Hechos clave:
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Controlar el desarrollo y uso de los criptoactivos es imposible.
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Las medidas de la SUNACRIP demuestran profundo desconocimiento de la tecnologĂa de criptoactivos.
El dĂa de hoy pudimos conocer mediante la Gaceta Oficial N-41.581, publicada en fecha 7 de febrero por el Gobierno de la RepĂşblica Bolivariana de Venezuela, una serie de medidas regulatorias que pretende aplicar la Superintendencia de Criptoactivos y Actividades Conexas (SUNACRIP) para controlar y pechar el envĂo de remesas usando criptomonedas.
Entendiendo solo un poquito sobre Bitcoin y las criptomonedas, no hace falta más que leer el párrafo anterior para comprender el absurdo que esto supone. El Ăłrgano regulador, segĂşn declara en Gaceta Oficial, pretende de alguna manera centralizar todos (o al menos gran parte de) los envĂos de remesas con criptomonedas en unas plataformas bajo su control y aplicar comisiones a los emisores de dichas remesas que van desde 0,25 euros hasta 15% del monto enviado.
Las exageradas comisiones que pretende imponer la SUNACRIP no las cobran ni Paypal, Western Union o banco alguno por sus servicios de envĂo de dinero y, en el caso de estas empresas, el costo del envĂo, la comisiĂłn, se justifica en el uso de sus infraestructuras propias. En el caso de la Superintendencia, la comisiĂłn es una imposiciĂłn sin base alguna, pues no prestan ningĂşn servicio: el envĂo de dinero se hace a travĂ©s de las redes de criptomonedas y no se necesita a la Superintendencia, una empresa privada, banco o gobierno para hacerlo. Y esta es solo la primera parte del absurdo.
La otra parte del absurdo nace de la ingenua creencia que tiene la Superintendencia de que puede controlar el uso de las criptomonedas, cuando es justamente por sus caracterĂsticas, por ser abiertas y de libre acceso para cualquiera, en todos los sentidos (uso y desarrollo), que se hace imposible para cualquier ente controlar o prohibir su uso; sin importar que tanto dinero o fuerza tenga de su lado para intentarlo. Siempre habrá alguien que pueda descargar o desarrollar una cartera de bitcoins, adquirir o minar criptomonedas, enviar y recibirlas e incluso crear nuevas criptomonedas sin permiso de nadie y, posiblemente, totalmente desapercibido.
Cabe agregar, además, que los criptoactivos son precisamente la herramienta que los venezolanos llevan años usando para proteger sus ahorros y recibir ayuda de sus familiares y amigos que optaron por salir del paĂs ante la nefasta situaciĂłn econĂłmica y social de Venezuela. AsĂ que las bondades de esta tecnologĂa ya han sido más que probadas por los habitantes de este paĂs.
A la nueva pretensiĂłn conceptualmente absurda de la Superintendencia, se añaden las medidas publicadas no hace mucho en una ediciĂłn previa de la Gaceta Oficial, en la que, en tĂ©rminos coloquiales, se legaliza el decomiso arbitrario de equipos de minerĂa y se transforma en multa legal lo que hasta no hace mucho era extorsiĂłn.
Para los no entendidos, les dejo un poco de contexto. Para controlar y/o prohibir el uso y la minerĂa de criptomonedas en Venezuela, o cualquier otro lugar del mundo, serĂa necesario restringir el acceso a todos los sitios webs y aplicaciones que proporcionan carteras (como el famoso blockchain.info) y permiten el intercambio de criptoactivos (como LocalBitcoins), que sabemos son muchĂsimos y nacen por hora, asĂ como condicionar el uso de los medios de comunicaciĂłn electrĂłnica (internet, radio, telefonĂa, etc.); limitar la compra y uso de computadoras, la descarga de software para minerĂa y las conexiones entre el internet nacional, las redes de criptomonedas y los diversos pools de minerĂa; prohibir el aprendizaje e impedir el desarrollo de software relacionado a los criptoactivos… Todas medidas costosas e inĂştiles porque pueden ser (y serán) eludidas por el accionar humano con las herramientas actuales.
Es por eso que las absurdas medidas de este reciĂ©n formado organismo, solo demuestran su profunda falta de entendimiento sobre la tecnologĂa de los criptoactivos y el ecosistema y un desespero por incautar la ayuda que reciben los empobrecidos venezolanos de familiares y amigos en el exilo y el ingreso que generan los entusiastas por minar criptomonedas. En concreto, evidencian que la Superintendencia de Criptoactivos y Actividades Conexas no está preparada para regular adecuadamente a los criptoactivos en Venezuela.
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