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Los intermediarios supervisados serán el "contacto directo" de los usuarios con el euro digital.
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Un intermediario supervisado es una entidad vigilada y controlada por una autoridad pública.
El euro digital, la CBDC de Europa cuya llegada está planteada para algún punto de 2025, será un activo que solamente podrá ser manejado y gestionado por «intermediarios supervisados», los cuales funcionarán de forma semejante a los actuales exchanges de bitcoin (BTC) y criptomonedas.
En su más reciente informe, el Banco Central Europeo (BCE), organismo encargado de diseñar y traer a vida al euro digital, comunicó que estos intermediarios supervisados serán el «contacto directo» de particulares, comerciantes y empresas que hagan uso de esa moneda digitalizada, una vez entre en circulación.
Como lo define el propio BCE, un intermediario supervisado no es más que una entidad que está vigilada y controlada por una autoridad pública previamente designada, encargada de garantizar que las operaciones se ejecuten dentro de un marco regulatorio pertinente.
Entre los intermediarios resaltan los proveedores de servicios de pago (PSP), tales como las entidades de crédito, las instituciones de dinero electrónico y las entidades de pago que «cumplen con los criterios de acceso definidos» para el euro digital, como lo resaltaron en un reporte de noviembre pasado.
Estas especificaciones sobre los intermediarios supervisados se conocen luego de que el Banco Central Europeo comunicara, en septiembre pasado, la incorporación de la plataforma Amazon y del banco español Caixa Bank para que formaran parte del desarrollo del euro digital.
Como lo reportó CriptoNoticias, estas empresas fueron escogidas por el BCE para elaborar posibles interfaces de usuario, de cara al uso del euro digitalizado.
Una «relación contractual» con los usuarios del euro digital
Según el BCE, los intermediarios supervisados tendrían una «relación contractual de gestión de cuentas» con los usuarios del euro digital.
Por tanto, desempeñarían «todas las funciones relacionadas con la atención al usuario, como la apertura de cuentas o monederos digitales en euros y las operaciones de pago asociadas». Justo como ocurre actualmente con las cuentas bancarias y los servicios «a los que los clientes ya están acostumbrados», de acuerdo con la institución financiera con sede en Frankfurt, Alemania.
Esta situación podría interpretarse como que los usuarios europeos ya no podrán contar con plena libertad de escoger en dónde abrir monederos y con qué entidad gestionar su dinero, tal como ocurre con las criptomonedas como bitcoin, ya que todo este proceso deberá estar auspiciado por el BCE.
De acuerdo con el BCE, los intermediarios supervisados tendrán que implementar el protocolo conoce-tu-cliente (KYC, en inglés) en sus plataformas, sumado al hecho de que serán los encargados de proporcionar «dispositivos e interfaces para pagar con un euro digital».
«También realizarían tareas relacionadas con la financiación y desfinanciación de las cuentas o monederos digitales en euros de los usuarios», dijo el BCE.
No conforme, los intermediarios serán los responsables de ejecutar, validar y autenticar las transacciones y operaciones de los clientes. Además, «tendrían acceso inmediato al registro de los importes en euros digitales en poder de sus clientes».
El BCE indicó que el cumplimiento de estas funciones por parte de los intermediarios supervisados responde a un «sistema» mediante el cual se establecerían una serie de «normas, estándares y procedimientos comunes» a cumplir por parte de estos actores.
Dichas normativas, dijeron, «garantizarían un equilibrio entre las funciones y responsabilidades respectivas del Eurosistema y los intermediarios supervisados».
Ese sistema y sus respectivas reglas comenzarán a elaborarse en enero de 2023, según el BCE, «en estrecha colaboración con los participantes del mercado».