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También critican el entendimiento sobre comercio electrónico de Satoshi Nakamoto.
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Según los autores, Bitcoin supone un “peligro” para la democracia.
Analistas del Banco Central Europeo (BCE) publicaron un documento aversivo hacia bitcoin el 12 de octubre, donde lo consideran un activo financiero «nocivo» para la sociedad, en caso de estallar en el futuro como una burbuja, pero sería especialmente nocivo si sigue subiendo de precio.
El documento, llamado «Las consecuencias distributivas de Bitcoin», dice que incluso un escenario positivo en el precio del criptoactivo implicaría “empobrecimiento del resto de la sociedad”, y pondría en peligro la “cohesión, estabilidad y la democracia”.
El paper en cuestión, escrito por los autores Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf, del Banco Central Europeo, «se centra en un tipo de redistribución que ocurre en particular en un escenario positivo de Bitcoin de precios en continuo aumento en el futuro previsible».
Según los autores, este paper demuestra «que ni un mal timing en el trading ni almacenar Bitcoin son acciones necesarias para el empobrecimiento en un escenario positivo de Bitcoin». Con esto quieren decir que bitcoin puede causar pobreza sistémica en la sociedad, y no solo a los tenedores o traders de la moneda.
“Burbuja” o crecimiento sostenido de bitcoin (BTC)
Generalmente, según los economistas tradicionales, el comportamiento de bitcoin y sus efectos socioeconómicos plantean dos escenarios posibles. El primero, es que “estallará la burbuja especulativa de Bitcoin”, dejando grandes pérdidas a millones de inversores en el mundo. Un escenario así favorecería al dinero fíat y a los activos tradicionales que compiten con bitcoin.
El segundo escenario es uno donde, parafraseando a los autores, la burbuja de bitcoin no estalla y el precio de bitcoin sigue subiendo significativamente por los próximos años, tal como lo viene haciendo. Pese a que este escenario ha sido considerado por muchas personas como positivo, los autores consideran que no lo es para nada, y que traería un costo social alto.
Para respaldar la afirmacion, argumentan que bitcoin es problemático desde una perspectiva social porque la riqueza de los early adopters (primeros usuarios) se da a expensas de los rezagados, que se ven “empobrecidos”.
Bitcoiners millonarios y hábitos de consumo
Según los autores, esto supone un problema de redistribución porque los primeros usuarios de bitcoin modifican radicalmente sus hábitos de consumo, lo que impacta a la economía elevando los precios al consumidor. Sería responsabilidad del Banco Central disminuir el impacto de estos aumentos.
El banco central es perfectamente capaz de neutralizar los efectos de un aumento significativo del precio de Bitcoin sobre la inflación y evitar la volatilidad económica.
Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf, analistas del BCE.
En síntesis, la subida del precio de bitcoin (BTC) no sería mejor que otro escenario donde bitcoin “estalle como una burbuja”. La razón radica en que esto crea desigualdad social por la manera en que los hábitos de consumo de los “millonarios de bitcoin” afecta en la economía.
En este aspecto, el paper aversivo a bitcoin (BTC) solo intenta medir los efectos de riqueza en el consumo en la población, pero no trata o despacha facilmente temas importantes que justifican la existencia del criptoactivo, como los riesgos de la emisión centralizada de dinero.
Asimismo, el documento tampoco trata problemas esenciales como el derecho a la libre iniciativa individual, que busca la consecución del bienestar físico y económico. Lo anterior solo es posible con un medio como bitcoin, capaz de reservar el valor en el tiempo por sus propiedades de escasez.
También da por sentado que los hábitos personales de consumo son problemas que deben salir de la esfera privada, y que corresponde al Estado resolverlos.
Críticas al paper de Satoshi Nakamoto
Según Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf, Bitcoin no es una tecnología efectiva para lo que se la diseñó: ser un sistema electrónico de pagos; primero por su lentitud; luego, por su volatilidad, que le “impide” ser dinero.
Los analistas consideran que el problema que creyó haber descubierto Satoshi Nakamoto, y que bitcoin resuelve, surgió de un malentendido. Esto sería así porque, a diferencia de lo que el creador de Bitcoin creyó, la mediación de disputas por parte de las instituciones bancarias es un “servicio opcional”, y los bancos pueden evitar incurrir en ellas.
Lo anterior implica, para los comentaristas, que Bitcoin habría nacido para resolver un pseudoproblema, puesto que «Nakamoto parece malinterpretar el modus operandi del comercio electrónico al confundirlo con una necesidad técnica». El problema de la reversibilidad de las transacciones electrónicas, pues, no sería tal.
Además, Bitcoin habría nacido, otra vez según los autores, como una tecnología que da excesiva importancia a resolver el problema del doble gasto. Piensan ligeramente que el problema del doble gasto «se resuelve sin dificultades particulares, y ciertamente con un costo social mucho menor que el que implica la solución ofrecida por Bitcoin».
Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf concluyen:
«En general, la interpretación que Nakamoto tenía de los pagos minoristas era inexacta. Por lo tanto, es dudoso que su invención haya abordado eficazmente los problemas que percibía en el comercio electrónico y, por lo tanto, tampoco sorprende que el bitcoin nunca se haya utilizado de forma significativa en el comercio electrónico legal».
Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf, analistas del BCE.
Bitcoin no es un activo financiero tradicional
Además de criticar a Bitcoin como dinero electrónico, problematizan su estatus como activo financiero. Sobre el particular, dicen que Bitcoin «carece de las características de los activos financieros tradicionales».
Acto seguido, enumeran los atributos de los que supuestamente no es capaz: «no genera flujo de efectivo (como los bienes raíces), intereses (como los bonos) ni dividendos (como las acciones) y no se puede utilizar de manera productiva (como las materias primas)».
En este punto, los autores demuestran un desconocimiento de bitcoin y su sistema de incentivos: bitcoin, aunque no produce «dividendos», sí que premia la participación de los usuarios para asegurar su red, lo mismo que los accionistas de una empresa invierten tiempo y dinero en las empresas, beneficiándose. La naturaleza recurrente de las recompensas están representadas por las ganancias en comisiones de los mineros, que son distintas de las ganancias por procesamiento de bloques.
Por otra parte, bitcoin no necesita generar flujo de caja porque no es propiamente un activo de inversión (sí lo son sus derivados), aunque puede funcionar como tal. Bitcoin es algo más cercano a una reserva de valor.
Por último, Bitcoin sí posee propiedades de commodity , en este caso de commodity digital, porque puede ser usado productivamente, como reportó CriptoNoticias. Sirve como garantía de posesión exclusiva, sin custodios ni intermediarios, sobre la propiedad. También sirve como una tecnología que garantiza el almacenaje de valor sin requerir confianza en terceros.