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Los gobiernos podrían bloquear cuentas o limitar gastos por criterios políticos, como en China.
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Ante un sistema sin efectivo, bitcoin ganaría relevancia como salvaguarda de libertad.
Octubre de 2025 es la fecha anunciada por la presidente del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, para el lanzamiento del euro digital, una transformación radical de su sistema financiero, pero una que no es vista con buenos ojos por muchos habitantes del continente europeo. Voces críticas advierten que esta moneda programable podría convertirse en una herramienta de vigilancia y control sin precedentes.
Mientras las instituciones presentan la moneda digital de banco central (CBDC) como un paso hacia la modernización y la eficiencia, críticos, como el analista conocido como Capitán Bitcoin, alertan de que su implantación podría significar «el mayor golpe que imagines contra tu libertad». Agrega que el proyecto amenaza libertades civiles y allana el camino hacia un sistema de vigilancia similar al de China, donde el dinero se usa para premiar o castigar conductas sociales.
Él se refiere a algunos estudios que alertan que, a partir de la llegada de las CBDC, los bancos centrales pasarán a tener un mayor control sobre la libertad financiera de los habitantes. De hecho, se prevé que los gobiernos decidirán qué se puede comprar con las CBDC, de acuerdo con exdirectivos del Fondo Monetario Internacional.
Luego Capitán Bitcoin desglosó los riesgos del euro digital. «Lo que comienza con excusas como combatir el lavado de dinero, puede mutar rápidamente en un sistema de control social», señaló. El ejemplo clave es China, donde el yuan digital permite bloquear fondos de disidentes o reducir el acceso al crédito de quienes incumplen normas sociales, como protestar contra el gobierno.
«Imagina que tu comportamiento político o social es monitoreado. Si te etiquetan como ‘ultra’, tu capacidad para gastar, viajar o incluso mantener tu empleo podría limitarse», explicó. En la Unión Europea, aunque no existe aún un sistema de «crédito social», el euro digital, al ser totalmente rastreable, otorgaría a los gobiernos el poder de congelar cuentas en segundos o restringir transacciones bajo criterios discrecionales.
El euro digital operaría en una red centralizada, donde cada transacción quedaría registrada y accesible para autoridades y bancos. «¿Y el efectivo? Sí, pero ¿hasta cuándo?», cuestionó en su análisis.
«Si desaparece el efectivo, el dinero digital será tu única opción. Y si hay un apagón, un hackeo masivo o te bloquean la cuenta, no tendrás alternativa», advirtió. En este escenario, activos como bitcoin, el oro o incluso el trueque ganarían relevancia como formas de intercambio fuera del control estatal.
Incluso la misma Lagarde lo advirtió cuando dijo que lo único que puede detener al euro digital es que la gente se pase a bitcoin, como lo informó CriptoNoticias. Eso sucede porque a moneda creada por Satoshi Nakamoto emerge como contrapeso. Su red descentralizada, garantiza resistencia a la censura y cierto grado de privacidad. «Hoy se asocia a especulación, pero en una Europa con CBDC, bitcoin sería un salvavidas para preservar libertades», afirmó Capitán Bitcoin.
Sobre los riesgos que representa el euro digital también viene advirtiendo el economista español Marc Vidal para quien las CBDC no son solo una evolución tecnológica, sino una herramienta que podría transformar el dinero en un instrumento de control social, limitando la autonomía individual y reforzando sistemas de vigilancia estructural.
Significa que el euro digital, podría consolidar un sistema de vigilancia estructural donde cada transacción sea un dato más en el perfil de un ciudadano vigilado. Ante ese peligro, Marc Vidal dice que «es hora de despertar, cuestionar y resistir, asegurando que el dinero siga siendo un medio de libertad, no una herramienta de control».