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Para cubrir el déficit, el gobierno busca establecer alianzas que le permitan formar a los jóvenes.
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Pese a la escasez de desarrolladores, algunos proyectos están haciendo sus esfuerzos por emerger.
Hace apenas cuatro años que se habla de criptomonedas en Panamá, convirtiéndolo en un territorio virgen para desarrollar proyectos blockchain. Algunas iniciativas que han surgido en la región, han puesto en vitrina el potencial que posee el país centroamericano para el cultivo de planes de negocio e ideas financieras. Pero, cuando estas se relacionan con el ecosistema blockchain, se han estampado contra una realidad: escasean los desarrolladores y la mano de obra calificada en el área. Lo que continúa poniendo en relieve la necesidad de educar.
Cuando en Panamá se habla de educación en el mundo de las criptomonedas, inevitablemente sale a colación el nombre de Rodrigo Icaza. Un joven cuyo interés por los criptoactivos le llevó a educarse en la Universidad de Nicosia. Posteriormente, escribió el libro “Aprendiendo a usar Bitcoin” y en la actualidad es Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain del país. Contactamos a Icaza para conocer en detalle qué está sucediendo en este territorio con respecto al ecosistema de las cadenas de bloques.
“Es común encontrarme con personas que están interesadas en desarrollar proyectos basados en Blockchain. No obstante, nuestro talón de Aquiles es que carecemos de mano de obra local en esta materia, por lo que estamos trabajando en iniciativas para que, a través de alianzas con organizaciones latinoamericanas, nuestros chicos, especialmente universitarios, sean los que formen la primera comunidad de desarrolladores Blockchain”, señala Icaza.
El panameño, agrega que pese a la escasez de desarrolladores, algunos proyectos están haciendo sus esfuerzos por emerger. Al mismo tiempo, el gobierno nacional, también está interesado en promover; una muestra de ello es que a través del Ministro de Comercio e Industria y con el apoyo de una empresa privada, impulsa un proyecto basado en una blockchain para realizar trámites y procedimientos. El mismo deberá ser utilizado por las empresas dedicadas a la manufactura y la agroindustria, para inscribirse en el Registro de la Industria Nacional (RIN).
Desde el Estado, también se está trabajando con una firma de abogados en un proyecto en cuanto a firma electrónica y documentos electrónicos registrados en Blockchain, según las regulaciones locales. Este proyecto está bajo la supervisión de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) y se espera que para los próximos 4 meses ya se encuentre en fase de pruebas. Y, también a nivel de gobierno tenemos funcionarios más atentos en cuanto a estas tecnologías. De hecho, existen reuniones con otros actores en lo que se está estudiando el uso de blockchain en el ámbito educativo, financiero y logístico, sin embargo, actualmente se encuentran en el proceso de evaluaciones.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá.
Desarrollo, tarea pendiente
Panamá, reconocida como referencia financiera, bancaria y logística de la región, no ha podido erigirse como un centro de negocios del ecosistema de las criptomonedas. ¿Qué es lo que ha impedido su desarrollo?
Esta pregunta tiene diversos factores a considerar, por ejemplo, en Panamá no tenemos un Banco Central propiamente, por lo que las políticas monetarias del país son prácticamente nulas y al tener el dólar como medio de intercambio y moneda de curso legal, dependemos exclusivamente de Estados Unidos y sus bancos corresponsales. Dicho de otra manera, si el banco corresponsal le dice a un banco local que no puede aceptar transacciones con criptomonedas porque le quitaría la corresponsalía, entonces el banco local no trabaja con criptomonedas. El escenario panameño es distinto al de la región, ya que somos un país orientado hacia las finanzas y la banca, y que, según el modelo actual, las criptomonedas no son una opción para operar. Por ejemplo, si tienes un negocio que opera con criptomonedas, seguramente si el banco lo descubre, te cierran la cuenta de manera unilateral y esto se debe a que en el contrato que se firma como cuentahabiente, el banco se reserva el derecho de clausurar el contrato y cerrar la cuenta.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá.
Para avanzar en este plano, Icaza cree que en el país es vital que todos los interesados e involucrados en el desarrollo del sector de las criptomonedas trabajen en establecer un enfoque colectivo. Asegura que se trata más de voluntad, que de capacidad. Añade que, a corto plazo, se tendrán logros concretos, pues cree que es importante considerar que Panamá aún es territorio virgen para la industria de los criptoactivos y es ahora cuando está dando pasos firmes en materia de transformación digital.
Educar para fortalecer
En 2016 surgió en Panamá un proceso de transformación educativa en el ámbito de las criptomonedas, después de que estallara el escándalo del esquema Ponzi OneCoin. La polémica impactó directamente en la incipiente comunidad que creía en los criptoactivos y que se desmotivó tras revelarse una de las estafas más grande que conoce el ecosistema de las criptodivisas.
Hace cuatro años que en el país centroamericano, un pequeño grupo de conocedores de Bitcoin tuvieron que emprender un proceso educativo en torno a la criptomoneda pionera. Por desconocimiento de la mayoría, bitcoin resultó salpicada por las noticias que generaban los esquemas piramidales, pues varios de estos negocios fraudulentos fueron promocionados en Panamá, de acuerdo a lo relatado por Icaza.
A raíz del revuelo nacional que se produjo con OneCoin, Icaza señaló que comenzó su propia investigación en busca de conocimiento, que lo condujo a realizar el curso en línea sobre Monedas Digitales impartido por la Universidad de Nicosia. Posterior a ello, se convirtió en asistente frecuente en los Panama Bitcoin Meet Up, organizados por Cryptobuyer, que a su vez dio paso a la consolidación de la primera comunidad —unas 25 personas— que compartía diversas perspectivas en cuanto al uso de criptomonedas.
Luego, junto con Jorge Farías de Cryptobuyer, surgió la idea de contar en Panamá de un Embassy similar al Bitcoin Embassy de Tel Aviv, que para convertirlo en un proyecto auto sostenible, lo diseñamos como un networking, café y shop, así que con el auge que tuvo Bitcoin en 2017, aumentó la demanda por conocer acerca de las criptomonedas y el Panamá Blockchain Embassy comenzó a ser un punto de referencia en ese período.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá.
Ese mismo 2017, Icaza lanzó su libro titulado “Aprendiendo a usar Bitcoin”. El mismo dirigido especialmente a personas no técnicas y con poco entendimiento en la materia, usando un lenguaje sencillo.
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A la par de ello, Icaza fue nombrado Gerente Académico de Cryptobuyer y posteriormente Director de Operaciones del Panamá Blockchain Embassy, el primer espacio temático del país.
Creo que en comparación a 2017 cuando nadie hablaba de criptomonedas, blockchain o Bitcoin en Panamá, ahora tenemos una sociedad un poco más consciente en esta materia. También, se ha conformado un grupo de organizaciones en torno a blockchain en Panamá, que tienen en mente ofrecer soluciones. Pero, hay que esperar para saber cuan útil o viables puedan ser estas soluciones. Por otro lado, existen diversas comunidades técnicas interesadas en cursos y programas formativos en desarrollo blockchain, lo cual es muy positivo para el desarrollo local.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá.
Un nuevo modelo educativo para los panameños
En 2018 el Panamá Blockchain Embassy cerró sus puertas por algunos inconvenientes que no fueron revelados. Dejó un registro de historias relacionadas con el ámbito de las criptomonedas del país, como por ejemplo, la visita de diversos personajes del ecosistema. Entre ellos, Andreas Antonopoulos, el reconocido evangelista de Bitcoin.
Después de que iniciaron algunas diferencias entre los que formábamos parte del equipo, algunos decidimos realizar un “Hard Fork” del Panamá Blockchain Embassy, bajo el nombre The Blockchain Space que seguiría trabajando en la evangelización y sensibilización del mundo de las cadenas de bloques, las criptomonedas y Bitcoin en Panamá, con un modelo distinto al anteriormente trabajado. Nos planteamos trabajar bajo el fundamento de un lema: conéctate, inspírate, empodérate. Ya que consideramos que era necesario orientar a las personas para que se conecten con la teoría, la experiencia e incluso con otras personas para luego inspirarse y obtener resultados que les permitirán empoderarse y accionar en beneficio propio y de su entorno.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá.
Ahora, cuando el Blockchain Space inicia su proceso de registro como nueva empresa, surge la inquietud en el equipo de estudiar un cambio de nombre para sustituir el término Blockchain por Bitcoin. Una idea que quedó descartada poco después cuando se propusieron crear mayor conciencia en torno a la tecnología subyacente de las criptomonedas. El objetivo es crear comunidades sólidas y comprometidas con el desarrollo local. Icaza apuesta consolidar esta meta bajo el modelo de coworking, aceleradora de proyectos blockchain, laboratorio de desarrollo experimental y Café Lounge; todo coexistiendo de manera integrada.
El gobierno se prepara con más educación
Para promover el desarrollo tecnológico de Panamá, el gobierno creó la Cámara de Comercio Digital y Blockchain del país, una organización sin fines de lucro al frente de la cual se encuentra Rodrigo Icaza. Esta organización trabaja con el objetivo de identificar e impulsar el talento local para garantizar el desarrollo.
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Icaza anota como un logro el convenio de colaboración y trabajo mancomunado que la Cámara de Comercio firmó con la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG), a través del cual ha incluido programas formativos con actores locales, entre ellos, incluso, a los funcionarios públicos.
Hay deseos e iniciativas por desarrollar soluciones basadas en blockchain a nivel gubernamental. Sin embargo, para hablar de blockchain debemos ser conscientes que nuestras instituciones públicas deben estar transformadas digitalmente y las personas deben vivir bajo un paraguas de cultura digital, lo cual no es real en la actualidad.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá
Regular, un verdadero desafío
En Panamá la regulación del sector de las criptomonedas sigue pendiente. Pese a que en 2018 hubo un proyecto de ley (629), de modernización y competitividad internacional del sistema financiero de la República de Panamá, que entre los panameños se dio a conocer popularmente como “ley chorizo”, la cual fue archivada por carecer de claridad en los argumentos legales.
Este proyecto de ley no buscaba regular a las criptos, sino a las Fintech, bajo figuras EFE’s (Entidades Financieras Especializadas) y CEFICO’s (Centros de Financiamientos Colectivo) y crear un sandbox regulatorio para las criptomonedas. Sin embargo, para fines de una ley, la definición de lo que era una EFE o una CEFICO convirtió el proyecto de ley en algo complejo, toda vez que no solo se incluían Fintech, sino otras entidades, como Insuretech que no estaban suficientemente claras. Adicionalmente, los trámites para solicitar licencias a las empresas que cumplieran con todos los requisitos de este proyecto regulatorio, estaban completamente alejados de lo que significa transformación digital, por lo que hubo disconformidad en el sector tecnológico, al respecto. Y, al existir tanta confusión y discrepancia entre los sectores, el proyecto no prospera.
Rodrigo Icaza, Secretario General de la Cámara de Comercio Digital y Blockchain de Panamá.
Con la idea de reiniciar el camino hacia una regulación de la industria de las criptomonedas, la Cámara de Comercio Digital y Blockchain, en colaboración con la AIG, inició un proceso de entrevistas con las Fintech radicadas en Panamá, así como otros actores locales. De esta manera, se asentaran las bases de un nuevo proyecto de ley.