Madrid celebra mañana la conferencia Digital Currency, el gran evento blockchain que el ingeniero de telecomunicaciones Alex Puig ha inventado para dar cuenta de todos los proyectos, pruebas de concepto y soluciones ya implementadas sobre esta tecnología en las diferentes industrias de España. Puig, que se define en su web personal como un emprendedor, programador y expositor, afirma en esta entrevista concedida a CriptoNoticias que blockchain hablará español porque tenemos talento y mercado y, tanto España, como otros países de América Latina, están apostando fuerte por esta tecnología.
En pleno debate en el Parlamento Europeo ante la posibilidad de que el reglamento comunitario de privacidad siga permitiendo a las grandes plataformas tecnológicas, como Facebook o Google, continuar lucrándose con los datos que dejan los usuarios al acceder a las noticias, Puig explica que con blockchain las identidades dejarán de ser un negocio para las empresas.
A Puig, de naturaleza inquieta, siempre le ha gustado emprender nuevos proyectos. Cambió su trabajo como desarrollador web en el área de I+D de la hoy renovada Softonic, para embarcarse en la creación de ShoTools, una herramienta pensada para que los profesionales del Social Media pudiesen manejar los diferentes perfiles sociales. De aquella experiencia, Puig conserva una gran habilidad para llegar con mensajes certeros a los más de 75.000 seguidores de su cuenta de Twitter.
El evento se celebrará en la sede de la facultad de Derecho de Icade y participarán, entre otros, Julio Faura, Director de I&D blockchain de Banco Santander; y Carlos Kuchkovsky, CTO de Nuevos Negocios Digitales de BBVA. También está prevista la presencia de varios de los expertos que han colaborado en la redacción del libro “Blockchain: la revolución industrial de internet”.
La primera conferencia blockchain se celebró a mediados del año 2014. Entonces, Puig creyó oportuno acercar la filosofía que encierran las criptomonedas a la banca del Principado de Andorra. Pero el interés y las ganas de saber más traspasaron fronteras y Alex Puig vive hoy saltando de cumbre en cumbre y colocando la bandera blockchain por todo el mundo. La próxima cita, el 27 de junio en Lima.
¿Qué es lo que más le fascina de la tecnología blockchain?
La comunidad, la oportunidad y el cambio. Ver como un extenso grupo de gente con mucho talento es capaz de producir tecnología con el potencial para generar un cambio real en la sociedad. Ya se demostró con Bitcoin, dinero no ligado a ningún Estado. Y el cambio continúa con la capacidad de compartir valor a través de un internet completamente P2P en muchos otros sectores. Es transversal y global.
¿Qué modelos de negocio corren mayor riesgo de quedar obsoletos por la irrupción de blockchain?
No son los modelos de negocio, son más bien las personas y su forma de enfocar el trabajo. La falta de creatividad y motivación hace que no seas capaz de reinventarte cada día. Trabajo en mi día a día con muchos sectores, banca, seguros, energía… y siempre encontramos un enfoque diferente para aprovechar el talento de la compañía e imaginar variaciones en su modelo de negocio para ser más eficientes y competitivos. Es cuestión de actitud.
¿No cree que esta tecnología nos devuelve a los orígenes de internet?
No lo creo, más bien creo que es una evolución natural. Hemos aprendido de los errores de Internet y estamos listos para dar un siguiente paso hacia una sociedad más descentralizada.
¿Cómo serán las redes sociales con blockchain?
La respuesta fácil sería: distribuidas. En realidad, lo que creo que se descentralizará será la información del usuario. Cada persona será capaz de controlar su propia información y decidir qué hacer con ella, el famoso empoderamiento del usuario. Al contrario que ahora con Facebook, por ejemplo, toda mi información me va a pertenecer y si alguien la vende, seré yo. Las identidades dejarán de ser un negocio para las empresas.
¿Y las plataformas como Uber o Airbnb?
Uber y Airbnb pueden funcionar sobre blockchain, eso las haría más transparentes y justas. Las normas y la forma de gestionar la información pueden cambiar, pero seguimos necesitando una plataforma que reúna todos los coches y apartamentos disponibles y que nos muestre las opiniones y valoraciones de otros usuarios.
Será un cambio silencioso. Progresivamente, blockchain reemplazará a las tecnologías que a día de hoy sirven de back-end a nuestras apps en el móvil y sitios web. No reemplazarán a dichas aplicaciones.
¿Y los bancos?
Para los bancos significa un cambio en sus procesos y forma de trabajar. Más eficiencia y un gran reto a nivel corporativo. Aunque dicho reto no sólo es blockchain, también lo son otras tecnologías como el big data, la inteligencia artificial, IoT y la aparición de los primeros ordenadores cuánticos. Van a tener que redescubrir quiénes son y qué papel juegan en la sociedad.
¿Y las aseguradoras?
Veremos cada vez más modelos P2P. Pero incluso estos, necesitarán cálculo de riesgo, una reaseguradora y una aplicación para poder colaborar.
Veremos más automatización de procesos y una tendencia hacia el tiempo real. No será necesario contratar el seguro del coche por un año, podremos gestionar nuestro seguro día a día.
¿Y las eléctricas?
Serán mercados más eficientes, habrá más transparencia, certificados de energía renovable para que la gente pueda decidir qué energía utiliza en casa y personalización del servicio. Nuestro contrato con la eléctrica nos puede acompañar para que, por ejemplo, seamos nosotros los que pagamos la electricidad cuando cargamos el móvil en un bar.
También plantea soluciones al problema de la pobreza energética, ya que podremos hacer donaciones en kw/hora. Otra vez, más transparencia y eficiencia.
¿Y los medios de comunicación?
Personalización de contenidos. Si somos propietarios de nuestra información, incluyendo nuestras transacciones, nos será mucho más fácil personalizar nuestro acceso a las noticias. Entre otras cosas podríamos añadir filtros para que no nos llegará spam o noticias falsas.
La publicidad en medios de comunicación también evolucionará. Algunos intermediarios desaparecerán y conseguiremos más transparencia en cómo se gestionan los anuncios en la red.
¿Cree que una empresa como OpenBazaar podría representar una amenaza para Amazon?
A día de hoy lo veo complicado. Lo que Amazon hace muy bien es la logística, la atención al cliente… Son cosas de momento difíciles de descentralizar.
¿Qué le diría a las compañías que aún miran con escepticismo a blockchain?
Lo mismo que durante años les he dicho a las compañías que miraban con recelo a Internet, los móviles, las redes sociales, las apps, el big data… No es el futuro, es el presente, y si no te adaptas, desapareces.
¿Y a los gobiernos que miran para otro lado?
Durante los últimos años he hablado con muchos gobiernos y reguladores sobre blockchain. Desde la Comisión Europea, hasta el Gobierno de Gibraltar, donde tuvo lugar nuestra última conferencia sobre regulación de criptomonedas y DLTs (Tecnologías de Contabilidad Distribuida). A todas mis conferencias ha asistido siempre alguien del Gobierno interesado en lo que estábamos haciendo. No serán los primeros en adaptarse, ni de lejos, pero tampoco diría que en Europa miren hacia otro lado.
¿Y a los bancos centrales que aún no se han pronunciado?
Para ellos es temprano para pronunciarse. Están analizando el impacto a nivel macroeconómico de criptomonedas como bitcoin, litecoin, ether… Llevan años criticándolo, sin llegar a entenderlo y esperando su inevitable caída… Siguen esperando.
¿Y a los reguladores?
A los reguladores les pediría que se esfuercen más por entender esta tecnología y sus aplicaciones reales. Se teme a los que se desconoce, por lo que, con la formación adecuada se podría llegar a una regulación óptima. Ya en muchos países los emprendedores trabajan codo a codo con el regulador en este campo.
¿Puede explicar cómo serán las empresas automatizadas y sin directivos que promete blockchain?
En la empresa, hay muchos procesos que todavía dependen del papel, por lo que son necesarios cargos intermedios para gestionar dicha burocracia. Un sistema de aplicaciones distribuidas podría reemplazar estos procesos poco óptimos y con tendencia al error humano por sistemas más eficientes y fácilmente operables por software (IA). En una empresa así no harían falta directivos para gestionar procesos, tan sólo creativos que entiendan el sector y sean capaces de adaptar el modelo de negocio. Dejamos de gestionar para empezar a crear.
¿Qué pasa con la regulación que rodea los contratos inteligentes y las ICO (Ofertas Iniciales de Monedas)?
Es necesaria. Sin la regulación adecuada, todos los inversores, que a día de hoy invierten sus fondos en ICOs, no tendrán protección alguna. Debe existir un marco regulatorio que siente las bases del juego para aplicaciones distribuidas, tokens, ICOs, crowdsales…
¿Cómo está la regulación blockchain en España y en Sudamérica?
Verde. En comparación con otros países como Reino Unido, Japón, Australia… Se sigue viendo blockchain con recelo, sin entender que es una gran oportunidad para el país.
¿Qué país, aparte de Estonia, es el más avanzado en blockchain?
Algunos de los países más avanzados son Japón, Dubai, Australia, Canadá….
¿Cree que el blockchain hablará español?
Sin duda alguna. Tenemos talento y mercado y tanto España, como otros países de América Latina, están apostando fuerte por esta tecnología.
¿Qué papel puede jugar blockchain en los asuntos relacionados con la ciberseguirdad?
Los sistemas descentralizados son en general más seguros, aunque más difíciles de configurar. Igualmente, el cambio principal vendrá de adaptar tecnología de código abierto en detrimento de tecnologías propietarias.
¿No cree que hay demasiado ruido alrededor de blockchain y muy pocas aplicaciones prácticas todavía?
En absoluto. Hay muchísimos proyectos y aplicaciones prácticas en el mercado. El uso de blockchain no para de crecer y la tecnología está ya madura para muchos casos de uso. Sí es verdad que la prensa, a veces, atrae la atención sobre las noticias polémicas y no sobre avances significativos. Se está centrando demasiado la atención en el precio de Bitcoin, el pago de ransomware o las inversiones millonarias, y ciertamente infladas, cuando en realidad se debería hablar de las aplicaciones prácticas.