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La senadora Cynthia Lummis afirmó que no es posible salvar a EE.UU. de su deuda comprando más BTC.
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Bessent pareció rectificarse, aclarando que considerarán enfoques neutrales para adquirir bitcoin.
Las declaraciones del día de ayer de Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, provocaron un auténtico revuelo en la comunidad bitcoiner. En una entrevista, el funcionario afirmó que el gobierno no planea comprar bitcoin (BTC) para la reserva estratégica creada por el presidente Donald Trump. En su lugar, el objetivo es acumular únicamente los BTC incautados y dejar de venderlos.
Lo irónico es que, apenas unas horas después, Bessent matizó sus palabras y repitió lo que el ex CEO del Grupo de Trabajo de Activos Digitales, Bo Hines, sostuvo durante meses: que el Tesoro está comprometido a explorar «vías neutrales desde el punto de vista presupuestario» para aumentar la reserva de BTC, y así cumplir la visión de Trump de convertir a Estados Unidos en una «superpotencia mundial de bitcoin».
No obstante, el torbellino mediático no paró de crecer.
Una de las primeras reacciones fue la de Dennis Porter, CEO del grupo Satoshi Action Fund, quien destacó en una publicación que «los estados ganaron la carrera» para establecer reservas estratégicas de bitcoin, en referencia a las iniciativas locales ya en marcha.
Y es que el especialista ha seguido de cerca el avance de proyectos de ley sobre bitcoin en distintas regiones de Estados Unidos. De hecho, como reportó CriptoNoticias, New Hampshire hizo historia al convertirse en el primer estado en aprobar una normativa que autoriza al tesorero a invertir hasta el 5% de los fondos públicos en metales preciosos y BTC.
Porter propuso a Bessent una forma de que el Tesoro pueda comprar BTC sin gastar dinero extra: conservar los activos incautados que puedan generar ganancias a través de métodos pasivos, como el staking, y usar esas ganancias para adquirir bitcoin.
Según explicó, este modelo ya tiene un precedente en Arizona: la ley HB 2749, aprobada con apoyo bipartidista, que permite al estado mantener propiedades no reclamadas en su forma original para generar ganancias y reforzar su reserva de bitcoin.
Por su parte, la senadora republicana Cynthia Lummis respaldó a Bessent y afirmó que no es posible salvar a Estados Unidos de una deuda nacional de 37 billones de dólares comprando más BTC, pero sí considera factible aplicar medidas como revalorizar las reservas de oro y destinar ese incremento a la reserva estratégica.
Mientras algunos recibieron con desagrado las palabras del secretario, otros no se mostraron sorprendidos… Tal es el caso del economista Saifedean Ammous, quien reaccionó con un lacónico «te lo dije» y vinculando sus palabras a una publicación suya de hace ya varios meses, en la que afirmó que la Reserva Federal (Fed), como una entidad controlada por bancos privados, nunca permitiría compras recurrentes de bitcoin, ya que estas representarían una amenaza directa al dólar.
Desde El Salvador, el asesor de Nayib Bukele en temas de bitcoin, Max Keiser, advirtió que la decisión de EE. UU. deja al país «indefenso ante una superpotencia bitcoin en ascenso», formada por ahorristas soberanos que podrían mudarse a jurisdicciones más favorables, como la propia nación centroamericana.
El comentarista George Bodine fue más contundente, afirmando que «Estados Unidos no va a comprar bitcoin ni revalorizar el oro», y que «todo lo que se está haciendo es por Orden Ejecutiva y puede revertirse en 48 horas con una nueva Administración». Según Bodine, la verdadera acumulación de BTC seguirá siendo iniciativa de los ciudadanos.
Peticiones de mayor claridad
Otros analistas optaron por un enfoque más cauteloso. MacroScope, asesor en finanzas, señaló que las palabras de Bessent sonaron confusas y que es poco probable que deseche por completo la propuesta de la ley Bitcoin, ya que Trump ha declarado su respaldo a este proyecto.
«Bessent podría estar refiriéndose a métodos no legislativos para adquirir BTC. O quizás haya querido decir de forma torpe lo obvio: que Estados Unidos no ‘comprará’ la reserva de BTC que ya tiene», expresó.
Vale destacar que la llamada ley Bitcoin es una iniciativa propuesta por Cynthia Lummis, la cual busca establecer un marco formal para que el gobierno de EE. UU. adquiera y mantenga BTC como una reserva estratégica, similar a las reservas de oro.
Sina, cofundador de 21st Capital, criticó la inconsistencia del discurso oficial, que pasó de «queremos todo el BTC que podamos conseguir» a «no compraremos, solo guardaremos lo que tenemos».
Además, matizó que no hay claridad sobre la cantidad exacta de BTC que posee el gobierno. Según él, «la reserva estratégica está siguiendo el mismo camino que los archivos de Epstein [documentación recopilada durante las investigaciones y procesos legales relacionados con Jeffrey Epstein, el financiero multimillonario acusado de liderar una red de tráfico sexual de menores]»
Aunque Bessent dejó claro que la base de la reserva estratégica será el bitcoin ya incautado y que no se venderá, su rectificación posterior mantiene vivas las especulaciones sobre fórmulas creativas para ampliarla sin afectar al presupuesto. El episodio, sin duda, refleja las tensiones entre promesas políticas, limitaciones institucionales y una comunidad que sigue cada movimiento con lupa.