-
El CEO de Jan3 ve poco probable que criptomonedas como XRP sean incluídas en una reserva.
-
Enfatiza el uso de activos digitales a prueba de trabajo, como Bitcoin.
Samson Mow, el líder de la empresa Jan3, cree que es poco probable que criptomonedas como XRP de Ripple, SOL de Solana y ADA de Cardano se incluyan en una reserva estratégica digital de Estados Unidos. Su opinión, plasmada a través de su cuenta en la red social X, surge después de que el presidente Donald Trump anunciara que cinco criptomonedas, incluido Bitcoin, estarán en el tesoro nacional de activos digitales del país.
Al respecto, Mow subraya que la solidez del sistema financiero estadounidense se basa en el Estado de derecho y en directrices claras, lo que considera fundamental para la creación de un almacén de riquezas nacionales. «La reserva estratégica de criptomonedas no puede ser una decisión arbitraria, debe basarse en criterios bien definidos», comentó el líder de Jan3.
El grupo de trabajo presidencial encargado de implementar esta reserva de activos digitales tendrá la tarea de establecer requisitos de selección para las criptomonedas. Sobre ello, Mow sugiere que el énfasis debe estar en aquellos activos que están basados en algoritmo de consenso de Prueba de Trabajo (proof of work). «Es probable que, además de bitcoin, se consideren otras criptomonedas como litecoin o monero, pero no se espera que se incluyan criptoactivos que no cumplan con estos estándares», agregó Mow.
«¿Puede Trump simplemente dictar qué cosas se van a incluir en la reserva? No lo creo. Será necesario que el grupo de trabajo elabore un informe o una propuesta y luego el Congreso deberá aprobar la legislación. Entonces, ¿por qué dijo Trump que “ordenaría al grupo de trabajo que avance hacia una reserva estratégica de criptomoneda” que incluya específicamente esas altcoins?».
Samson Mow, CEO de Jan3.
Mow planteó otras preguntas relevantes que se supone que en lo sucesivo irá respondiendo el grupo de trabajo a cargo del Zar de las criptomonedas, David Sacks. En sí, el líder de Jan3 se pregunta: ¿qué departamento gubernamental supervisará la reserva?, ¿cómo se garantizarán las reservas?, ¿tendrán autocustodia?, ¿cuál será el proceso de adquisición de los activos? En definitiva, mientras la propuesta avanza, parece que la creación de criterios serios y efectivos será lo que determinará cuáles criptomonedas se incluirán en el tesoro nacional de activos digitales de Estados Unidos.
¿El anuncio de Trump es un asunto político?
En medio de las especulaciones sobre los motivos que llevaron a Trump a mencionar cinco criptomonedas a incluir en una futura reserva estratégica, Mow plantea varias teorías, entre las que considera que el presidente apunta a liberar tensión política. Una explicación más simple, según Mow, sería apaciguar a grupos de presión que buscan incluir sus criptomonedas en la reserva. Esto podría vincularse con donaciones que hicieron algunas empresas de criptomonedas para apoyar su campaña electoral.
El anuncio podría servir para ofrecer «liquidez de salida» a donantes o lobistas de XRP o ADA, permitiéndoles vender a precios inflados antes de que se definan los criterios oficiales de la reserva. Mow recuerda que Trump ya impulsó su propia memecoin antes de asumir la presidencia. «Bombear esas monedas ahora tiene sentido, porque cuando salga el informe oficial ya será demasiado tarde», advierte.
Además, hacer el anuncio durante un domingo —cuando los mercados son más susceptibles a movimientos bruscos— parece una estrategia diseñada para maximizar impacto con mínima resistencia.
Aunque no hay pruebas concluyentes, el patrón de Trump sugiere que lo político y personal prima sobre lo técnico. Para Mow, «las posibilidades son infinitas», pero coincide en que nada es casual.
Para él, impulsar monedas específicas en un momento clave no suele ser altruista. En la actualidad, cada movimiento se traduce en capital político. Por ello sugiere que la reserva estratégica de criptomonedas podría ser menos una innovación financiera y más una pieza en el tablero del juego político que Trump ha demostrado que sabe jugar muy bien.
Mientras tanto, la incógnita persiste: ¿Es esta una política de Estado o un pump estratégico? El tiempo, irán despejando el panorama y descubriendo las respuestas.