-
Para Samson Mow, de JAN3, hubiese sido mejor conocer las medidas desde el Ejecutivo salvadoreño.
-
John Dennehy, de Mi Primer Bitcoin, califica las restricciones como una “bomba”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) endureció las medidas restrictivas contra El Salvador, como condición para otorgar un préstamo de 1.400 millones de dólares. La noticia, conocida este martes, desató reacciones inmediatas en la comunidad bitcoiner.
El organismo exigió al país centroamericano reducir sus compras de bitcoin (BTC) y limitar la participación del gobierno en actividades económicas vinculadas a la moneda digital. Como reportó CriptoNoticias más temprano, el FMI estableció metas claras: disminuir las transacciones y adquisiciones de BTC por parte del Ejecutivo, además de mejorar la regulación y supervisión de los activos digitales.
Samson Mow, director ejecutivo de JAN3, firma enfocada en la hiperbitcoinización, cuestionó la medida en X. “No habrá más compras de BTC para El Salvador”, escribió, interpretando los requerimientos del FMI.
Mow expresó su preferencia por haber recibido esta información directamente del gobierno salvadoreño. “Habría preferido escucharlo de la administración Bukele que del FMI”, señaló. Sin embargo, hasta ahora, el Ejecutivo no ha emitido declaraciones sobre el tema.
Mow también destacó que, según el FMI, existen plazos hasta junio, julio o diciembre de este año para que el país continúe con compras de BTC. Sin embargo, planteó una alternativa: las supuestas adquisiciones podrían ser transferencias internas entre las wallets del gobierno, no compras nuevas.
En este contexto, el presidente Nayib Bukele anunció una nueva adquisición de bitcoin para la reserva estratégica de El Salvador. Como informó este medio, la compra elevó las tenencias del país a 6.100 BTC, valorados en 508 millones de dólares al precio actual del mercado. El anuncio ocurrió en medio de las exigencias del FMI, lo que generó especulaciones sobre el futuro de esta política.
«Una bomba»
Otra reacción notable vino de John Dennehy, director de Mi Primer Bitcoin, una organización educativa salvadoreña. En X, Dennehy calificó las medidas del FMI como una “bomba” para la política bitcoiner de El Salvador.
“El préstamo del FMI es incluso peor de lo que había imaginado”, afirmó. Según él, las restricciones van más allá de lo esperado. “Yo había supuesto que El Salvador podría seguir minando Bitcoin. Parece que eso también tendrá que parar”, cuestionó.
Dennehy añadió una reflexión contundente: “Básicamente confirma la mayoría/todas las sospechas sobre cuán profundamente afectará el acuerdo con el FMI la política de Bitcoin en El Salvador”.
El entusiasta ha criticado el préstamo desde que se supo que, como parte del acuerdo, bitcoin dejó de ser moneda de curso legal en el país. Para él, las medidas del FMI reflejan una intervención significativa en las decisiones soberanas de El Salvador.
Sin embargo, matizó su postura al señalar que la adopción gubernamental de BTC “nunca importó” tanto como se piensa. “La adopción de base no se ve afectada por el FMI, y eso es lo que importa”, afirmó, resaltando la importancia del uso de bitcoin entre la población más allá de las políticas estatales.
En la red social X, otras voces se sumaron al debate. El usuario RRodríguez comentó que las restricciones del FMI evidencian el impacto de bitcoin. “Nos muestra el valor y el significado que tiene BTC para ellos y para la gente”, escribió. Añadió un llamado a la acción: “Necesitamos más educación. ¡Es la única manera!”.
Su mensaje subraya una percepción compartida en la comunidad: las medidas del FMI no solo afectan a El Salvador, sino que refuerzan la relevancia de la moneda digital más importante del mundo como herramienta de resistencia.
El préstamo del FMI llega en un momento clave para El Salvador. Desde que adoptó bitcoin como moneda de curso legal en 2021, el país ha buscado posicionarse como un referente en el uso de este activo. La estrategia incluyó compras diarias de BTC y el desarrollo de proyectos como la minería de Bitcoin con energía geotérmica.
Sin embargo, las exigencias del FMI podrían frenar estos planes. La meta del organismo es reducir la exposición del gobierno a los “riesgos financieros” asociados con los activos digitales.
Las reacciones de Mow, Dennehy y otros actores reflejan una preocupación común: el impacto del acuerdo en la autonomía de El Salvador. Mientras Mow apunta a la falta de comunicación del gobierno, Dennehy ve en las medidas una amenaza directa a la visión bitcoiner del país.
El silencio del Ejecutivo salvadoreño, encabezado por Nayib Bukele, añade incertidumbre al panorama. Hasta el momento, no hay indicios de cómo responderá el gobierno a las condiciones del FMI. Eso sí, la reserva estratégica de bitcoin, que alcanzó los 6.100 BTC, sigue siendo un símbolo de la apuesta del país por la moneda digital.
Queda por verse si El Salvador ajustará su política para cumplir con el FMI o buscará alternativas para mantener su rumbo bitcoiner. Por ahora, la comunidad observa con atención los próximos pasos.