El crimen cibernético ha encontrado una mina de oro en los juegos en línea. De acuerdo a un reporte publicado por TrendMicro, la venta de divisas virtuales de videojuegos por dinero de verdad es un mercado ilícito que promueve el lavado de dinero mediante la conversión del capital en criptomonedas.
La empresa apunta a que esta actividad no es explícitamente ilegal ya que las divisas de juegos no están reguladas y que el peligro yace en que constituye una de las fuentes de financiamiento de acciones delictivas en la red más empleadas, debido a las mismas lagunas legales que rodean el manejo de dinero digital y al anonimato que este método provee.
El modus operandi
La compra de «oro» para tu cuenta de World Of Warcraft no suena como algo grave. De hecho, es una práctica bastante común. Uno de los métodos más populares para hacerlo es el Intercambio de Dinero Real (RMT, por sus siglas en inglés), que consiste en la venta o intercambio de divisas de un juego por dinero común y corriente. Dicho método puede ser realizado entre individuos independientes o a través de portales que ofrecen el servicio de intercambio. Sin embargo, más allá de estar mal visto por constituir una ventaja deshonesta, cuya penalización máxima es cerrar la cuenta del usuario transgresor, no es un delito.
Los ciberdelincuentes se aprovechan de esta falta de penalizaciones legales para realizar el proceso de lavado de dinero, que comienza por el robo de credenciales de juego de usuarios legítimos o abuso de debilidades en las plataformas de juego, continúa con la promoción y venta de las monedas obtenidas en el atraco, para luego convertir el dinero en criptomonedas (bitcoin la preferida), mezclar las ganancias, y utilizarlas para financiar otras actividades delictivas.
Actualmente, la forma preferida de hacer desaparecer el rastro del dinero obtenido en acciones delictivas es convertirlas en bitcoins o cualquier otra criptomoneda. Luego, otro paso para asegurar que no hayan cabos sueltos es mezclar las ganancias con criptomonedas de otras fuentes, borrando la información de la transacción original, proceso que se conoce como bitcoin mixing. De esta forma, los criminales pueden realizar un ciclo de lavado hermético, totalmente fuera del control gubernamental.
Un juego peligroso
En un informe de 2015 publicado por la Entertaiment Software Association (ESA), la organización declaró haber excluido ganancias de videojuegos de las regulaciones que aplican para divisas virtuales frente al Departamento de Servicio Financieros de New York, EEUU.
De acuerdo a la investigación, una vez que el dinero está libre de toda sospecha es empleado para ataques DDoS (ataques de denegación de servicio), secuestros cibernéticos (ransomware), robo de identidad y fraudes financieros contra organizaciones de cualquier tipo e inclusive financiar el trabajo forzado.
El informe también alertó que no existen leyes que procesen a los responsables de hackeo en juegos en línea, una industria que según la investigación, recaudó un total de 91,8 billones de dólares tan sólo en 2015. Una de las mayores preocupaciones converge en que la impunidad de delitos cibernéticos en un campo tan prolífero devenga en un aumento descontrolado de ataques si no se aplican las medidas necesarias para regular este mercado con millones de adeptos.
De momento, las compañías de juegos se defienden por sí mismas, desarrollando medios de seguridad para prevenir la intromisión de cibercriminales. Hasta ahora, la autenticación de dos factores parece ser el método más competente, constituido por contraseñas y mensajes de seguridad a dispositivos móviles.
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