubrir el 67% del costo de la canasta básica; ese porcentaje llega a ser del 42% en el año 1998», señala el BCE.
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, los salarios comenzaron a recuperarse tras la dolarización. Para el período entre el 2018 y 2020, los ingresos familiares superan el costo de la canasta vital.
En 2020, el salario mínimo en Ecuador fue de USD 400 y el pasado 1 de enero de este año entró en vigencia un nuevo salario que asciende a USD 450, siendo este el cuarto salario más alto de Latinoamérica.
Guillermo Avellán Solines, gerente general del Banco Central del Ecuador, expuso que “el fortalecimiento de la dolarización es una realidad, siendo el factor económico más relevante en el Ecuador”.
Por su parte, la Asociación Bancaria de Ecuador cree que el dólar «goza de una gran aceptación y le ha permitido a Ecuador terminar con la hiperinflación que sufría en el año 2000».
Esto ha permitido imponer una “fuerte disciplina al gobierno” al no permitir la devaluación de la moneda, estabilidad económica, inversión con menor riesgo cambiario, así como la “imposibilidad de imprimir moneda lo cual promueve la confianza en una moneda fuerte”, destaca la organización.
El Salvador tiene 22 años dolarizado
Otro país de Latinoamérica que actualmente tiene dolarizada su economía es El Salvador. El 1 de enero de 2001, casi un año después de Ecuador, la nación centroamericana adoptó la moneda estadounidense permitiendo su uso en todas las transacciones comerciales, financieras y contables en el país.
No obstante, desde 1915, El Salvador ha estado abriendo espacios para el dólar. En esa época las autoridades declararon al dólar como moneda de libre circulación y en 1920 los bancos decidieron crear una caja de convertibilidad. Este es un mecanismo diseñado para mantener una paridad fija entre el colón y el dólar estadounidense, de acuerdo a lo explicado por el economista Claudio de Rosa.
A pesar de que El Salvador venía de una compleja situación en la década de 1980 por una grave crisis social que llevó a una guerra civil que se mantuvo por 10 años, no fue hasta enero de 2001 que se inició el proceso de dolarización actual impulsado por entonces presidente salvadoreño Francisco Flores.
De Rosa explica que cuando se lleva a cabo la dolarización, “la economía del país estaba bastante estable porque existía la caja de convertibilidad y la inflación había bajado significativamente”.
El también investigador del Observatorio de Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) de El Salvador, dijo que llevar a cabo la dolarización “no fue de un día para otro, tomó cinco años porque no había suficientes dólares para comprar de regreso todos los colones que estaban en circulación”.
Precisamente, una de las críticas que se le hace al plan de Milei en Argentina, es que no hay suficientes dólares para efectuar su plan.
Entre los efectos de la dolarización está una caída en la inflación. En el siguiente gráfico se observa cómo, en El Salvador, pasó de estar en 24% en 1990 y para el año 2002 se ubicó en 1,9% anual.
Entre 2020 y 2022 tuvo un repunte llegando a 7%, producto de la pandemia por el COVID-19 y la guerra entre Ucrania y Rusia, señala el economista. Este aumento fue acorde con la subida de la inflación del dólar generada por la impresión de dinero en Estados Unidos entre 2020 y 2021.
El costo mensual de la canasta básica alimentaria en 2001 era de USD 12; no fue sino hasta el 2007 que comenzó a aumentar paulatinamente hasta octubre de este año que se ubicó en USD 251, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC) de El Salvador.
Con respecto al salario mínimo mensual, en el año 2001 era de USD 124 y hasta el 2022 fue de USD 197, de acuerdo a información del Banco Central de Reserva de El Salvador.
Andrew Swiston, funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), comentó que la decisión de El Salvador de dolarizar su economía “redujo las tasas de interés y generó ahorros sustanciales tanto para el sector público como para el sector privado”.
Además del dólar, el gobierno del presidente actual Nayib Bukele, introdujo a bitcoin (BTC) en la nación centroamericana. CriptoNoticias reportó el 7 de septiembre de 2021, la entrada en vigencia de la Ley Bitcoin, que convirtió a BTC en moneda de curso legal en ese territorio, ampliando las opciones de sus ciudadanos, bien sea para el ahorro o para el uso de la moneda digital como medio de pago.
Asimismo, Bukele invirtió parte de los fondos de su país en bitcoin. Actualmente la nación posee 3.144 bitcoins valorado en USD 121 millones, según los cálculos del sitio Nayib Bukele Portfolio Tracker.
Panamá, la dolarización más longeva de Latinoamérica
La historia de la dolarización en la nación centroamericana se remonta inicios del siglo XX, específicamente al año 1904, cuando comenzó el proceso de adopción de la moneda estadounidense. Esto la convierte en la nación con más años usando el dólar como moneda de curso legal en toda la región.
La dolarización llegó con la construcción del Canal de Panamá que estuvo a cargo de ingenieros estadounidenses, por lo que el dólar se introdujo para facilitar las transacciones y pagos relacionados con el proyecto.
En la historia reciente de Panamá, el hecho de ser una nación dolarizada la benefició ampliamente. Especialmente desde 2000 en adelante, el crecimiento del PIB en Panamá promedió 7,2% entre el 2001 y el 2013, según datos del Banco Mundial.
De 2014 a 2019, el PIB de Panamá creció a una tasa promedio de 4,7%. Sin embargo, en 2020, se contrajo 17,7% por el surgimiento del COVID-19, como se percibe en el gráfico. Este fue el “más significativo de la región debido a la estructura orientada a los servicios de su economía”, dice el organismo internacional.
Dichas cifras, especialmente durante la pandemia, responden a que las finanzas panameñas han seguido, históricamente, una elevada relación con las políticas monetarias de Estados Unidos, ya que durante los años del COVID-19 la economía de ese país también se contrajo.
Argentina quiere seguir el camino de Ecuador, El Salvador y Panamá
Bajo las experiencias de la dolarización en Ecuador, El Salvador y Panamá, la mirada ahora está puesta en Argentina y la posible adopción del cono monetario estadounidense por el nuevo gobierno de la nación suramericana.
Este país enfrenta una inflación del 142,7% anual y un 40,1% de la población bajo la línea de pobreza, de acuerdo a datos al Instituto Nacional de Estadística y Censos del país. Mientras tanto, el precio del dólar en el país se ha disparado 200% en 2023 como se ve en el siguiente gráfico. Esto justifica, para Milei, la dolarización.
Steve H. Hanke, economista estadounidense y profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins, dijo a CriptoNoticias que la dolarización será positiva, debido a que las crisis monetarias ya no existirán, habrá crecimiento económico y disminuirá la pobreza en Argentina.
Sus recomendaciones pueden ser extrapolables a otros países de la región que tengan índices similares a los de Argentina. Hanke fue también asesor del ministro de economía de Ecuador cuando se dolarizó en el 2000.
De todos modos, Milei deberá enfrentar varios obstáculos políticos y económicos para llevar a cabo su propuesta. Algunos estiman que necesitará cerca de USD 40.000 millones para echar a andar su plan. Lo otro es que necesita la aprobación del Congreso argentino, lo que podría frenar (o, al menos, demorar) la dolarización y eliminación del Banco Central.