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La portabilidad de Bitcoin lo hace preferible al oro durante crisis políticas.
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Los latinoamericanos comprenden mejor Bitcoin por los abusos de poder que han sufrido.
Resistencia a la censura. Esa sería la respuesta corta a la pregunta sobre por qué los millonarios de Latinoamérica y España están cambiando su oro por bitcoin; una respuesta con mucho significado para quienes tienen algún tiempo desenmarañando el imbricado tejido de esta red, pero que puede parecer un tanto críptica para quienes apenas comienzan a curiosear al respecto.
Desde CriptoNoticias profundizamos en esta pregunta con Carlos Mosquera, fundador y jefe de estrategia de Solidus Group, empresa dedicada a la gestión de activos digitales para Individuos de Alto Patrimonio y Oficinas Familiares. Conversación que puedes escuchar haciendo clic en la imagen destacada de este artículo o accediendo en este enlace.
Del sueño libertario a la incautación de mineros
Carlos Mosquera, venezolano, conoció Bitcoin en 2011 y pronto quedó cautivado por esta tecnología monetaria, primero a un nivel teórico y político; luego mercantil. «Es la materialización del sueño libertario», fue lo que observó Mosquera, quien militaba en el aquel entonces llamado Partido de la Libertad Individual de España, donde residía en aquel entonces.
Entendiendo las implicaciones que tendría para la sociedad a largo plazo, pronto centró sus esfuerzos en participar en la economía abierta de Bitcoin a través de la minería. A finales de 2012 compra su primer equipo de minería, a un precio de 22 BTC, equivalentes a unos mil dólares; los únicos mil dólares que disponía luego de haber quebrado un negocio minorista. Pronto comenzaría su vida como early adopter de Bitcoin.
Mudaron sus operaciones de Madrid a Venezuela, donde el costo eléctrico le favorecía incomparablemente. Luego de establecer alianzas con expertos tecnológicos a nivel internacional e inversionistas de alto patrimonio, Solidus logró consolidar operaciones con más de treinta mil mineros distribuidos entre Polonia, Estados Unidos y Venezuela, afirma Mosquera. Incluso, cuenta que llegaron a desarrollar su propio hardware minero, nombrado V6, el cual no llegó a comerciarse públicamente. «Un megavatio, alrededor de 2015, nos estaba dando entre 80 y 90 bitcoins mensuales«, revela.
Es sabido que al éxito suele acompañarle la notoriedad; y a la sombra de la notoriedad, bullen las hostilidades. Solidus fue de las primeras granjas de minería víctimas de la persecución y extorsión policial en Venezuela. Cuando las amenazas personales comenzaron a llegar, el riesgo superó cualquier beneficio económico. Sobrevino el exilio. ¿Qué pasó con las máquinas? «Las de Venezuela nos las quitaron todas. Nos pidieron cien mil dólares en bitcoin, también».
De la minería a los altos patrimonios
Pero ¿qué tiene que ver todo esto con la inversión de los millonarios hispanos en Bitcoin? Bueno, todo. A pesar de que la violencia llevó a Solidus al exilio, al tener su capital en Bitcoin en lugar de una cuenta bancaria tradicional, lograron evitar la captura de su dinero en el país, como le ocurriera al empresario Michael Saylor en Argentina. Este fue también uno de los atributos que vieron en Bitcoin las primeras familias acaudaladas que invirtieron en el fondo de inversión de Solidus.
“Estas familias en particular, que son centroamericanas, habían vivido todo el tumulto político de los 70, 80 y 90 de esa zona, son las típicas familias salvadoreñas que tienen inversiones en Nicaragua, pero tienen un pie también en Costa Rica, en Honduras. Entonces ellos ya habían vivido guerras civiles, dictaduras de izquierda. Y estas familias históricamente venían acumulando oro como parte de su estrategia macro a nivel familiar. Además, los patriarcas de estas familias se movían al unísono en casi todas las estrategias e inversiones que hacían. Son las típicas familias latinoamericanas, grandes patrimonios, pero muy poca estructura interna de Family office: un patriarca toma la decisión y tiene a varios caciques por debajo que son los ejecutores muchas veces de esas estrategias. Entonces ellos tenían la preocupación de qué pasaba si se repetía ese caos político de los 70 y 80 en esa zona, pero esta vez cada familia tenía posiciones de setenta u ochenta millones de dólares en oro y estaban buscando otras maneras de preservar valor.”
Carlos Mosquera – Fundador de Solidus Group.
No todo el patrimonio lo tenían en oro, pero el que tenían estaba tanto en derivados como en oro físico. «Habían acumulado tanto que sacarlo era engorroso no solo a nivel logístico, sino incluso a nivel de eficiencia de costos, a veces no era ni siquiera posible», cuenta Mosquera. Justo en un momento de transferencia generacional de la fortuna, donde los caciques de dichas familias pasarían a ser patriarcas, y en un mundo cada día más digitalizado, surge la necesidad de conseguir una reserva de valor transportable en el espacio sin que las fronteras nacionales supusieran un límite.
Ya para inicios de 2016, momento en que el precio del BTC no había superado los quinientos dólares por unidad, «estos patriarcas fueron suficientemente visionarios para entender que Bitcoin podría ser el oro 2.0 del futuro», e hicieron un primer experimento para comprobarlo, invirtiendo dos millones de dólares por familia con un horizonte de salida de quince años.
Aunque puede sonar a mucho dinero, sobre todo considerando la poca liquidez de la época, para estas familias era como dinero para cervezas: «60, 70 millones que cada uno tenía en oro, invertir dos millones es una inversión asimétrica que podían aguantar bastante en el tiempo», explica Mosquera.
La mentalidad de estas familias respecto a Bitcoin se ratificó cuando Mosquera recomendó vender parte de la inversión al momento en que bitcoin se aproximaba a los veinte mil dólares en 2017, y ya su inversión inicial se había apreciado en más de treinta millones de dólares.
“Estas familias me dicen: mira, nosotros no estamos aquí por un gain económico, nosotros estamos comprobando si esto es el oro 2.0, a nivel logístico. Si la familia va a hacer una desinversión del oro y lo va a traspasar para acá”.
Carlos Mosquera – Fundador de Solidus Group
Los años claramente pasaron y Bitcoin dio a estas familias la respuesta que necesitaban. No solo han ido cambiando su oro físico a oro 2.0, sino que empezaron a correr la voz sobre los beneficios de Bitcoin entre otras familias acaudaladas, tanto en Latinoamérica como en España, muchas de las cuales posteriormente se volverían clientes de Solidus. Bitcoin se fue convirtiendo de esta manera en su carta bajo la manga ante el potencial caos político del futuro.
Resistir la censura, cubrirse ante la inflación
«Bitcoin tiene varias características cualitativas y cuantitativas. Para mí, la más importante a nivel cualitativo es la resistencia a la censura. Literalmente tienes un activo donde el político no puede meter la mano, y eso obviamente le hace picar la cabeza”, piensa Mosquera.
Aunque uno pudiera esperar que estas familias acaudaladas, quizás más ligadas al status quo de lo que pudiera estar un inversor minorista, fueran más conservadoras respecto a una disrupción como esta, la experiencia de Solidus contradice tal pensamiento.
“Vienen con esas ideas justamente para protegerse ante estos posibles escenarios. No hablemos de los latinoamericanos que toda la vida el activo más preciado siempre ha sido el dólar. Entonces dicen, ahora me tengo que proteger también del dólar en el mismo sentido que me protegía de mis monedas locales o regionales. El fundamento lo entienden muy bien.”
Carlos Mosquera – Fundador de Solidus Group
Desde la perspectiva de Mosquera, los latinoamericanos, así como los habitantes de otras zonas como Medio Oriente que han vivido tumultos políticos y sociales durante mucho tiempo, tienen mayor capacidad para entender la profunda propuesta de valor de BItcoin que los residentes de países con mayor estabilidad: “al americano todavía le cuesta; el americano no tiene idea de lo que es la inflación; el americano no tiene ni idea de lo que es el debasement; mucho menos tiene idea de lo que es una crisis política cíclica de cada diez años a nivel regional”, dice el ejecutivo.
La resistencia a la censura, a la confiscación de la propiedad, a la expropiación del patrimonio creado en una vida de trabajo, es, desde la perspectiva de Solidus, la principal característica que las familias acaudaladas de Latinoamérica y España están viendo en Bitcoin. En un ambiente inflacionario, donde ni siquiera escapa la que solía ser moneda de reserva internacional, y donde hasta los Estados más democráticos están mostrando tendencias totalitarias, Bitcoin aparece como una salida.