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El bloque de países ha experimentado un ascenso meteórico en el panorama geopolítico.
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La alianza trabaja arduamente con la idea de impactar en el sistema financiero global.
La alianza económica, política y social integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) presiona a Medio Oriente con la idea de que abandone al dólar estadounidense para el comercio de petróleo. Así lo demuestra la reciente afirmación del presidente ruso, Vladimir Putin, quien sugirió que la moneda norteamericana sufriría un duro golpe si dejara de usarse para acuerdos petroleros.
Vladimir Putin, el presidente reelecto de Rusia, país que a principios de año asumió formalmente la presidencia del grupo de los BRICS, habría sugerido que separar el comercio del petróleo del dólar, sería el fin de la moneda estadounidense, según un comentario compartido por la cuenta en X de los BRICS.
Esta alianza de países está dando pasos cada vez más precisos hacia la desdolarización, al punto de desarrollar su propio sistema de pagos basado en criptomoneda o moneda digital de banco central (CBDC), como lo reportó CriptoNoticias.
Sin embargo, separar el comercio del dólar del Medio Oriente sería un paso significativo para tomando en cuenta que producen aproximadamente el 35% del petróleo que se comercia en el mundo.
En ese sentido, los principales productores de petróleo en el Medio Oriente, como son Arabia Saudita, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar, conforman un bloque importante cuando se trata de acuerdos relacionados con el combustible fósil.
De hecho, parte de la estabilidad alcanzada por el dólar en las últimas décadas fue producto de un pacto militar entre Estados Unidos y Arabia Saudita, cuando en 1974 se fijó el precio del petróleo en dólares.
Como dice un reporte de Bloomberg, el marco básico era «sorprendentemente simple». Estados Unidos “compraría petróleo de Arabia Saudita y proporcionaría al reino ayuda y equipo militar. A cambio, los saudíes invertirían miles de millones de sus ingresos de petrodólares en bonos del Tesoro y financiarían el gasto de Estados Unidos”. Así que de esa manera nació el petrodólar o lo que es igual: dólares estadounidenses pagados a un exportador de petróleo a cambio de barriles de ese producto.
Más tarde, las ganancias en dólares de la OPEP fueron “recicladas en los tesoros estadounidenses para subsidiar las “políticas endeudadas del gobierno estadounidense, así como el consumo endeudado de su ciudadanía”, tal como lo expone el economista David Spiro.
Y aunque hay críticos que opinan lo contrario, también hay quien piensa que cuando los países se ven obligados a cambiar sus propias monedas por dólares para comprar petróleo fortalece a Estados Unidos extendiendo su influencia, más allá de los mercados energéticos.
Así que el hecho de que los BRICS estén planteando el posible escenario de una recomposición financiera con la intervención de los países del Medio Oriente, sin duda sería un hecho significativo que influiría en el sistema financiero global.