Hechos clave:
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Han pasado 20 años desde el primer mundial de fútbol organizado por la FIFA en donde se introdujo el videoarbitraje (VAR). Desde entonces la tecnología no ha parado de extenderse a todas las intimidades del deporte Rey. Una peste, para los románticos del juego.
El balón, los jugadores, las reglas, los goles, las celebraciones, las entradas, todo ha sido tocado de alguna u otra forma por el indetenible avance de la tecnología. Es por el bien del juego, se alega.
Criptomonedas como medio de pago
El deporte ha llegado a un nivel de sofisticación sumamente elevado y ya no hay pérdidas de tiempo, no hay simulaciones, no hay trampas. Pero para que toda esta tecnología y registro estadístico del juego llegara a su lugar preeminente en el Mundial y en el fútbol de élite, la Tecnología de Contabilidad Distribuida (DLT) ha tenido que madurar de manera significativa, y con ella la Inteligencia Artificial (AI) e incluso las criptomonedas.
De hecho, hoy día criptomonedas como Bitcoin, Ether, Litecoin e incluso Dogecoin son elementos fundamentales para las finanzas. Los gastos más cotidianos e inmediatos así como la liquidación de acuerdos multilaterales a nivel internacional se saldan con criptoactivos. Cada una tiene su alcance.
Por ejemplo, para cubrir los gasto operativos y logísticos de la competición, la FIFA utilizó sus propios bitcoins, y a pesar de que la cifra no ha trascendido, medios deportivos afirman que el monto total puede haber llegado a los 100 BTC, una cifra de récord para una competición deportiva, incluso de esta envergadura.
Para cubrir los aproximadamente 14 mil millones de dólares del mundial de Rusia hace 20 años, se hubiesen necesitado más de 2.150.000 BTC, lo que habla de la intensa revalorización que ha tenido la criptomoneda durante estos 20 años.
Los fanáticos que desean ver a sus selecciones han optado entre microtransacciones de LTC o ETH para adquirir sus entradas, dos criptomonedas que se han convertido en piezas fundamentales de la microeconomía a nivel global. Algunos incluso han utilizado sus satoshis a través de la Lightning Network, aunque no es común que este tipo de gastos pequeños se realicen con esta criptomoneda.
La preferida ha sido Dogecoin, una criptomoneda que, pese a mantener un valor relativamente bajo con relación a Bitcoin, es utilizado para compras como hot dogs o cervezas, e incluso algunos boletos para asistir a los estadios. Códigos QR en los móviles o con tatuajes láser temporales están a la orden del día. ¿La razón? Los boletos a los estadios dejaron de imprimirse hace más de 18 años y la gente colecciona los códigos QR en su propio banco de imágenes.
Además, muchos encuentran atractivos estos tatuajes temporales que se borran justo con la finalización del contrato inteligente del mundial, como por arte de magia —aunque es tecnología.
FIFA creó su propia blockchain: contratos inteligentes y FIF
En cuanto a la competición, la FIFA creó su propia blockchain llamada FootBlock. En ella se crean los contratos inteligentes de cada Mundial y de cada partido de la competición desde que se creo su bloque génesis, hace ya 9 años. La creación de un contrato inteligente Mundial ocurre cada 4 años, cuando los bloques federados de la red (es decir, cada Federación de Fútbol) validan en la red la plantilla Mundial FIFA. Esto abre un contrato con características únicas que incluyen la división en grupos, el sorteo aleatorio de los integrantes, las combinaciones definidas de la fase eliminatoria, que finaliza con la liquidación del último partido y el registro del nombre del campeón en la blockchain.
Además de contratos para cada Mundial, FootBlock permite la creación de un contrato inteligente por partido en la competición. Son herramientas sencillas (según las premisas equipo A vs. equipo B) y solo se liquidan cuando se da uno de los tres resultados siguientes: gana A, gana B, empate.
Este tipo de contratos inteligentes incluyen todas las reglas del juego, (fueras, faltas, goles, offsides, etc.) de manera que el resultado de cada partido solo puede validarse bajo el estricto cumplimiento de estas reglas.
Para el registro de los puntos y para el ránking de las selecciones se utiliza el FIFACoin (FIF), un token creado en esta blockchain que no puede ser cambiado por monedas fiduciarias. La victoria equivale a 3 FIF, el empate 1 FIF y la derrota 0. La unidad más pequeña de la criptomoneda de la FIFA es el Pelé.
Los tokens FIF son coleccionables, no intercambiables y quedan bajo el resguardo de las Federaciones, y en última instancia, al amparo de la FIFA. Los tokens también ayudan a la gobernanza de la red. El presidente de la FIFA se elige mediante una elección y mientras más FIF tiene una Federación más relevancia cobra su voto en la plataforma, además de permitir contabilizar directamente el apoyo de un candidato, ya que cada Federación es representada por la cantidad de FIF que posee históricamente.
Muchas estadísticas y 0 trampa
En su red quedan registradas de manera detallada y pormenorizada las estadísticas de lo que ocurre sobre los terrenos de juego. ¿Pero cómo? Sensores y registro automatizado: una gran base de datos inteligente puesta al servicio del fútbol. Los sensores de AI en cada parte del cuerpo de los jugadores, en el balón y en las líneas del campo de juego han reducido a cero las posibilidades de que los jugadores incumplan las reglas. Las tarjetas amarillas y rojas por faltas y jugadas violentas se mantienen, pero dado la amplitud del registro y la vigilancia sobre el juego, los jugadores se arriesgan a sanciones severas por tratar de engañar.
Uno de los puntos que más resalta de este nuevo fútbol es el arbitraje. Mientras que antes la decisión del árbitro era palabra sagrada, ahora el código es ley. Existe un equipo de árbitros que solo está para casos excepcionales de interpretación, en donde los registros de las incidencias de juego no permitan una sanción inmediata, aunque este tipo de sucesos se ha reducido prácticamente a cero con el desarrollo de la FootBlock.
El juego ha perdido en malicia y engaño y ha ganado en apego a las normas y transparencia: las estadísticas son fiel retrato de lo que ocurre en el campo y pueden ser consultadas casi de inmediato, desde cualquier parte del mundo.
El registro de las incidencias de juego es personalizado y automatizado y utiliza microtransacciones que recuerdan al canal de micropagos que funciona en la red de Bitcoin, Lightning Network. Aquí entra en juego el astro brasileño, Pelé. Y es que utilizando pelés la blockchain registra de manera detallada las estadísticas de cada jugador: la distancia recorrida, las faltas cometidas y recibidas, los toques que ha dado al balón, las pérdidas sufridas, los balones ganados, todo. El total de tokens FIF que se produce en los juegos es contabilizado solo para el ranking de selecciones de la FIFA.
El contrato inteligente Mundial contempla únicamente los tokens FIF obtenidos como recompensa por los resultados de los partidos jugados en la competición. Estos tokens son necesarios para que las selecciones puedan acceder a los contratos inteligentes de las etapas más avanzadas de la competición, que desde hace 3 ediciones incluye a 48 países a nivel global.
Transparencia dentro y fuera de las canchas
A pesar de que los tokens FIF no son intercambiables por monedas fiat, el juego tiene un valor “real” ya que la FIFA estableció una relación entre estas monedas y Bitcoin, en una relación que permite valorar el ranking a nivel financiero las selecciones, su desempeño en la competición y su rendimiento histórico. Los países y sus hinchadas pueden valorar la rentabilidad de sus selecciones de fútbol y los recursos que manejan las Federaciones.
Otro punto resaltante de la transformación que ha vivido el fútbol y el mundial de la FIFA gracias blockchain está relacionado con la corrupción. Al movilizarse en criptomonedas como bitcoin, litecoin o ether, los fondos que manejan estas organizaciones —y la propia FIFA— son completamente transparentes y auditables.
Pero las estadísticas y las aplicaciones de blockchain no se limitan al campo de juego. Al implementar criptomonedas para la venta de todo tipo de productos y souvenirs, la FIFA maneja un registro exacto del gasto por consumo durante la competición. Además, el sistema de sensores inteligentes también llegó a las gradas, midiendo la asistencia e incluso los decibelios de las hinchadas.
Las hinchadas más ruidosas y numerosas pueden llegar a ganar FIF que ayudan al ranking de su selección, acercando el deporte a la fanaticada. La cantidad de público, las máquinas dispensadoras, torniquetes, todo lo cuantificable es captado por AI y se registra automáticamente en la FootBlock.
Pareciera que la tecnología blockchain y su aplicación en este terreno hubiese matado el fútbol, pero la realidad es que las canchas siguen desbordando talento. Los dribles siguen siendo igual de efectivos que siempre, un sombrerito sigue siendo una jugada que conmueve y un gol puede hacer que nos olvidemos hasta de nosotros mismos. La tecnología solo ha elevado la dificultad para los tramposos, erradicándoles de los campos de juego y de los despachos de la FIFA. La misma sospecha asesina se tuvo hace 20 años sobre el VAR.
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Descargo de responsabilidad: Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, acontecimientos o hechos que aparecen en la misma son producto de la imaginación del autor o bien se usan en el marco de la ficción. Cualquier parecido con personas (vivas o muertas) o hechos reales es pura coincidencia.
Que buen Porro